Nuestra historia de la Copa de Europa sigue con la final de 1995 entre el Ajax y el AC Milan. Seis años ha pasado desde la final que cubrimos en el último capítulo y ha habido muchos cambios. La regla del fuera de juego se ha modificado, se ha introducido la regla de cesión y la Copa de Europa ha sido rebautizada como la Liga de Campeones.
Este es el cuarto capítulo de una serie en la que analizamos una final de cada década de la Copa de Europa. Ya hemos cubierto:
- 1960: Real Madrid 7 - 3 Eintracht Frankfurt
- 1972: Ajax 2 - 0 Inter de Milán
- 1989: AC Milan 4 - 0 Steaua de Bucarest
Esta vez tenemos un encuentro entre el joven Ajax de Louis van Gaal y un Milan que estaba apareciendo en su tercera final consecutiva, y su quinta en un periodo de siete años que comenzó con su triunfo en 1989 y que abarcó dos conquistas más del trofeo. Los dos equipos ya se conocían bien puesto que se habían enfrentado dos veces durante la fase de grupos, con ambos partidos ganados por el Ajax.
Estilos diferentes, resultados similares
En las dos últimas finales que cubrimos, los ganadores establecieron un dominio territorial con una presión alta. Tanto el Ajax en 1972 como el Milan in 1989 acorralaron a sus oponentes e inhibieron su capacidad de avanzar a lugares peligrosos. Por el contrario, este partido fue un encuentro mucho más parejo entre dos equipos con planteamientos diferentes pero igualmente válidos.
El Ajax tenía la mayor parte de la posesión (61%) y buscaba construir pacientemente el juego desde atrás con una salida y progresión del balón mucho más sistematizada que cualquiera que hayamos visto en las finales anteriores de esta serie. Su sistema 3-4-3, con un mediocampo en forma de rombo, tuvo una columna central de puntos de referencia alrededor de los cuales el resto del equipo trianguló.
Danny Blind, Frank Rijkaard y (hasta que se movió al centro del campo) Ronald de Boer eran utilizados frecuentemente como pivotes para cambiar el ángulo del ataque. El equipo de Van Gaal era muy metódico en su manera de mover el balón de lado a lado en busca de espacios, y Rijkaard fue el cerebro del conjunto.
Blind y Rijkaard fueron los dos jugadores experimentados en un equipo de jóvenes. El resto de los titulares tenían 25 años o menos, mientras que los dos suplentes, Nwankwo Kanu y el goleador Patrick Kluivert, tenían ambos 18 años. Seis del once inicial y siete de los 13 jugadores utilizados fueron productos de la cantera del club. Este equipo aportó la columna vertebral de la selección holandesa que llegaron a las semifinales tanto del Mundial de 1998 como de la Eurocopa de 2000.
El grado de estructuración en el uso del balón del Ajax quedó claro por la rapidez con la que detuvieron los contraataques para reajustar sus posiciones una vez que el progreso inicial se había ralentizado.
Eso fue exactamente lo que pasó en su gol ganador. Ronald de Boer condujo rápidamente el balón desde la defensa hasta el mediocampo, pero se detuvo cuando las opciones que tenía por delante se estrecharon. A partir de ahí, el Ajax movió el balón a la izquierda, a la derecha, de nuevo a la izquierda, y desde allí al centro, donde Rijkaard encontró a Kluivert, y Kluivert marcó ajustado al palo desde dentro del área.
Este Ajax utilizó la posesión como un medio de control. Dominó el balón y lo movió de tal manera que se encontró en condiciones para recuperarlo una vez perdido. Fue casi más una herramienta defensiva que una de ataque. El Ajax mantuvo la portería a cero en ocho de sus once encuentros en la competición de 1994-95, incluyendo en cuatro de sus cinco partidos de la ronda eliminatoria. Fue la misma historia el año siguiente, cuando perdió la final contra el Juventus en los penaltis después de haber mantenido a cero la portería en ocho de sus diez partidos anteriores.
Hasta cierto punto, el Milan se contentó con permitir que el Ajax tuviera el balón. No solía intentar romper las cadenas de pases de su oponente, y se apoyó en su organización y una defensa experimentada y bien aceitada. Alessandro Costacurta, Franco Baresi y Paolo Maldini volvían de la final de 1989. De hecho, se alinearon juntos en cuatro de las cinco finales que el Milan disputó en esta época.
