Los cuatro equipos españoles tienen retos muy exigentes en sus respectivos cruces de los octavos de final de la Champions League, donde les esperan el Manchester City de Kevin de Bruyne, el Liverpool de Andrew Robertson y Trent Alexander-Arnold, el Napoli de Lorenzo Insigne y la Atalanta de Alejandro ‘Papu’ Gómez.
Las zonas de influencia de Kevin de Bruyne
Kevin de Bruyne es uno de los mejores centrocampistas ofensivos del mundo sin duda. El jugador belga es, por su propia naturaleza, un interior de mucho recorrido. Líder de la Premier League en asistencias, ocasiones creadas y asistencias esperadas (xGA), además de tener un promedio de casi tres disparos y seis toques de balón en el área rival cada 90 minutos, las cifras confirman la enorme vocación ofensiva del jugador del Manchester City. Un futbolista creado para dominar desde el ritmo y la verticalidad en todas sus acciones, desde el pase a la conducción, y con una absorción del juego elocuente con su figura ‘súper clase’.
De Bruyne tiene una influencia muy marcada en la zona derecha del ataque ‘citizen’, entre el carril que ocupa como interior y las diagonales dentro-fuera que realiza muchas veces por delante de su extremo (Bernardo Silva), con las que consigue profundizar y dar amplitud a un sistema que necesita atacar -para luego ser más eficiente tras la pérdida- con todo el ancho del campo completamente ocupado. En esta visualización de los pases de Bernardo Silva a De Bruyne, se puede ver que en este carril el belga suele recibir el balón por delante de su colega.
Y es desde esta zona que De Bruyne hace su clásico centro.
No es inusual ver al belga haciendo lo que mejor se le ha dado siempre: ser la ‘cremallera’ que une las dos primeras líneas del sistema de Pep Guardiola con la delantera, y más con la compleja racha de resultados -y ausencias- que ha atravesado el Manchester City esta temporada. Pero sea como fuere, y más en la Champions, si por algo destaca realmente Kevin de Bruyne es porque, como prueban los números, es un jugador que puede hacer de todo.
Los laterales del Liverpool: ¿Por qué centran tanto y sobre todo tan bien?
Actualmente no existen en el continente laterales más influyentes y determinantes que Andrew Robertson y Trent Alexander-Arnold. El Liverpool tiene dos verdaderos aviones en los costados de su defensa. Y, sobre todo, en los costados de la defensa del equipo contrario. Los laterales de Jürgen Klopp no son dos laterales al uso.
Los otros 19 equipos de la Premier League conocen cada vez más a este Liverpool, y de ahí que, entre las muchos pluses que el alemán ha debido darle a su equipo desde la pizarra, los dos laterales, generalmente alejados de la presión rival, y en una situación relativamente cómoda ante repliegues más bajos, sean muy protagonistas en un recurso que caracteriza el juego de su equipo: el cambio de orientación. Especialmente Alexander-Arnold, desde la derecha, es el responsable de hasta un 75% de los balones largos, de banda a banda, que completa los lateres del Liverpool.
Además de ritmo y muchísimo recorrido de arriba abajo en incontables ocasiones durante un mismo encuentro, Alexander-Arnold y Robertson dominan el preciado arte del centro en prácticamente todas las situaciones del juego.
En carrera o completamente parados con los dos pies en el suelo, encimados o con espacio, en línea de fondo o desde un escalón más intermedio, el escocés y el inglés son dos consumados especialistas en el golpeo desde los costados. Y desde otras situaciones también. Seis de las diez asistencias de Alexander-Arnold esta temporada en la Premier han sido a balón parado.
La maquinaria del Liverpool está perfectamente automatizada. Con Mohammed Salah, sobre todo, y Sadio Mané en los extremos, con libertad para pisar por dentro en función del contexto y el rival, la pizarra del técnico alemán tiene muy desarrollada una batería de movimientos que, dentro-fuera y fuera-dentro, con los extremos picando en el carril central y los interiores, dentro del 4-3-3, cogiendo altura y rompiendo (sin el balón) por delante de estos para atacar el intervalo entre central y lateral, le permite a los laterales llegar con el suficiente tiempo y espacio a zona de tres cuartos para levantar la cabeza y poner el centro.
