La Liga

El Sevilla superó las expectativas en la 2019-20 en su primera temporada con Julen Lopetegui en el banquillo, ganando la Liga de Europa y terminando la campaña de liga en cuarto lugar, igualado en puntos con el tercero, el Atlético Madrid.

Había muchas dudas alrededor de la figura de Lopetegui antes del comienzo de la temporada y no fue universalmente popular la decisión de elegirle como el nuevo entrenador del equipo, pero al final se convirtió en todo un acierto por parte del director deportivo Monchi, de vuelta en el Sevilla tras su paso menos exitoso por el Roma.

El técnico guipuzcoano creó un equipo sólido y bien estructurado que en términos de tanto goles como goles esperados (xG) combinó el quinto mejor ataque de la división con la tercera mejor defensa para la cuarta mejor diferencia de goles.

La cohesión que consiguió fue más impresionante aún dada la cantidad de movimientos en el mercado de fichajes previo al inicio de la temporada. Pareció que Monchi no le gustó para nada el trabajo de sus predecesores porque empezó una revolución total del grupo, con 13 llegadas y una cantidad similar de salidas. Solo un 38.32% de los minutos en la 2019-20 fueron disputados por jugadores de la plantilla de la temporada anterior, el menor porcentaje de toda La Liga.

La base de la solidez defensiva del equipo fue la combinación de Diego Carlos y Jules Kounde en el centro de la zaga con Fernando como un seguro de vida por delante de ellos. Todos fueron nuevos fichajes y todos hicieron su trabajo de manera perfecta. Los dos centrales se mostraron cómodos defendiendo tanto en campo abierto como en su propio área.

Eso era un requisito porque al nivel colectivo variaba mucho la altura de la línea defensiva, entre momentos de presión alta y otros de una presión concentrada en campo propio.

El Sevilla recibió una cantidad de tiros por debajo de la media, mientras que solo el Atlético Madrid concedió tiros de una menor calidad media. Sus rivales tuvieron problemas en crear buenas ocasiones dentro del área.

En el otro extremo del campo, el Sevilla acumuló una buena cantidad de tiros (12.50), pero la calidad media de esos tiros fue por debajo de la media de la división. Fue un ataque suficientemente bien dada su solidez de la defensa pero aún existe espacio para mejoras en la nueva temporada.

El equipo realizó una cantidad respetable de tiros en fases de transición, con los dos laterales Jesús Navas y Sergio Reguilón primordiales en el avance del balón a través de sus conducciones largas y rápidas desde campo propio. Ambos figuraron entre los laterales que más metros ganaron en las conducciones por cada 90 minutos en el campo. Lucas Ocampos también contribuyó mucho en este aspecto, como en todos los aspectos del ataque sevillista.

Sin embargo, en situaciones más estáticas, el Sevilla tuvo problemas en generar ocasiones claras. Ensanchó bien el campo y creó superioridades en las bandas a través de combinaciones entre los laterales, los extremos y los interiores en su 4-3-3 habitual, pero confiaron demasiado en los centros como manera de crear ocasiones. Solo el Getafe creó una mayor proporción de sus tiros así, mientras que ningún equipo utilizó los centros para intentar entrar en el área con más frecuencia que el Sevilla.

En general, los centros representan una manera ineficiente de crear ocasiones de buena calidad. Con las llegadas en enero de Suso y Youssef En-Nesyri, el equipo disponía de un par de jugadores capaces de aportar cosas diferentes al ataque pero el planteamiento no cambió mucho. Puede ser que haya alteraciones más evidentes en la 2020-21.

Parece que este va a ser un mercado más tranquilo que el habitual en el Sevilla pero eso no quiere decir que no haya habido movimientos ni que no habrá más llegadas antes del fin de mercado en octubre.

El club ha sufrido una baja sensible con la marcha de Éver Banega, la piedra angular del medio campo durante mucho tiempo y en la conversación para ser, más allá de los del Barcelona y el Real Madrid, el mejor centrocampista de La Liga en los últimos años. La temporada pasada, avanzó al balón al último tercio más a menudo que cualquier compañero y también lideró al equipo en asistencias tanto reales como esperadas por cada 90 minutos.

El Sevilla ya tiene un reemplazo en Óliver Torres, aunque parece que le falta la capacidad de combinar tan bien la creatividad y eficiencia que hace de Banega uno de los mejores en su posición. Monchi también ha recurrido al mercado para traer dos centrocampistas nuevos: Ivan Rakitić y Óscar Rodríguez.

Rakitic es bien conocido en Nervión y aunque no será el mismo centrocampista todoterreno de su primer paso por club, aportará mucha calidad e inteligencia. Rodríguez llega después de una buena temporada en el Leganés como cedido del Real Madrid. Se perfila como un jugador que toma riesgos en busca de profundidad en vez de uno capaz de controlar el ritmo del equipo, pero eso podría cambiar en un contexto diferente. Sin embargo, el Sevilla tal vez no debería esperar que se repita el ritmo de goles desde situaciones a balón parado que consiguió en la 2019-20.

Youssef Bounou ha llegada de manera permanente después de sus buenas actuaciones bajo palos en la Liga de Europa y podría desplazar a Tomáš Vaclík como portero titular en Liga. Los datos de los porteros son susceptibles de cierta varianza, pero Bounou estuvo entre los mejores de La Liga en el Girona en la 2018-19 y también pareció rendir a un nivel por encima del de Vaclík en la 2019-20.

Existen algunas tareas pendientes. Navas jugó más minutos (3658) que cualquier compañero la temporada pasada y parecía incombustible a pesar de sus 34 años de edad. Queda por ver si es capaz de sostener otra vez una carga de minutos tan alta. Después de una cesión prometedora en el Mallorca, ¿puede el canterano Alejandro Pozo entrar en la rotación allí en la 2020-21? ¿Si no, el Sevilla entrará en el mercado?

En el otro lateral, el club quiere seguir contando con Reguilón después de un año impresionante como cedido del Real Madrid, pero su continuidad no es nada fácil. Si no llega, el Sevilla buscará otro jugador con características similares. Marcos Acuña del Sporting de Portugal ha sido mencionado como opción.

No obstante, la plantilla está más o menos completa y el Sevilla parece bien situado para repetir su clasificación entre los cuatro mejores de La Liga. No será fácil, pues el Villarreal y la Real Sociedad ya tenían niveles muy similares al Sevilla la temporada pasada, pero con un modelo de juego que incluso con algunas limitaciones en ataque ya ha producido buenos resultados, el equipo de Lopetegui tiene una ligera ventaja en esa lucha de cara a la nueva temporada.

Hace solo dos temporadas, el Valencia ganó la Copa del Rey y terminó la campaña de liga en cuarto lugar, pero las cosas se han empeorado desde entonces y tras un mercado de muchas salidas y ninguna llegada parece que una clasificación en media tabla representaría una buena temporada en la 2020-21.

Después de dos temporadas consecutivas entre los cuatro mejores de La Liga, el Valencia terminó la 2019-20 en noveno lugar, 17 puntos por debajo de los puestos de Champions. Empezó la campaña con Marcelino en el banquillo, pero él fue destituido en septiembre después de varias discusiones con la directiva. Al principio, los resultados de su reemplazo, Albert Celades, fueron bastante buenos, pero los números subyacentes empeoraron de manera significativa.

Verde = Goles esperados (xG); Morada = Goles esperados concedidos.

Entre la llegada de Celades y su destitución a finales de junio, el Valencia tuvo la tercera peor diferencia de goles esperados (xG) de La Liga.

Ni siquiera necesitamos cavar tan profundo como los goles esperados para entender lo mal que estuvo el Valencia de Celades. Realizó sólo 8.28 tiros por partido, la segunda cifra más baja de La Liga, mientras que recibió 15.52 tiros, la peor marca de todos los equipos. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que una diferencial negativa de siete tiros por partido no es una fórmula de éxito.

El declive fue pronunciado en ambos extremos del campo pero sobre todo en defensa. En términos de goles esperados concedidos, el Valencia tuvo la mejor defensa de La Liga en la 2018-19. La temporada pasada, tuvo la cuarta peor. No solo recibió más tiros que ningún otro equipo, pero la calidad media de esos tiros fue también entre los mayores de la división.

Al final, los resultados comenzaron de empeorar, Celades fue despedido después de tres derrotas en cuatro partidos en la vuelta del parón, y Voro llegó para hacer su trabajo casi habitual de entrenador interino.

Apenas había terminado la temporada y el club ya había empezado una misión para reducir de manera significativa el gasto de la plantilla. Entre los traspasos y cesiones a otros clubes y los que han vuelto a sus clubes de origen después de cesiones en el Valencia, han salido ocho jugadores (los rosados en el gráfico por debajo) que entre ellos disputaron un 34% de los minutos totales de la plantilla en la 2019-20.

