Existen pocos equipos tan consistentes como el Atlético Madrid. En la 2019-20, se clasificó entre los tres primeros de La Liga para la octava temporada consecutiva. Una racha de siete victorias y cuatro empates después del reinicio de la competición en mayo lo llevó del sexto puesto al tercero al final de la campaña.
Lo hizo con su estilo de juego habitual. El equipo de Diego Simeone defendió en un bloque medio-bajo y compacto, y protegió bien su portería. Recibieron una cantidad por debajo de la media de tiros, mientras que la calidad media de estos tiros fue la más baja en toda La Liga. Encajó solo 27 goles, la segunda mejor cifra de la división. En el otro extremo del campo, atacó de manera precisa, primando la calidad sobre la cantidad de los tiros. Sólo el Barcelona y el Alavés crearon ocasiones de una calidad media más alta.
Fue el Atlético de siempre, a pesar de los cambios en la plantilla. Salieron Antoine Griezmann, Diego Godin, Filipe Luis y Rodri, cuatro de los ochos jugadores que habían disputado más minutos en la 2018-19. Asimismo, se fueron Juanfran y Lucas Hernández, dos más de los primeros 15. Como reemplazos llegaron ocho jugadores por una cantidad cercana a los 250 millones de euros.
No fue una revolución total. Simeone dio un 65% de los minutos a jugadores que habían jugado en la 2018-19, los rosados en el gráfico por debajo, pero algunos de los nuevos jugadores recibieron cantidades significativas de minutos. Felipe, Kieran Trippier y Renan Lodi disputaron más de 2,000; João Felix, más de 1,800; y Marcos Llorente, casi 1,500.
La suposición era que el Atlético necesitaba tiempo para integrar bien los fichajes y la realidad fue así, al menos en cuanto a los resultados. Después de ganar sus primeros tres partidos de la temporada, ganó solo tres de los siguientes 13, junto a ocho empates y dos derrotas. A principios de diciembre se encontraba en el séptimo puesto.
Sin embargo, los números subyacentes contaban otra historia. En ese momento, el Atlético tuvo una diferencia de goles (sin contar penaltis) de cinco goles, pero una diferencia de goles esperados (xG) de 9.53. Es decir, iba más de cuatro goles por debajo de lo esperado.
Los resultados empezaban a mejorar a partir de ahí, aunque las cifras reales tardaron más tiempo aún en asemejarse a números subyacentes que siempre estaban entre los mejores de La Liga. Este gráfico compara la diferencia de goles con la diferencia de xG a lo largo de la temporada, utilizando una media móvil de 10 partidos. La zona morada representa rendimiento por debajo de lo esperado; la zona verde, rendimiento por encima.
Había momentos en que la narrativa parecía ser que los métodos de Simeone se estaban agotando, algo que resurgió después de la floja eliminación de la Champions frente al RB Leipzig. Es verdad que fue una temporada más aceptable que excelente y que el Atlético consiguió su suma de puntos más baja (70) de la época de Simeone. Sin embargo, el equipo cumplió las expectativas en lo que fue un año de transición en el que tuvo, en una base ponderada de minutos, la tercera plantilla más joven de La Liga. Cuando las cifras reales se asemejó a los números subyacentes, fue el tercer mejor equipo de la división.
Félix fue el fichaje estrella, con un coste elevado de 126 millones de euros. El precio claramente condiciona la conversación, pero si lo dejamos a un lado vemos a un jugador que combinaba un estilo de juego muy vistoso con números muy aceptables para una primera temporada en La Liga dado su edad (20) y el planteamiento del Atlético.
En común con todos los delanteros del Atlético, el ex-jugador del Benfica empezó la temporada con una mala racha de puntería que duró hasta finales de enero, pero entre su vuelta de una lesión en febrero y el final de la temporada, marcó cuatro goles que cambió un poco la perspectiva. Sin embargo, dado su talento se espera un paso adelante en la 2020-21.