Los envíos al área de Robertson y Arnold se caracterizan por ser lo suficientemente tensos, altos y curvos como para que el esférico, con el propio efecto, caiga en el rectángulo rival en una situación mucho más ventajosa para el rematador, que generalmente entra en carrera, que para el defensor que normalmente debe girarse y acomodar el cuerpo en pocas décimas de segundo. Como muestra de su gran impacto: entre ambos suman cinco asistencias y 22 ocasiones creadas a través de sus centros laterales esta temporada en la Premier League.
‘Papu’ Gómez es mucho más que un extremo regateador
La evolución de Alejandro ‘Papu’ Gómez hacia la figura de playmaker ya es imparable. El argentino, a sus 32 años recién cumplidos, siempre ha sido un futbolista con una influencia muy grande en el juego de su equipo. Pero desde hace ya un tiempo, como consecuencia del natural declive en su explosividad, su jerarquía se ha ido extendiendo a cada vez más zonas del campo.
Pero no por ello el argentino ha perdido su agresividad en los últimos metros. De hecho, el ‘Papu’ es hasta este momento el futbolista del equipo con más incursiones en el último tercio. Incursiones que, en la amplia mayoría de veces, han sido conducciones en vez de pases.
Dentro del 3-4-2-1 que ordena normalmente a la Atalanta de Gasperini, el ‘Papu’ sigue partiendo desde el sector izquierdo. A pie cambiado, siendo un futbolista eminentemente diestro, tiene libertad compartida con el mediapunta del sector opuesto: Josip Ilicic. Ellos dos, solo por detrás de Ruslan Malinovsky, son, con diferencia, los máximos regateadores del cuadro bergamasco.
Sin embargo, a diferencia del talentosísimo jugador esloveno, el ‘Papu’ se ha ido haciendo cada vez más importante en muchas alturas y diferentes posiciones. Su rol actual en la Atalanta es el de un organizador adelantado. Asumiendo mucha influencia en los ataques de su equipo, y apareciendo por cualquiera de los tres carriles, especialmente por el centro.
Lorenzo Insigne en un Napoli que ya tiene varias jugadas dentro de su sistema
Gennaro Gattuso ha dado forma a un SSC Napoli que funciona a dos velocidades. Es un equipo diseñado para correr en todos sus ataques, incluso en situaciones de ataque más estático y constante. En función del sector por el que decida avanzar el Napoli en su salida de balón, el comportamiento del sistema cambia: Al avanzar por izquierda, por ejemplo, que es el lado habitual de Lorenzo Insigne, el equipo está preparado para llevar a cabo una serie de movimientos muy bien automatizados que, dentro-fuera y sobre todo de abajo arriba, garanticen una posesión vertical. Con Piotr Zielinski, el interior de este sector, el Napoli tiene muy asentados una serie de movimientos que, además de ser profundo, le permite progresar, y sobre todo, que Insigne reciba en una parcela ventajosa para conducir:
Crear ocasiones:
O rematar:
Las conexiones entre los dos extremos del equipo (Lorenzo Insigne y José Callejón) son muy elocuentes a la hora de representar su funcionalidad dentro del sistema. Si desde la izquierda, decíamos, el Napoli se apoya en su interior para generar una triangulación que le permite progresar y superar en campo rival de manera vertical, desde el sector derecho el movimiento que le lleva a acelerar se produce mucho más cerca de su propia área que de la contraria. A través de un movimiento mucho más vertical de su interior, que rompe sin balón y Callejón abriéndose al costado, escorando su posición por delante del propio lateral, le asegura al sistema una salida mucho más directa y repentina que desde el sector contrario. Prueba de ello es este mapa que muestra los toques de balón de los dos extremos. En él se puede apreciar claramente que los movimientos de José Callejón son más verticales en banda derecha, mientras que Lorenzo Insigne tiene una mayor presencia por dentro.