Entre las salidas figuran los nombres de Ezequiel Garay, el líder de la defensa, Dani Parejo, el director del ritmo, y Rodrigo Moreno, que cuando jugó acumuló más goles y asistencias, y xG y xG asistido, por cada 90 minutos que cualquier compañero.

Asimismo, ha salido el joven Ferran Torres al Manchester City después de aumentar sus minutos por tercera temporada consecutiva y aportar cuatro goles y cinco asistencias.

Las únicas llegadas hasta la fecha han sido las vueltas de cesiones de Jason y Toni Lato. Es probable que lleguen al menos dos fichajes antes del fin de mercado en octubre, con un central y un mediocentro las prioridades, pero queda claro que la plantilla de la 2020-21 va a ser una más joven y menos experimentado, con espacio para canteranos como Hugo Guillamón, quien jugó cinco partidos como titular en el centro de la zaga después del parón, los centrocampistas Vicente Esquerdo y Uros Racic, y el extremo Lee Kang-In.

El nuevo entrenador Javi Gracia está altamente cualificado para afrontar una situación así porque ya ha vivido una muy similar en el Málaga. Llevó el club andaluz a dos clasificaciones en la mitad superior de la tabla a pesar de un presupuesto reducido y las salidas de varios jugadores. Debutó a jóvenes como Juanpi, Pablo Fornals y Sami Castillejo, y se ganó la reputación de ser un técnico capaz de sacar el máximo provecho de sus jugadores.

Gracia llega en Valencia después de poco más de una temporada y media en el banquillo del Watford de la Premier League que terminó con su destitución en septiembre de 2019. Inmediatamente mejoró la defensa en su llegada al club a mitad de la temporada 2017-18, y luego el ataque durante la primera mitad de la 2018-19, una campaña en la que el club llegó a la final de la FA Cup y también consiguió su mejor puesto de liga en más de 30 años. Sin embargo, los números subyacentes del equipo empeoraron en la segunda mitad de esa temporada y tres derrotas en sus primeros cuatro partidos de la próxima campaña pusieron fin a su etapa en Inglaterra.

El Watford de Gracia repitió muchos de los aspectos tácticos de su tiempo en el Málaga. Su formación habitual fue un 4-4-2, pero a veces utilizó un 4-2-3-1. El equipo fue un poco más proactivo que la media de la Premier League en cuanto a la regularidad con la que intentaba romper las cadenas de pases de sus rivales. Atacó de forma rápida, creando menos tiros que la media de la división pero de una calidad media que figuró entre los mejores.

Algunos jugadores del Valencia ya han hablado de la claridad de sus ideas y podemos esperar un planteamiento muy parecido en su vuelta a La Liga. No veremos de nuevo un equipo tan pasivo como el de la temporada pasada. Si nada más, los equipos de Gracia siempre son trabajadores y competitivos.

Está claro que la plantilla necesita al menos un par de refuerzos y en realidad más, como cuatro o cinco, pero todavía incluye, al menos por ahora, suficientes jugadores de calidad para situar al Valencia más como un equipo de media tabla que uno que estará involucrado en una lucha para la permanencia. No obstante, esa refleja una amplia disminución de las ambiciones de un club que hace muy poco fue un equipo de Champions.

La temporada 2019-20 del Barcelona terminó hace solo cuatro semanas pero han pasado tantas cosas desde entonces que ya parece un poco vano intentar sacar mucha información útil de esa temporada para informar nuestro análisis del equipo de 2020-21.

Sin embargo, vale la pena hacer un pequeño resumen de la 2019-20.

Los dos fichajes más caros, Antoine Griezmann y Frenkie de Jong, no rindió como esperaba. Griezmann nunca parecía un buen encaje en el equipo, más que nada porque en el Atlético Madrid hizo su trabajo en los espacios y momentos que en el Barça están reservados para Lionel Messi, y nunca convenció. De Jong hizo una campaña un poco tímido aunque sin un rol bien definido ni la licencia de involucrarse en tantas zonas como en el Ajax.

La sorpresa de la temporada fue, sin duda, Ansu Fati. Debutó con solo 16 años de edad en agosto de 2019 y anotó su primer gol una semana más tarde, así convirtiéndose en el jugador más joven de toda la historia del Barcelona en marcar en Primera División. Al final de la temporada había marcado siete goles y aportado una asistencia, a un ritmo de 0.65 por cada 90 minutos en el campo. Aportó desborde, velocidad e inteligencia desde el flanco izquierdo.

Ernesto Valverde empezó la campaña en el banquillo, pero fue despedido en enero a pesar de dejar el club como líder de La Liga, igualado en puntos con el Real Madrid. Quique Setién tomó las riendas y mejoró tanto los resultados como la media diferencia de goles esperados (xG) del equipo, pero infructuosamente porque fue el Madrid el que ganó el título con una buena racha de resultados después del parón.

Setién fue despedido a su vez después de la vergonzosa derrota por 8-2 contra el Bayern de Múnich en los cuartos de final de la Liga de Campeones que puso fin a la primera temporada sin trofeos en el Camp Nou desde 2007-08.

Dos días más tarde, Ronald Koeman fue nombrado como el nuevo entrenador e inmediatamente empezó el trabajo de comunicar por teléfono a algunos jugadores que no entran en sus planes. Arturo Vidal, Ivan Rakitic, Luis Suárez y Samuel Umtiti recibieron esas llamadas.

Vidal y Suárez fueron dos de los seis titulares con 31 o más años de edad atropellados por un Bayern dinámico en la Champions. No cuesta mucho imaginar Hans Flick, el entrenador del conjunto alemán, adoptado las famosas palabras de Béla Guttman sobre el Real Madrid de los sesenta y adaptándolas al Barça de hoy: “Barcelona cansado, Barcelona cansado. Barcelona, viejo, viejo, viejo. No pueden correr.

Barcelona no puede correr.” No se trató de un fenómeno aislado. En una base ponderada de minutos, el Barça tuvo la segunda plantilla más vieja de La Liga en la 2019-20, con una edad media de 28.2.

Es un problema que ha aumentado año tras año y que parecía llegar a un punto de quiebre en la 2019-20. Una serie de decisiones cuestionables, si no malas, en cuanto a la confección de la plantilla no solo ha dejado el club con un grupo caro y envejecido, sino también sin mucho margen económico para revitalizarlo. Antes del final de la temporada, el club ya había hecho su primer movimiento en el mercado en hacer un intercambio con el Juventus de Arthur (24) con Miralem Pjanić (30), envejeciendo aún más la plantilla.

La decisión de poner en la rampa de salida a jugadores como Rakitic (que ya ha salido al Sevilla), Suárez y Vidal creará espacio para hacer algunas modificaciones pero queda por ver si el nuevo secretario técnico Ramon Planes es capaz de gestionar bien la necesidad de mantener un equilibrio entre la competitividad del equipo en el presente y el futuro. Según informes, Koeman ha pedido las llegadas de Gini Wijnaldum del Liverpool (que va a tener 30 años de edad en noviembre) y Memphis Depay del Lyon, (26) jugadores que ya conoce de la selección holandesa pero que en distintos grados solo representarían soluciones a corto plazo: Wijnaldium por su edad, Depay por su nivel.

Ya iba a ser un mercado difícil para el Barça pero luego las cosas se pusieron mucho, mucho peor. Un burofax llegó a la oficina para confirmar lo que el club ya sabía: Messi quería salir.

En la 2019-20, Messi asumió aún más responsabilidad en el ataque del equipo. Su suma de 20 goles y 19 asistencias fue 16 más que el próximo jugador, Suárez. Por cada 90 minutos, tanto Suárez como Fati marcaron goles a un ritmo similar, pero ningún compañero se acercó a igualar su producción creativa. Messi fue el líder claro del equipo en tanto asistencias como goles esperados asistidos por 90.

Es más, por cada 90 minutos, Messi también lideró al equipo en pases al área, pases filtrados y regates. Asimismo, en el avance del balón al último tercio.

(Cabe mencionar que si quieres hacer tu propio análisis de la 2019-20 de Messi y del Barcelona, hemos añadido los datos de esa temporada a nuestro repositorio de la carrera completa de Messi. Puedes encontrar aquí los detalles de como acceder a los datos.)

Dos cosas adicionales. Primero, la 2019-20 fue tanto su segunda peor (con Messi esa es muy relativa) temporada en los últimos diez años en cuanto a goles y asistencias (1.15 por 90) como su peor en cuanto a xG y xG asistido (0.91 por 90). Segundo, fue tanto la primera vez en ese periodo que su proporción de goles a asistencias cayó por debajo de un 60% como la primera vez que su proporción de xG a xG asistido cayó por debajo de un 57%. La división fue casi equitativa en ambos casos.