Simeone nunca parecía totalmente contento con sus opciones en ataque. Quería a Rodrigo Moreno del Valencia, pero él nunca llegó. Muchos diferentes jugadores disputaron minutos entre los dos puestos de delantero y lo en la banda más ofensiva en su habitual 4-4-2: Félix, Álvaro Morata, Ángel Correa, Diego Costa, Thomas Lemar, Vitolo, Yannick Carrasco (que volvió como cedido en enero y podría seguir en el club esta temporada) y hasta Llorente, un mediocentro reconvertido a segundo delantero. De todos ellos, solo Correa y Morata disputaron más de 2,000 minutos e incluso ellos jugaron menos de 2,300 a pesar de que cada uno solo perdió cuatro partidos por razones de lesiones o sanciones.
Los números surgieron que la mejor dupla delantera sería Félix y Morata. Aportaron más xG y xG asistido por 90 minutos que sus compañeros. Morata tiene sus detractores pero es un delantero que siempre tiene la habilidad de fabricar ocasiones de buena calidad.
Llorente impresionó en su rol más adelantado después del parón, muchas veces actuando como un acelerador y dinamizador de los ataques del equipo, y va a ser interesante ver si es capaz de mantener números creativos tan impresionantes en una muestra de mayor tamaño.
Entre las lesiones y su escasa producción de cara a puerta (ha marcado solo un gol por cada 464 minutos en el campo desde su vuelta del Chelsea en 2017), Costa ya no es el jugador que era antes. Está en el año final de su contrato y si se queda debería ser principalmente como revulsivo.
En el centro del campo, Koke, Saúl y Thomas Partey consumieron la gran mayoría de los minutos. Todavía existe la posibilidad de que salga Partey, pero de todos modos, Simeone quiere un mediocentro posicional para reforzar esta zona. Parece que Marc Roca es el elegido. Tuvo una temporada discreta en el descenso del Espanyol, pero tiene una base de talento suficiente para convertirse en el jugador muy útil en el Atlético con tiempo para asentarse.
No existen problemas en el centro de la zaga. Felipe disfrutó de una buena temporada tras su llegada del Porto y entre él, Jose Giménez y Stefan Savic la zona está bien cubierta. Mario Hermoso podría salir por falta de minutos y en ese caso otra opción llegaría.
Existen mas dudas en los puestos de lateral. En el izquierdo, Renan Lodi hizo una buena primera temporada en La Liga pero no tuvo un reemplazo de la misma calidad. En el derecho, Trippier disputó la mayoría de los minutos. Empezó bien la temporada, exhibiendo su gran golpeo a balón parado y también tenía un papel importante en avanzar el balón al área, pero como en el Tottenham Hotspur surgían dudas sobre su aptitud defensiva a medida que la campaña iba avanzado.
Junto a Santiago Arias y Šime Vrsaljko, Trippier es uno de los tres laterales derechos de experiencia que tiene el Atlético. Según informes el club está dispuesto a vender cualquiera de los tres si llega una buena oferta.
En general, parece que va a ser un mercado de fichajes relativamente tranquilo para el Atlético. La única llegada hasta hoy es Ivo Grbic, un portero croata que suplirá la salida de Antonio Adán. Aparte del posible fichaje de Roca, el resto de los refuerzos probablemente llegarían en forma de cesión. Podrían salir jugadores como Lemar o Vitolo, que podría crear espacio para jóvenes como Víctor Mollejo, que hizo una campaña interesante en el Deportivo La Coruña jugando tanto de carrillero como extremo.
En general, el Atlético parece estar en una buena posición de cara a la nueva temporada. Existen algunas debilidades y problemas que resolver, y es poco probable que compita por el título, pero tiene el talento para convertir otra vez el tercer mejor presupuesto de La Liga en un puesto de Champions. Podría ser que el Sevilla o otro equipo como la Real Sociedad o el Villarreal haga una temporada fantástica para colocarse entre los tres primeros, pero es improbable que dos de estos equipos sean capaces de sobrepasar al Atlético. La regularidad tiene sus beneficios.