La única vez que no lo habían hecho fue en la final del año anterior. Como Costacurta y Baresi no estaban disponibles, el Milan decidió no confiar tanto en su estabilidad defensiva y en su lugar atacó y derrumbó al Barcelona de Johan Cruyff. El resultado fue una convincente victoria por 4-0
Sin embargo, eso no pareció alterar el pensamiento subyacente de su entrenador Fabio Capello. Este Milan no tenía el poder ofensivo de sus primeras encarnaciones de la época, y un planteamiento cauteloso probablemente se adaptó mejor a sus fortalezas. Este fue un 4-4-2 mucho más plano que el que vimos en la final de 1989. Sólo los movimientos de Zvonmir Boban desde la izquierda hacía el centro alteraron la simetría.
Milan fue muy cómodo con su planteamiento y eso se reflejó en la inactividad de Capello en el banco. Van Gaal fue, por lejos, el más animado de los dos entrenadores. Sus dramáticas recreaciones de los incidentes en el campo no sólo ocurrió durante su estancia en el Manchester United.
Durante gran parte del partido, hubo muy poco para separar a los equipos. El Ajax movió el balón y movió el balón, pero tuvo problemas en penetrar la defensiva milanesa. Marc Overmars completó sólo dos de sus 10 intentos de regate desde la izquierda. El Milan fue mucho más directo en su forma de atacar, con balones más largos al centro y a los costados, pero la mayoría de sus tiros fueron desde lugares o situaciones no muy amenazantes.
Ninguno de los dos equipos creó mucho. El total de 21 tiros fue 14 menos que en cualquiera de las tres finales anteriores de esta serie. La suma de Goles Esperados (xG) de 1.65 también fue la más baja hasta ahora. El Ajax generó la oportunidad más clara y consiguió el trofeo, pero fue un partido que podría haber ido de cualquier manera.
Edwin van der Sar
En cierto modo, Edwin van der Sar fue un modelo para el portero de hoy en día. No fue el primer portero que mostró habilidad con el balón a sus pies, pero fue uno de los ejemplos más prominentes en los años inmediatamente después de la introducción de la regla de cesión en 1992.
Eso fue evidente en este partido. Raramente se lanzaba balones largos sin razón, y aunque no era tan hábil en su ejecución como algunos de los porteros de hoy, estaba dispuesto a hacer un toque para abrir líneas de pase o atraer un grado de presión de un rival. Tuvo un par de momentos incómodos bajo presión directa, pero generalmente usó el balón exactamente de la manera que el sistema del Ajax le exigía.
Su porcentaje de pases completados de un 79% fue comparable a los de porteros como Alisson o Manuel Neuer en la competición de 2018-19, pero también se logró con pases más largos por termino medio. Cabe mencionar también que una mayor proporción de sus pases se intentaron bajo presión. Su porcentaje de acierto disminuyó ligeramente en una muestra más grande con los Países Bajos en la Eurocopa de 1996, pero aún estaba dentro del rango de algunos de los distribuidores más competentes del juego moderno.
Van der Sar no era el portero más estético ya que nunca parecía tener el control total de su delgado cuerpo. Tuvo al menos un par de momentos flojos en este partido. Sin embargo, tuvo mucho éxito a lo largo de su carrera y fue una indicación temprana de la dirección en la que iba su profesión.
Demetrio Albertini
Cabe destacar la importancia de Demetrio Albertini para este Milan. Fue un pasador progresivo en las transiciones, el jugador de Milan que más a menudo avanzó el balón al último tercio y también el que creó más oportunidades en juego normal (tres). Su pase a Daniele Massaro para uno de esos tiros giratorios que fueron marca de la casa del delantero fue particularmente bien ejecutado.
Asimismo, hizo mucho trabajo sin balón, liderando a su equipo en interceptaciones, entradas y acciones de presión.
Albertini había jugado al lado de Rijkaard, su similar en el Ajax, en el Milan, y volverían a unirse una vez más cuando Rijkaard, por entonces entrenador del Barcelona, lo fichó en 2005 para jugar los últimos meses de su carrera en el Camp Nou.