Siempre fue de esperar que con el paso de los años Messi empezara a transformarse en un jugador más pasador que goleador. El club ha tenido tiempo suficiente para confeccionar una plantilla dinámica, con jugadores capaces de hacer el trabajo con y sin balón que él ya no puede, para dejar a Messi como el eje creativo del equipo. Sin embargo, no lo ha hecho y como consecuencia, ahora tiene a un Messi descontento que ha dejado claro que no le gusta para nada la gestión de la directiva actual, encabezada por Josep Bartomeu.

Parece que va a quedarse, más que nada porque no quiere involucrarse en un caso legal prolongado, pero no es una situación ideal, ni para él, ni para el club. Existen muchas incógnitas sobre el futuro de ambos. Con elecciones en marzo de 2021, esta temporada se siente como una transitoria para el club.

Sin embargo, si Messi está más o menos bien y la plantilla toma forma más pronto que tarde todavía es capaz de competir por el título de La Liga. Es poco probable que haga una buena campaña en la Champions pero no había mucha diferencia entre el Barça y el Real Madrid la temporada pasada y si bien el Madrid parece mejor situado de cara a la nueva temporada, no está cantado que el equipo de Zinedine Zidane defienda con éxito el trofeo.

¡Esperamos que estéis disfrutando de nuestras previas de la nueva temporada de La Liga! Hemos hecho previas de los equipos de la Premier League en nuestra web inglés durante muchos años, pero este es el primer año en el que las estamos haciendo también para la liga española.

Hay diez previas esta temporada. Si existe suficiente interés, las haremos para toda La Liga el año que viene.

- Athletic Club

- Atlético Madrid

- Barcelona

- Celta Vigo

- Real Betis

- Real Madrid

- Real Sociedad

- Sevilla

- Valencia

- Villarreal

Si queréis leer más sobre las métricas y los conceptos incluidas en las previas, hemos escrito una serie de artículos en los que tratamos de explicar las nociones básicas del análisis de datos en el fútbol:

- ¿Qué son los goles esperados (xG)?

- Introducción a las Métricas Defensivas en Fútbol

- Ajuste por cada 90 minutos

- Introducción a la interpretación de los radares de StatsBomb

Asimismo, nuestro curso online Introducción al Análisis de Datos en Fútbol Profesional ya está disponible. Los goles esperados (xG), táctica ofensiva y defensiva, acciones a balón parado, análisis de equipos y más:

https://cursos.statsbomb.com/courses/introduccion

¡Muchas gracias por su apoyo!

Dos años seguidos salvándose del descenso milagrosamente hacían pensar en un reseteo importante en el Celta Vigo pero desde la directiva se ha insistido en que la línea de trabajo era la correcta. Así, llegará el comienzo de La Liga con muchas incógnitas y pocas ilusiones.

La apuesta en la comunicación corporativa, la nueva partida, recuerda esa vida extra que se ganó de rebote en Leganés. La realidad es que parece que se ha pulsado el botón de reinicio por inercia, sin aprendizaje o algún upgrade que hagan pensar en un mejor desenlace. Al menos, hasta que lleguen los refuerzos que Óscar García no deja de pedir.

De momento, no se han cumplido los principales deseos del club: retener a Rafinha es misión casi imposible y el fichaje de Jeison Murillo no se concreta. La opción del colombiano parecía muy cercana pero han aparecido competidores en el mercado y la pieza clave de la defensa no aparece por Vigo, comprometiendo la dañada columna vertebral del equipo.

En media temporada en Vigo, el central procedente de la Sampdoria aportó mucha solidez, siendo un futbolista con personalidad, difícil de superar en el uno contra uno y poderoso en el juego aéreo.

Las tres incorporaciones ya confirmadas no representan ningún salto de nivel que permita evitar otro año de sufrimientos en la zona baja.

Álvaro Vadillo está llamado a ser una de las alternativas en la banda izquierda del ataque pero sus datos son decepcionantes incluso si los comparamos con la peor temporada de Pione Sisto, que acaba de salir traspasado al Midtjylland. El gaditano deberá mejorar mucho sus prestaciones si quiere contar con minutos pues a priori no parece que pueda aportar ni presión ni desborde ni peligro en el área rival.

En cuanto a Miguel Baeza, hablamos de un futbolista de gran talento pero con solo una temporada de experiencia en Segunda B. No parece que pueda dar un rendimiento inmediato que es lo que más urge al club vigués.

El fichaje de Renato Tapia viene a tapar una carencia clara en un equipo al que las transiciones defensivas se le complican en exceso. El internacional peruano es un medio defensivo muy físico, figura que se reclamaba desde hace un par de temporadas en la plantilla.

Sin embargo, Tapia tampoco se puede considerar un salto de nivel inmediato, más bien una incógnita. En varias temporadas en la Eredivisie apenas tuvo continuidad y pasa a una liga más potente donde las exigencias son mayores. En los partidos de pretemporada se ha mostrado muy activo en defensa pero errático con el balón en los pies.

Es difícil prever el nivel del Celta en la Liga 2020-21 sin conocer los movimientos de las próximas semanas ya que los teléfonos de los dirigentes deberán estar funcionando a todas horas para conseguir cuanto antes, y como mínimo, cuatro refuerzos claves para el entrenador.

No se debe olvidar de dónde viene el club, salvado con una puntuación bajísima (37) más por errores ajenos que por méritos propios. El Celta no compite bien, no genera peligro en ataque y es uno de los equipos con menos actividad defensiva en campo rival.

El club vigués tiene uno de los gráficos más preocupantes de la competición, con una escasa actividad defensiva en campo contrario que unido a su tendencia a acumular posesiones inocuas es una bomba de relojería. Eso se traduce en que todo el trabajo de intentar entorpecer la circulación rival se realiza ya en campo propio, donde cualquier acierto rival, o un error, rebote o casualidad puede convertirse en un gol en contra.

La llegada al banquillo de Óscar García en noviembre trajo cierta esperanza que se fue desvaneciendo con algunos resultados injustos y una inercia negativa que se acentuó en la vuelta tras el parón.

Las métricas del Celta de Óscar previas y posteriores al parón por COVID-19 no difieren demasiado. Se empeoraron todavía más unos datos ofensivos que ya eran muy pobres y se mejoró un poco en defensa, sobre todo disminuyendo la calidad media de los remates rivales.

En la lista de deberes para esta nueva partida figura mejorar mucho el ataque ya que la paupérrima cifra de 37 goles, seis de ellos de penalti, refleja exactamente lo esperado en el modelo de goles esperados (xG) de StatsBomb.

A falta de los refuerzos claves que deben marcar diferencias en esta nueva partida, habrá que buscar en casa las esperanzas para las primeras jornadas de Liga. En pretemporada ha destacado la vuelta del díscolo Emre Mor, uno de los mejores regateadores en el fútbol mundial que se ha pasado años perdido por su poca disciplina dentro y fuera del campo.

Si el Celta mantiene enchufado al futbolista turco y consigue que su relación con Iago Aspas, Nolito y el delantero que falta por llegar se consolide sobre el césped, el fichaje más importante del Celta puede ser su recuperación para la causa. Mejor no ilusionarse demasiado. Mor es como ese personaje cargado de defectos al que se le coge cariño pero que difícilmente acaba bien su historia. Sin embargo, pese a que suponemos el final, siempre esperamos lo mejor.

Otros futbolistas que deben y pueden dar un paso adelante son el capitán Hugo Mallo, al que las molestias físicas le dejaron a un nivel muy pobre durante la 2019-20 y Santi Mina cuyo rendimiento fue de más a mucho menos, quizás lastrado porque no tuvo fortuna de cara al gol en las primeras jornadas. Debe ganarse los minutos con más esfuerzo, energía y rapidez.

Por último, en un equipo que recupera el balón tan atrás y, por lo tanto, ataca contra defensas formadas, la capacidad de desborde y último pase se convierten en fundamentales. En ese aspecto, la marcha de Rafinha es un golpe duro que ahora mismo sólo encuentra respuesta en el deseo de recuperar a Emre Mor y en un Denis Suárez que debe mantenerse en forma para aportar esas armas claves por dentro para el ataque celeste.

Lo ha dicho Óscar García en su última rueda de prensa, con los fichajes necesarios se pueden hacer grandes cosas, pero sin ellos, el Celta dejará demasiados aspectos en manos del azar y de elementos que no funcionaron en el pasado. Sin esos refuerzos, se augura otro año de sufrimiento y quizás no queden más partidas por jugar en La Liga.

La 2019-20 fue una temporada decepcionante para el Betis. La empezó con ganas de clasificarse para las competiciones europeas, pero la terminó en el puesto quince, solo cinco puntos por encima de la zona de descenso y 15 por debajo de los puestos europeos.

Después de dos años con Quique Setién en el banquillo, el Betis nombró a Rubi como su nuevo entrenador tras de clasificar al Espanyol para Europa en su única campaña en Barcelona. Sin embargo, él nunca parecía cómodo en el Betis, nunca podía replicar el fútbol pulcro y progresivo de su Espanyol y no era de extrañar que perdiera su trabajo en junio después de una sola victoria en sus últimos diez partidos al mando.

Entonces, el Betis empieza de nuevo (de nuevo) esta temporada con tanto un nuevo entrenador como un nuevo director deportivo. Parece que por mucho que la dirección hable de modernizar el club, éste sigue siendo el Betis. Cinco entrenadores y varias remodelaciones entre bambalinas en menos de cinco temporadas está a la par en el Benito Villamarín.

El nuevo hombre al mando es Manuel Pellegrini, ex del Villarreal, Málaga, Real Madrid y el Manchester City, entre otros. Hace mucho que el Betis tiene un entrenador tan laureado como el chileno. Hizo un trabajo impresionante tanto en el Villarreal como en el Málaga, pero llega en Sevilla después de una etapa frustrante en el West Ham de la Premier League.

Pellegrini llevó al equipo a una diferencia positiva de goles esperados (xG) a mitad de su primera temporada en el banquillo pero los números empeoraron después y él fue incapaz de revertir suficientemente la situación en su segundo año. Fue destituido en diciembre de 2019 con el equipo solo un punto por encima de la zona de descenso.

Su primera tarea en su nuevo trabajo será mejorar la segunda peor defensa de La Liga. Solo el Mallorca, descendido, encajó más goles que el 60 del Betis. Es claro que existan muchas posibilidades de mejora en este apartado del equipo pero también es verdad que la situación no es tan mala como parece a primera vista.

El club encajó 11 goles de penalti, la tercera mayor cifra de La Liga. La cantidad de penaltis cometidos, y por consiguiente la cantidad de goles de penalti encajados, es un dato que varia mucho de una temporada a la otra. Por ejemplo, el Betis encajó solo cuatro goles así en la 2018-19 y tres en la 2017-18. Encajar muchos goles de penalti en una temporada no significa que el equipo va a encajar muchos goles así en la próxima.

Si nos limitamos a los goles sin penaltis, el Betis tuvo solo la sexta peor defensa de La Liga en la 2019-20, y el xG también presenta una imagen un poco mejor. En ese sentido, el Betis tuvo la séptima peor defensa de La Liga con una suma de 41.93 xG concedido.

Los datos de los porteros son susceptibles de cierta varianza, pero sugieren que el portero habitual Joel Robles encajó más o menos la cantidad de goles esperadas dada la calidad de los tiros a los que se enfrentó. La muestra es demasiada pequeña para sacar conclusiones concretas pero parece que el segundo portero Dani Martín rindió por debajo de lo esperado en encajar 12 goles en sus 584 minutos en el campo.

Entonces, con menos penaltis cometidos, más regularidad bajo palos y un poco menos suerte en la finalización por parte de sus oponentes, el Betis razonablemente podría encajar 10-15 menos goles en la 2020-21 incluso antes de algunos cambios en el estilo de juego, la organización defensiva o la plantilla que se verán con Pellegrini.

Todos los nuevos fichajes hasta hoy han sido en la defensa, todos a coste cero. El experimentado portero Claudio Bravo, ex del Barcelona y la Real Sociedad en La Liga, ha llegado después de finalizar su contrato con el Manchester City. El central Víctor Ruíz suplirá la marcha de Zouhair Feddal al Sporting de Portugal, mientras que Martín Montoya llega como un suplente de Emerson en el lateral derecho tras la salida de Antonio Barragán.

En el otro extremo del campo, el Betis tuvo el octavo mejor ataque de La Liga en la 2019-20, con 48 goles. Sus 42 goles sin penaltis, también el octavo mejor registro, llegaron de una suma de xG de 41.67, la séptima mejor de la división.

Loren Morón, joaquín (quien jugó bajo las ordenes de Pellegrini en el Málaga) y Nabil Fekir fueron los principales contribuyentes al ataque en cuanto a goles y asistencias, mientras que Sergio Canales fue un jugador primordial en el avance del balón a las zonas de ataque a través de sus pases y conducciones largas: las más largas de toda La Liga entre centrocampistas.

Fekir aportó suficiente en su primera temporada en el equipo como para justificar el dinero que el Betis invirtió en su fichaje. No se puede decir lo mismo de Borja Iglesias, fichado por 28 millones de euros después de una buena temporada con Rubi en el Espanyol. Fichar a un delantero centro con solo una temporada entera en el élite siempre implica riesgo, aún más cuando gastas esa cantidad de dinero, pero nadie esperaba una temporada tan decepcionante del gallego. Marcó solo tres goles y acumuló números lamentables.

Una de las prioridades de Pellegrini será sacar más producción de Iglesias, algo que podría lograr jugando a sus puntos fuertes, algo que el equipo no hizo la temporada pasada. Una comparación de los mapas de tiros de Iglesias en la 2018-19 en el Espanyol y la 2019-20 en el Betis demuestra la diferencia en el servicio que recibió en cada equipo.

En el Espanyol, una mayor proporción de sus tiros provinieron de pases filtrados (los triángulos en el gráfico) que en el Betis. Incluyendo los pases filtrados que no terminaron en tiros, recibió uno por cada 172 minutos en el campo en el Espanyol; uno por cada 262 en el Betis.

Sin embargo, la mayor diferencia fue en los tiros que provinieron de centros. En el Espanyol, solo un 14.94% de sus tiros y un 18.39% de su xG provinieron de este tipo de asistencia; en el Betis, esas cifras aumentaron de manera significativa, a un 37.14% de sus tiros y un 45.79% de su xG.

Asimismo, es interesante saber que en comparación con su año en el Espanyol una mayor porcentaje de los pases que recibió Iglesias en el Betis fueron pases altos. Parece que el equipo jugó a su 187 cm de altura más que sus cualidades reales. En este sentido, fue una de las víctimas, quizás la más clara, de la indecisión de Rubi en cuanto al estilo de juego del equipo.

Entre la defensa y al ataque existió un mediocampo que entre los cambios de formación y de jugadores nunca tomó una forma constante en la 2019-20. El rol más defensivo pasó por varios futbolistas: Javi García (que ya ha salido), Edgar González (cedido al Real Oviedo), William Carvalho, Guido Rodríguez y hasta el central Marc Bartra.

Carvalho solo participaron en 13 partidos ligueros debido a una serie de lesiones. Si puede mantenerse libre de lesiones esta temporada parece que tendrá un rol muy importante. Según informes, Pellegrini lo ve como el eje del juego de su equipo. El nuevo director deportivo, Antonio Cordón, está trabajando en fichar a un jugador más físico a poner a su lado.

Puede ser que haya aún más nuevos integrantes a la plantilla antes del fin del mercado, pero el grupo que Pellegrini tiene ahora es lo suficientemente bueno para producir una temporada mucho mejor que la anterior. Dado el presupuesto del club, una clasificación en la mitad superior de la tabla debería ser la expectativa mínima.

Después de sus pasos por el Paris Saint-Germain y el Arsenal, Unai Emery vuelve a La Liga como nuevo entrenador de un Villarreal que terminó bien la 2019-20 y tiene una plantilla capaz de luchar por un puesto de Champions si todo va bien en la nueva temporada. El Villarreal sobrepasó al Valencia, el Getafe y la Real Sociedad para clasificarse en el quinto puesto con siete victorias en 11 partidos después del parón.

Tenía buenos números subyacentes a lo largo de la temporada pero sufrió muchos vaivenes en la relación entre esos números y su producción real. En este gráfico, que utiliza una media móvil de 10 partidos, la zona verde representa producción por encima de su diferencia de goles esperados (xG); la zona morada, producción por debajo.El estilo de juego también variaba. Javi Calleja tuvo una plantilla que incluyó muchos jugadores capaces de jugar en varios roles y utilizó una variedad de formaciones: 4-2-3-1, 4-1-4-1/4-3-3, 4-4-2. Asimismo, entre la jornada 13 y el parón, cambió muchos aspectos del planteamiento con el que el equipo había empezado la campaña.

El Villarreal se volvió más directo en la forma en que avanzó el balón, entró en el área a través de centros más a menudo que antes y aumentó su volumen de tiros a expensas de la calidad media. En defensa, se volvió más agresivo, defendiendo más arriba y disputando con más frecuencia la posesión. Todo cambió otra vez en la vuelta del parón, con un planteamiento defensivo mucho más pasivo.

Sin embargo, La Liga se volvió menos dinámica en general en este tramo de la temporada y no tiene sentido intentar sacar conclusiones concretas de lo que fue una situación insólita. Calleja tuvo casi tres temporadas al mando desde que reemplazó a Fran Escribá en septiembre de 2017 y salvo un breve periodo de seis partidos en la 2018-19 con Luis García Plaza en el banquillo. En sus primeras dos temporadas, el Villarreal tenía los números subyacentes de un equipo de media tabla. La temporada pasada, tuvo los quinto mejores.

xG = verde; xG recibido = morada. El equipo el Callejo realizó y recibió una cantidad similar de tiros, pero los que realizó fueron de una mejor calidad media (la quinta mejor de la división) que los que recibió (la tercera mejor, es decir la tercera más baja). Terminó la temporada en el quinto puesto, con la quinta mejor diferencia de goles y la quinta mejor diferencia de xG. A fin de cuentas, una buena campaña.

Entonces, ¿Por qué reemplazar a Calleja ahora? En parte porque, según informes, la decisión ya estaba tomada antes de la racha de buenos resultados que llevó al equipo a los puestos europeos, y en parte porque, al menos en la opinión del club, Emery representa una mejora al entrenador madrileño.

Emery tiene los títulos para respaldar sus credenciales y un estilo de juego que debería encajar bien tanto con la plantilla que ha heredado como con los refuerzos que han llegado hasta ahora. Su Sevilla fue un equipo de combinaciones cortas y transiciones rápidas y el Villarreal sobresalió en este aspecto del juego en la 2019-20, con velocidad en ataque y un racimo de buenos pasadores. Ningún equipo creó más tiros desde situaciones de contraataque y solo tres crearon más tiros tras presión alta.

El desborde de Samuel Chukwueze fue una de las armas más poderosas del Villarreal en las transiciones. Su producción de cara al gol bajó respeto a la temporada anterior pero seguía teniendo un rol muy importante en avanzar al balón a las zonas de ataque con sus regates y conducciones. Entre los titulares habituales, ningún compañero condujo al balón tanto al último tercio como al área con más frecuencia de Chukwueze.

Gerard Moreno hizo una temporada fantástica, con 17 goles (sin penaltis) y cinco asistencias. En la primera mitad de la campaña, su compañero de ataque fue Karl Toko Ekambi, que marcó seis goles y finalizó la mayoría de los ataques rápidos del equipo tras recuperaciones de posesión.

Después de su traspaso al Lyon de Francia en enero, fue Paco Alcácer quien llegó para disfrutar de esas ocasiones. Con sus desmarques inteligentes, Alcácer parecía un encaje perfecto y marcó cuatro tantos antes de la final de la temporada. Sólo dos jugadores de La Liga recibieron más pases filtrados por 90 minutos que él. Entre estos dos, el joven Fer Niño, los extremos Moi Gómez y Javi Ontiveros (un revulsivo muy útil pero con el vicio de rematar mucho desde posiciones desfavorables) y el nuevo fichaje Kubo, Emery tiene opciones para tres o todas de las cuatro posiciones más adelantadas en su esquema habitual.

Utilizó un 4-3-3 en el PSG y experimentó con sistemas de tres centrales en el Arsenal, pero es, más que nada, un hombre del 4-2-3-1. Se habla también de la posible llegada de José Callejón del Napoli. Kubo llega como cedido del Real Madrid después de una temporada prometedora en el Mallorca como un joven de 18/19 años de edad. En las cinco grandes ligas europeas solo seis jugadores sub-20 recibieron más minutos que su cifra de ~2,500. Fue una buena iniciación en La Liga en la que sobresalió su habilidad tanto en el regate como en las combinaciones. Tiene su parte en los pasos finales de una buena cantidad de los goles de su equipo.

El Villarreal también ha reforzado su mediocampo tras las salidas de Santi Cazorla (al Al Sadd) y Bruno Soriano (retirado). Aprovechó las rebajas en el Valencia para fichar a Dani Parejo y Francis Coquelin de su rival más cercano.

Coquelin es un centrocampista competente, mientras que Parejo es un jugador hecho a la medida de su nuevo entrenador, un director del ritmo que ya prosperó en un equipo de contraataque en el Valencia de Marcelino. Parejo no es tan hiperactivo como Cazorla, un jugador de tantas cualidades que sería casi imposible reemplazarlo con un solo futbolista, pero si el Villarreal estaba buscando otro jugador creativo de experiencia y clase, se ajusta el rol.

Queda por ver si el club llegará a un acuerdo con el Fulham para fichar de forma permanente a André Zambo Anguissa, que impresionó como cedido la temporada pasada. Si no, quizás se requiere un jugador más en el centro del campo para complementar a Parejo, Coquelin, Manu Morlanes, Manu Trigueros y Vicente Iborra.

El Villarreal todavía está buscando un nuevo portero -- Geronimo Rulli es el que suena con más fuerza -- y un nuevo central para apoyar a Raúl Albiol y Pau Torres, la dupla titular. Torres hizo una temporada muy buena en su primer año en el élite. En general, Emery dispone de una plantilla de buena calidad, con alternativas viables en la mayoría de las posiciones. El Villarreal fue uno de los equipos más abiertos de La Liga la temporada pasada, con el tercer mejor ataque y solo la undécima mejor defensa, y la trayectoria de Emery hasta ahora sugiere que eso no va a cambiar mucho en la 2020-21. No obstante, tiene un equipo capaz de competir bien tanto en La Liga como en Europa.

La 2019-20 fue una temporada de sentimientos mixtos para el Athletic Club. Llegó a la final de la Copa del Rey, un partido aún sin fecha, pero realizó una campaña discreta en La Liga, terminando la temporada en el puesto once, con números subyacentes aún peores.

Una de las dificultades de analizar la temporada 2019-20 es saber cuánta importancia se debería dar al periodo después del parón. En el caso del Athletic, antes de la suspensión de La Liga tuvo números subyacentes de un equipo de media tabla. En sus 11 partidos después del reinicio, combinó los resultados de un equipo de mitad de tabla con los peores números subyacentes de la división. A lo largo de la temporada completa, tuvo la quinta peor diferencia de goles esperados (xG) de La Liga.

Si incluimos el periodo después del parón parece que el Athletic podría ser un equipo en problemas esta temporada. Si lo descartamos, tenemos un club de media tabla que aún antes del parón había perdido el entusiasmo con el que empezaba la temporada, impulsado por el golazo de Aritz Aduriz que le dio los tres puntos contra el Barcelona en la primera jornada. En cualquier caso, sin el progreso en la Copa del Rey, el puesto de Gaizka Garitano habría sido mucho más inestable.

Garitano tomó las riendas en diciembre de 2018, después de la etapa corta e infructuosa de Eduardo Berizzo. La primera cosa que corrigió fue la organización defensiva de un equipo que jugaba demasiado abierto. Se puede ver el cambio en esta linea de tendencia que muestra los goles esperados (verde) y goles esperados recibidos (morada) del Athletic a lo largo de las últimas dos temporadas, utilizando un media móvil de 15 partidos. La cantidad de goles esperados concedidos cayó poco después de la llegada de Garitano al banquillo, marcada por la segunda línea azul.

La defensa fue claramente el punto fuerte del Athletic antes del parón. Recibió sólo 21 goles sin penaltis (24 con penaltis) en 27 partidos de un xG de 26.47. Unai Simón hizo una temporada muy buena bajo palos, lo que ayudó en convertir una defensa algo mejor que la media de La Liga en cuanto a los números subyacentes en uno de los mejores en las cifras reales.

En contraste, la producción del ataque fue realmente pobre, incluso en el contexto de la competición menos anotadora entre las cinco grandes ligas de Europa. Antes del parón, el Athletic tuvo la tercera peor cifra de xG de la liga (0.83 por partido) y solo cinco equipos anotaron menos goles sin penaltis que su marca de 0.85 por partido. La calidad media de sus tiros fue la segunda peor de La Liga.

Empezar arreglando la defensa es una estrategia clásica de un nuevo entrenador, pero la idea es que después de organizar mejor la zaga, se empiece a mejorar el ataque. Garitano consiguió lo primero, pero hasta ahora no ha sido capaz de conseguir lo segundo.

Su equipo no tiene un estilo bien definido en ese apartado del juego. En defensa, el Athletic al menos sigue siendo un equipo que hace una presión más alta y agresiva que la media de La Liga, aunque otros equipos le han sobrepasado en ese aspecto. En ataque, el equipo vasco fue un poco más vertical que la media de La Liga en la 2019-20 pero nada realmente excepcional. No aprovechó las recuperaciones tras presión para crear ocasiones ni dispuso de otra ruta fiable al gol.

Entre todos los jugadores que disputaron al menos 900 minutos de acción, solo Raúl Garcia realizó dos o más tiros por cada 90 minutos y ningún jugador generó suficiente xG para marcar ni una vez cada cinco partidos, aunque Raúl García, el goleador del equipo con ocho tantos (15 incluyendo penaltis), marcó a un ritmo de 0.24 por 90.

No es que sean incapaces los jugadores. Por ejemplo, Iñaki Williams había promediado entre 2.05 y 2.35 tiros, 0.27 y 0.34 xG, y 0.21 y 0.31 goles por 90 en las dos temporadas anteriores. Acumuló solo 1.31 tiros, 0.17 xG y 0.15 goles por 90 en la 2019-20. Entre él, García, Iker Muniain y Iñigo Córdoba hay suficiente talento para tener un ataque más productivo, pero algo tiene que cambiar en el planteamiento. Queda por ver si existe la disposición por parte de Garitano a construir un equipo que mira más a la portería rival.

Hay dos atacantes jóvenes que dispusieron de minutos en la 2019-20 que podrían ayudar a cambiar un poco su perspectiva. Garitano tuvo una plantilla muy estable, con un 92.20% de los minutos disputados por jugadores de la plantilla de la temporada anterior, el mayor porcentaje de toda La Liga. De los cinco nuevos integrantes (los rosados en el gráfico debajo) solo Mikel Vesga, quién volvió de un año de cesión en el Leganés, disputó más de 800 minutos.

Sin embargo, Asier Villalibre y Oihan Sancet, ambos productos de Lezama, mostraron suficiente en su tiempo en el campo para creer que merecen roles más importantes esta temporada.

Villalibre marcó tres goles y consiguió un nivel de producción prometedora de 2.52 tiros y 0.42 xG por 90, pero en una muestra muy pequeña y con solo 43% de sus 607 minutos como titular. Queda por ver si es capaz de mantenerla con más minutos.

Sancet debutó en la primera jornada y empezó nueve partidos como titular, incluyendo cinco de los últimos ocho en el rol de mediocentro ofensivo habitualmente ocupado por Raúl García. Consiguió un gol y una asistencia pero poco más en cuanto a la producción de cara a la portería. Fue seguro con el balón y presiona bien en la fase defensiva pero a pesar de que parecía un jugador interesante, no tuvo un impacto muy concreto. Los que saben mucho de la cantera del Athletic lo ven como un jugador con el talento para convertirse en una pieza clave en el primer equipo, pero puede ser que necesite otro contexto para demostrarlo.

Parece que el proceso natural de recambio en la plantilla del Athletic seguirá esta temporada. En la 2019-20, en una base ponderada de minutos, ningún equipo de La Liga disminuyó la edad media de su plantilla al mismo grado que lo hizo el equipo de Garitano. Simón (22 años de edad) relegó a Iago Herrerín (32) al banquillo. Unai López (24) aumentó sus minutos en el mediocampo al mismo tiempo que los de Beñat (33) y Mikel San José (31) se disminuyeron de manera significativa. Ander Capa (28) reemplazó a Óscar de Marcos (31), lesionado durante más de la mitad de la campaña, como lateral derecho titular. Aritz Aduriz (39) jugó menos minutos y se retiró en mayo.

Beñat y San José ya han salido del club y además de Sancet y Villalibre existen otros jóvenes como Peru Nolaskoain (21), que jugó tanto de central como de centrocampista como cedido en el Deportivo La Coruña, Iñigo Vicente (21), que realizó una temporada productiva en el Mirandés, Unai Vencedor (19) o Oier Zarraga (21), entre varios otros canteranos, luchando para hacerse hueco en la plantilla.

La temporada 2020-21 va a ser una un poco extraña para el Athletic. En la distancia, tiene la final de la Copa del Rey, que probablemente será disputada en abril de 2021, pero antes tiene que encontrar una manera de mejorar su rendimiento en La Liga. Lo probable es que se clasifique en media tabla. La continuidad de Garitano podría depender en si es media tabla tirando hacia arriba o hacia abajo.

En StatsBomb llevamos meses trabajando en nuestro proyecto de Scouting Profesional ProScouting (podéis leer más sobre ello aquí) y nos apetecía escribir sobre atacantes jóvenes jugando en Portugal. Uno de los jugadores que queríamos destacar es Toni Martínez, del FC Famalicão, una de las sensaciones de la Primeira Liga.  

El delantero murciano se embarcó en el proyecto de Famalicão el pasado verano tras una serie de cesiones infructuosas desde el West Ham en las que el delantero no tuvo tiempo de mostrar las cualidades que llevaron al club inglés a pagar 3 millones de Euros cuando era sólo un juvenil del Valencia.

¿Qué podemos decir sobre el perfil de delantero y los aspectos destacados de su juego utilizando una combinación de análisis cualitativo y los datos avanzados de StatsBomb?

Un simple vistazo a su perfil general nos permite ver un delantero que destaca principalmente en situaciones de área, tanto el volumen de tiros como la calidad de las ocasiones le sitúan por encima del percentil 70 respecto a los delanteros en las cinco grandes ligas. Su conversión no se queda atrás y sus diez goles excluyendo penalties están bien sostenidos por sus números subyacentes de Goles Esperados (xG).

Comparar la producción en Portugal respecto a otras competiciones no es sencillo, sin embargo son definitivamente números a tener en cuenta que nos confirman lo que se aprecía en vídeo y en las ocasiones que produce.

En cuanto al tipo de ocasiones, destaca especialmente su movimiento dentro del área y su capacidad para encontrar zonas de remate y sacar remate rápidamente, pero también es un jugador capaz de atacar el espacio en situaciones de transición y definir de manera eficaz en carrera. La combinación de ambas facetas hace de Toni un delantero versátil en este aspecto.  

Asimismo, su altura le permite también aportar remates de cabeza -- pese a que esta temporada haya estado por debajo de la expectativa en conversión de estas ocasiones. 

Es habitualmente un jugador que actúa como referencia en envíos largos, siendo los duelos aéreos y juego de espaldas una de las facetas donde destaca. Su movimiento en transición y en zonas de área queda patente también en los datos, siendo uno de los delanteros con más pases filtrados recibidos (triángulos en el mapa de remates). Pese a que su participación absoluta en el juego del equipo no es excesiva, saca mucho partido de sus intervenciones, sobre todo para sí mismo. 

No es un jugador particularmente regateador ni con un gran cambio de ritmo, pero su movilidad y participación en transiciones se ve reflejada en números decentes en conducciones profundas (conducciones que empiezan fuera del área y acaban dentro).

En el apartado defensivo, sus números tanto en presión como en recuperaciones de balón son poco espectaculares, sin destacar apenas en ninguno de los registros (duelos aéreos excluidos). Está por debajo de la media de la liga en la mayoría de métricas. Su poderío físico le permite ser un jugador difícil de superar en los duelos, sin embargo su excesiva facilidad para hacer falta en estas situaciones es un punto negativo adicional.

Pese a ser un delantero más bien pasivo, analizando el vídeo se puede ver su inteligencia cerrando líneas de pase y anticipación para comenzar con la presión. Por tanto, puede suponerse margen de mejora en esta faceta del juego o jugando junto con otro delantero con más impacto defensivo. 


 

Toni Martínez fue uno de los jugadores incluidos en una de las primeras entregas de nuestro servicio de suscripción StatsBomb ProScouting en el que ofrecemos análisis y evaluaciones profesionales en profundidad de los jugadores tanto desde el punto de vista cuantitativo como del análisis cualitativo. Puedes ponerte en contacto al respecto de este u otros servicios de datos y análisis en el email sales@statsbomb.com.

Ya hace días que Pedro González López, mejor conocido como Pedri, es oficialmente jugador del Barcelona. La nueva promesa del fútbol canario es un talento con letras mayúsculas que, con tan sólo 17 años, está dejando huella en la Segunda División. Ponemos la lupa en su perfil táctico y en su juego. En primer lugar, hay que situarlo en el terreno de juego.

Pedri es un media punta de manual, muy talentoso y ágil. Un futbolista especial que puede generar peligro desde todos los frentes. Sus excelentes prestaciones en cuanto a calidad y desborde le conceden la virtud de poder encajar en varias posiciones.

La U.D. Las Palmas ha jugado en sistemas diferentes, como el 4-4-2 o el 4-3-3, pero sobretodo en 4-2-3-1. Pepe Mel lo ubica mayoritariamente en la media punta izquierda para tirar de su desequilibrio exterior pero también puede jugar por dentro con una solvencia muy marcada. Tanto es así, que ha jugado a perfil cambiado varias veces, algo que se demuestra en este mapa de sus conducciones desde las bandas (perfil izquierdo-perfil derecho):

Su productividad ofensiva es extraordinariamente alta desde banda izquierda hacia el interior pero también desde perfil derecho genera un alto rango de peligrosidad a través de conducciones horizontales o en diagonal.

Súper Dinamizador

Lo primero que salta a la vista cuando se le ve jugar es su espectacular movilidad. Absolutamente nunca está en estático. Aparece y toca continuamente. Dinamiza todo su entorno y saca al rival de un posible orden defensivo. Así mismo, es activo en todos los ejes ya que tanto puede hacer un apoyo cercano como tirar un desmarque de profundidad. Algo que es de mucho valor.

Visión de pase y ayuda en la construcción

Uno de los mayores rasgos de Pedri es la visión periférica para los pases interiores. Sabe discernir enlaces productivos en plena conducción o incluso después de zafarse de la presión de algún rival que le sale al paso. Tiene toque y calidad suficientes como para sacar enlaces de gol en situaciones de alta desfavorabilidad.

Pedri es un pasador muy activo y un magnífico asistente. Dentro de la Segunda División, él es décimo en cuanto a los pases claves, con 1.96 por cada 90 minutos, pero si nos limitamos al juego normal (es decir, sin contar las acciones a balón parado), sube al tercero, con 1.82 por 90. Ha dado cinco asistencias, más que ningún compañero, de una suma de 5.82 Goles Esperados (xG) asistidos que nos dice que la calidad de las ocasiones creadas va más o menos en línea con la cantidad de goles realizados por sus compañeros.

Este gráfico muestra todos sus pases claves y asistencias.

Queda claro que su zona de mayor influencia es el último tercio del campo. Entre los 15 jugadores de Las Palmas que han disputado al menos 1,200 minutos esta temporada hay siete que han dado más pases que Pedri, pero si nos limitamos a pases dentro del último tercio, Pedri encabeza la lista.

Asimismo, y a pesar de su juventud, es un jugador que no se desconecta del juego colectivo ni mucho menos. Ya tiene la madurez suficiente como para saber cuando el equipo se atasca en la elaboración y acude en ayudas para desbloquear. Tiene la calidad para ello así como la responsabilidad de equipo necesaria.

Sólo ocho media puntas y extremos (de los 51 que han disputado al menos 1,200 minutos esta temporada) hacen un menor porcentaje de pases hacia adelante dentro del último tercio que Pedri, que registra un 12%. Es un dato que se puede leer de varias maneras, y hasta cierto punto depende del sistema de juego del equipo, pero el metraje sugiere que la razón es porque se trata de un media punta con desborde pero también de criterio en el juego. Un mediocampista dos por uno.

Desequilibrante en ataque

Pedri es hábil para el regate y especialmente activo en ello ya que reúne muchas de las virtudes necesarias para serlo. Es eléctrico de movimientos y tiene una más que notable variedad de regates. En el partido Las Palmas-Lugo deja una maniobra de auténtico crack en la jugada del gol de la victoria. Utiliza mucho este recurso y posee gran desborde.

Asimismo, tiene una virtud que le hace muy difícil de parar por los marcadores: puede regatear en todas las direcciones. Puede salir igual de rápido por la derecha que por la izquierda, por dentro que por el exterior. Una gran ventaja que queda marcada en este mapa de sus regates en el que se aprecian las direcciones de salida de todos sus regates desde las bandas y los carriles interiores.

Pedri intenta (3.43) y completa (2.34) más regates por 90 minutos que ningún compañero. Regates que muchas veces precede de veloces conducciones.

Juego de espaldas

Es necesario subrayar su buen juego de espalda. Sabe mantener el esférico lo suficientemente alejado de quien le presiona para que no llegue y sabe reaccionar ante cualquier movimiento del rival para tratar de arrebatárselo. Una fortaleza que queda muy bien reflejada en los servicios de banda al pie. Una acción que, en Las Palmas, repite mucho.

Astuto en la anticipación y en la presión

Este punto puede que sorprenda a quienes no le han visto jugar a menudo pero Pedri también contribuye mucho en labores defensivas. No es corpulento ni contundente pero utiliza su velocidad e inteligencia para defender. Destaca por su gran capacidad para la anticipación tirando astucia e intuición. Pero sobresale mucho en el trabajo de presión, como revelan sus estadísticas.

Él es tercero en presiones en la segunda división (28.19 por 90 minutos) y sexto en cuanto a las presiones que resultan en un cambio de posesión dentro de cinco segundos de la acción (4.70 por 90), aunque tercero entre mediapuntas y extremos. Asimismo, hace una gran cantidad de presiones tras perdida. Con 6.63 por 90, es segundo en la división.

Aquí está su mapa de actividad defensiva:

Por último, añadimos su radar dónde se aprecian sus principales características. Como curiosidad, destacar que una de las figuras de radar más cercana a Pedri entre los futbolistas del continente europeo es Julian Brandt del Borussia Dortmund.

Conceptos para la mejora

Pedri es un futbolista de un potencial espectacular pero, por supuesto, también presenta algunos aspectos para la mejora.

La movilidad es, sin duda, una fortaleza en un jugador pero hay que saber distinguir cuando no es necesaria. Y eso es algo que Pedri todavía no ha percibido. Mover simplemente por mover no es un factor que facilite el juego colectivo sino más bien lo contrario. Tan importante es ofrecer facilidades al poseedor del balón como no invadir zonas utilizables por otros jugadores. Aspecto en el que deberá incidir.

Asimismo, Pedri demuestra cierta debilidad en las disputas. Cuando va a los choques cuerpo a cuerpo o pie con pie acostumbra a no salir victorioso. Sólo para un 21% de los regates que sus oponentes intentan. Aunque su juventud le da la posibilidad de mejorar en este aspecto del juego, tampoco parece una debilidad debilitante dada la cantidad de trabajo que hace en las tareas de presión.

Esta semana abordamos la destitución de Albert Celades del Valencia y la salida de Arthur del Barcelona.

Los resultados finalmente castigan a Celades

Un consejo para los que quieran ser propietarios de un club de fútbol... no impongan condiciones inviables a un entrenador que lleva al equipo a acabar entre los cuatro primeros en dos temporadas consecutivas. Si realmente no puede resistirlo, definitivamente no le reemplace con un entrenador de dudosos méritos y experiencia.

En caso de no seguir nuestro consejo, podría sucederle esto:

Hasta hace poco, los resultados del Valencia desde que Albert Celades reemplazó a Marcelino a mediados de septiembre habían sido bastante buenos. Cuando La Liga se detuvo en marzo era séptimo en la clasificación, a sólo cuatro puntos de los puestos de Champions. Sin embargo, los números subyacentes siempre contaban una historia diferente, una que los resultados desde el reinicio han reflejado de manera más exacta. Tres derrotas en cuatro partidos dejó al Valencia a ocho puntos de los cuatro primeros y a Celades sin trabajo.

Ni siquiera necesitamos cavar tan profundo como los Goles Esperados (xG) para entender lo mal que estuvo el Valencia de Celades. Realizó sólo 8.28 tiros por partido, la segunda cifra más baja de La Liga, mientras recibió 15.52 tiros, la peor marca de todos los equipos. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que una diferencial negativa de siete tiros por partido no es una fórmula de éxito.

En los días en que el Total Shots Ratio gobernaba el análisis de datos en fútbol, probablemente hubiéramos considerado que cualquier equipo que realizara un 40% o menos de los tiros en sus partidos era bastante pobre. En promedio, el Valencia de Celades sólo realizó un 35%.

Si acudimos al xG, podemos ver que la calidad media de los tiros del Valencia era mejor que la calidad de los tiros que recibió, pero que la diferencia no era lo suficientemente grande como para equilibrar una disparidad tan grande en cuanto al volumen de tiros. Sólo tres equipos acumularon menos xG por partido que el 0.89 del Valencia, mientras sólo uno recibió más xG por partido que su 1.35. El resultado fue la tercera peor diferencia de xG de la división, -0.46 por partido. Esos son los números de un candidato para el descenso más que los de un aspirante para los puestos de Champions.

Los resultados ocultaron esos problemas. El Valencia rendía muy por encima de sus números subyacentes y a pesar de su declive reciente, seguía yendo unos nueve goles por encima de su diferencia de xG cuando Celades fue relevado de sus funciones.

Como ocurre casi siempre, se ha intentado crear un arco narrativo, decir que las cosas estaban bien hasta que las lesiones le lastraron, identificar un punto de inflexión cuando se perdió el control del vestuario. No obstante, la verdad es que el Valencia de Celades nunca fue muy bueno. Sólo fue necesario un poco de tiempo para que los resultados reflejaran esa realidad.

Arthur se despite de un Barcelona cada vez más viejo

El Barcelona ha dado mucha ventaja al Real Madrid en la carrera por el título con dos empates consecutivos contra el Celta Vigo y el Atlético Madrid que le han dejado a dos puntos del líder con un partido más jugado. Incluso si gana los cinco partidos que le quedan, el Madrid puede permitirse el lujo de perder cuatro puntos en sus seis partidos restantes y aun así ganar La Liga gracias a sus enfrentamientos directos.

Fuera del campo de juego, el Barcelona ha confirmado esta semana lo que en esencia equivale a un acuerdo de intercambio con la Juventus que hará que el club italiano pague 72 millones de euros por Arthur, al mismo tiempo que el Barça pague 60 millones de euros por Miralem Pjanic.

No es un acuerdo que tenga mucho sentido deportivo. Los dos jugadores han tenido roles distintos esta temporada, lo que complica una comparación directa. Pero incluso si aceptamos que, a pesar de que existen diferencias estilísticas, los dos tienen un nivel actual similar, sigue siendo difícil formar un argumento convincente para cambiar a un jugador de casi 24 años por uno de 30. Particularmente cuando el Barça ya tiene un amplio contingente de jugadores de 30 o más años.

La verdad es que este acuerdo tiene muy poco que ver con lo que pasa en el campo de juego. Se trata de mover las cifras en una hoja de cálculo para equilibrar los presupuestos. Ambos equipos tenían déficits y construyeron una manera mutuamente favorable de compensarlos.

Puede que el rendimiento no haya sido el principal motivo de la marcha de Arthur, pero también es justo decir que no ha dado el paso adelante que algunos en el club esperaban de él. Antes del inicio de la temporada el por entonces entrenador Ernesto Valverde le fijó el objetivo de aumentar su rendimiento en ataque, y parecía cumplirlo en la primera parte de la campaña. El problema es que no mucho de eso se mantuvo en un tamaño de muestra más grande.

Sus números de tiros y goles esperados siguen siendo más altos que la temporada pasada, pero eso se equilibra con cifras más bajas de pases claves y goles esperados asistidos. El resultado es un cambio insignificante en su producción ofensiva temporada tras temporada. Su cantidad de pases filtrados también se mantiene igual.

Lo que claramente es es un muy hábil regateador y conductor del balón. No es de extrañar que no haya mantenido el ritmo de tres regates exitosos por cada 90 minutos con que empezó la temporada, pero un ritmo de dos por 90 se sitúa entre los primeros de La Liga en su posición. Completa un 88% de sus regates, la marca más alta de todos los centrocampistas que han completado al menos un regate por 90. Una buena cantidad han sido realmente progresivos.

Asimismo, ha conducido el balón a una distancia mayor por 90 que cualquier otro centrocampista de La Liga.

Dado esas fortalezas y su habilidad en el pase, Arthur mereció otra temporada para intentar aumentar su producción ofensiva y aportar más defensivamente. Particularmente por lo difícil que es desenredar cuánto de su estancada producción en el último tercio es debido al declive general de ataque del Barcelona.

Arthur representaba el activo más vendible de un club que necesitaba equilibrar su cuenta. Los problemas físicos que le han hecho perderse varios partidos con golpes y lesiones persistentes crean suficientes dudas como para justificar que el Barça le sacara provecho en un acuerdo favorable. Sin embargo, es difícil calificar así el acuerdo con la Juventus.

Con una dosis diaria de partidos, escribir sobre La Liga se siente como disparar a un blanco en movimiento, pero haremos lo mejor que podamos.

La nueva realidad

La Liga está de vuelta y muchas cosas no han cambiado. El Valencia sigue recibiendo tiros a un ritmo alarmante, Messi sigue asumiendo casi toda la responsabilidad del buen funcionamiento del ataque del Barcelona y André Zambo Anguissa sigue siendo uno de los regateadores y conductores del balón más activos de la liga en zonas de mediocampo.

Ha habido muy poca variación en los números de regates intentados y completados, en la velocidad con la que los equipos atacan y en la altura en que defienden. El balón ha estado en juego durante más o menos el mismo tiempo que antes. Se ha pitado un número comparable de tiros libres y los totales de presiones y contrapresiones se han mantenido casi estables.

Sin embargo, algunas cosas sí han cambiado. Estamos trabajando con una muestra muy pequeña, así que hay que tener cuidado al sacar conclusiones concretas, pero algunos patrones sobresalen.

Ya había menos tiros y Goles Esperados (xG) en La Liga que en cualquiera de las otras grandes ligas europeas, pero esas cifras han caído aún más desde el reinicio del campeonato. La cantidad de tiros ha bajado de una media de 22.36 por partido antes del parón a 19.91 después, mientras que la media de xG ha bajado de 2.12 a 1.92. Parece que los equipos están teniendo problemas en avanzar hacia la zona de ataque. Los pases completados en los últimos 20 metros del campo se han reducido en más de un 15%.

La agresividad de los equipos a la hora de disputar la posesión también ha disminuido. En promedio, los equipos están permitiendo más de un pase extra por cada intento de romper las cadenas de pases de sus oponentes. La cantidad de presiones en campo contrario y la proporción de las acciones defensivas que calificamos como agresivas (acciones registradas a dos segundos de que el oponente reciba el balón) también han disminuido.

Llorente brilla en su nuevo rol en el Atlético

El Atlético Madrid ha estado en buena forma desde el reinicio, registrando tres victorias y un empate para aprovechar la irregularidad de otros aspirantes a la Champions y subir al tercer puesto, con seis puntos de ventana sobre el Getafe en la quinta posición.

El equipo de Diego Simeone ha tenido buenos números subyacentes durante toda la temporada, pero una mala racha de cara a la portería que duró hasta principios de febrero hizo que los resultados no le acompañasen. En ese momento, iba más de siete goles por debajo de sus goles esperados, y todos sus delanteros estaban rindiendo por debajo de sus números individuales.

Ahora, parece que las cosas están igualándose. En sus nueve partidos siguientes, el Atlético ha ido unos cuatro goles y medio por encima de lo esperado y lo ha convertido en una racha de cinco victorias y cuatro empates sin conocer la derrota.

Ese aumento parece deberse principalmente a un cambio de fortuna de cara a la portería, pero los resultados del Atlético desde el reinicio de La Liga también tienen bastante que ver con lo bien que ha jugado Marcos Llorente en un papel desconocido de segundo delantero.

Ya se vislumbraban las posibilidades en el dramático triunfo del Atlético sobre el Liverpool antes del parón. Allí, Llorente participó en los tres goles de la prórroga, marcando dos y luego asistiendo a Álvaro Morata en el tercero.

Sin embargo, pocos podían esperar que Llorente reanudara la campaña en un papel tan ofensivo. Mediocentro de profesión, sus actuaciones en sus clubes anteriores o incluso en el Atlético, donde no había encajado como se esperaba, no sugerían que tuviera las habilidades para prosperar más arriba. Sus pases siempre han sido más seguros que incisivos, y nunca ha sido ni siquiera un regateador de volumen medio.

No obstante, Simeone había visto algo. “A partir de verlo en los entrenamientos decidimos ponerle mas adelante desde Liverpool y encontramos a un jugador con características diferentes a los de esa posición,” explicó después de que Llorente diera su tercera asistencia desde el reinicio en la victoria del Atlético por 1-0 sobre el Levante el martes. Una repetición del sorprendentemente hábil juego de pies que le llevó a su gol contra el Osasuna esta vez le dio espacio para un centro raso desviado en su propia portería por Bruno González.

En sólo 231 minutos de fútbol, Llorente ya ha realizado el doble de regates que en los 812 anteriores...

...y ha creado más oportunidades que en la última temporada y media. Después de dos temporadas sin dar un pase filtrado, ha hecho dos en una semana y media. Estamos trabajando con un tamaño de la muestra súper pequeño, y queda por ver cuánto de esto aguantará sobre uno más grande, pero parece que Simeone podría haber diseñado un nuevo delantero.

El Betis destituye a Rubi

Ya estaba cantada. Después de una temporada decepcionante, el Real Betis destituyó a Rubi el domingo tras una derrota por 1-0 ante el Athletic Club que le dejó con sólo un punto en tres partidos desde el reinicio de La Liga y una sola victoria en sus últimos diez.

Rubi logró un excelente séptimo puesto en el Espanyol la temporada pasada, pero no pudo reproducir el fútbol pulcro y progresivo de ese equipo con uno que, al menos sobre el papel, tenía una plantilla más talentosa. Los números subyacentes estaban aceptables, pero nada más, y insuficientes para proteger su puesto dado el presupuesto del club y las pretensiones del mismo al inicio de la temporada.

Rubi no pudo superar los problemas defensivos de un equipo que recibió más goles que todos los demás excepto el Espanyol y el Mallorca, ambos metidos en la pugna para evitar el descenso. Tampoco consiguió obtener ningún tipo de rendimiento de Borja Iglesias, fichado por 28 millones de euros tras una temporada exitosa junto a Rubi en el Espanyol. Esto es simplemente lamentable:

Le reintroducción desde noviembre de elementos del planteamiento de su predecesor Quique Setién impulsó una prometedora cadena de resultados que fue respaldado por buenos números subyacentes. Sin embargo, eso no duró mucho tiempo. La producción en ataque se derrumbó al mismo tiempo que sus números defensivos comenzaron a tambalearse. En los últimos diez partidos de Rubi, el Betis consiguió sólo siete puntos, junto al Eibar, la marca más baja de La Liga.

Rubi deja al Betis en la 14ª puesto, suficientemente por encima de la zona de descenso, pero sin posibilidades razonables de clasificarse para Europa. Se necesita otro reajuste. Parece que por mucho que la dirección hable de modernizar el club, éste sigue siendo el Betis. Cuatro entrenadores y varias remodelaciones entre bambalinas en cuatro temporadas es algo que está a la par en el Benito Villamarín.

Alexis Trujillo se hace cargo del equipo hasta el final de la temporada, pero ¿quién es el siguiente? ¿Javi Gracia? ¿Manuel Pellegrini? ¿Unai Emery?