Con una dosis diaria de partidos, escribir sobre La Liga se siente como disparar a un blanco en movimiento, pero haremos lo mejor que podamos.
La nueva realidad
La Liga está de vuelta y muchas cosas no han cambiado. El Valencia sigue recibiendo tiros a un ritmo alarmante, Messi sigue asumiendo casi toda la responsabilidad del buen funcionamiento del ataque del Barcelona y André Zambo Anguissa sigue siendo uno de los regateadores y conductores del balón más activos de la liga en zonas de mediocampo.
Ha habido muy poca variación en los números de regates intentados y completados, en la velocidad con la que los equipos atacan y en la altura en que defienden. El balón ha estado en juego durante más o menos el mismo tiempo que antes. Se ha pitado un número comparable de tiros libres y los totales de presiones y contrapresiones se han mantenido casi estables.
Sin embargo, algunas cosas sí han cambiado. Estamos trabajando con una muestra muy pequeña, así que hay que tener cuidado al sacar conclusiones concretas, pero algunos patrones sobresalen.
Ya había menos tiros y Goles Esperados (xG) en La Liga que en cualquiera de las otras grandes ligas europeas, pero esas cifras han caído aún más desde el reinicio del campeonato. La cantidad de tiros ha bajado de una media de 22.36 por partido antes del parón a 19.91 después, mientras que la media de xG ha bajado de 2.12 a 1.92. Parece que los equipos están teniendo problemas en avanzar hacia la zona de ataque. Los pases completados en los últimos 20 metros del campo se han reducido en más de un 15%.
La agresividad de los equipos a la hora de disputar la posesión también ha disminuido. En promedio, los equipos están permitiendo más de un pase extra por cada intento de romper las cadenas de pases de sus oponentes. La cantidad de presiones en campo contrario y la proporción de las acciones defensivas que calificamos como agresivas (acciones registradas a dos segundos de que el oponente reciba el balón) también han disminuido.
Llorente brilla en su nuevo rol en el Atlético
El Atlético Madrid ha estado en buena forma desde el reinicio, registrando tres victorias y un empate para aprovechar la irregularidad de otros aspirantes a la Champions y subir al tercer puesto, con seis puntos de ventana sobre el Getafe en la quinta posición.
El equipo de Diego Simeone ha tenido buenos números subyacentes durante toda la temporada, pero una mala racha de cara a la portería que duró hasta principios de febrero hizo que los resultados no le acompañasen. En ese momento, iba más de siete goles por debajo de sus goles esperados, y todos sus delanteros estaban rindiendo por debajo de sus números individuales.
Ahora, parece que las cosas están igualándose. En sus nueve partidos siguientes, el Atlético ha ido unos cuatro goles y medio por encima de lo esperado y lo ha convertido en una racha de cinco victorias y cuatro empates sin conocer la derrota.
Ese aumento parece deberse principalmente a un cambio de fortuna de cara a la portería, pero los resultados del Atlético desde el reinicio de La Liga también tienen bastante que ver con lo bien que ha jugado Marcos Llorente en un papel desconocido de segundo delantero.
Ya se vislumbraban las posibilidades en el dramático triunfo del Atlético sobre el Liverpool antes del parón. Allí, Llorente participó en los tres goles de la prórroga, marcando dos y luego asistiendo a Álvaro Morata en el tercero.
Sin embargo, pocos podían esperar que Llorente reanudara la campaña en un papel tan ofensivo. Mediocentro de profesión, sus actuaciones en sus clubes anteriores o incluso en el Atlético, donde no había encajado como se esperaba, no sugerían que tuviera las habilidades para prosperar más arriba. Sus pases siempre han sido más seguros que incisivos, y nunca ha sido ni siquiera un regateador de volumen medio.
No obstante, Simeone había visto algo. “A partir de verlo en los entrenamientos decidimos ponerle mas adelante desde Liverpool y encontramos a un jugador con características diferentes a los de esa posición,” explicó después de que Llorente diera su tercera asistencia desde el reinicio en la victoria del Atlético por 1-0 sobre el Levante el martes. Una repetición del sorprendentemente hábil juego de pies que le llevó a su gol contra el Osasuna esta vez le dio espacio para un centro raso desviado en su propia portería por Bruno González.
En sólo 231 minutos de fútbol, Llorente ya ha realizado el doble de regates que en los 812 anteriores...
...y ha creado más oportunidades que en la última temporada y media. Después de dos temporadas sin dar un pase filtrado, ha hecho dos en una semana y media. Estamos trabajando con un tamaño de la muestra súper pequeño, y queda por ver cuánto de esto aguantará sobre uno más grande, pero parece que Simeone podría haber diseñado un nuevo delantero.
El Betis destituye a Rubi
Ya estaba cantada. Después de una temporada decepcionante, el Real Betis destituyó a Rubi el domingo tras una derrota por 1-0 ante el Athletic Club que le dejó con sólo un punto en tres partidos desde el reinicio de La Liga y una sola victoria en sus últimos diez.
Rubi logró un excelente séptimo puesto en el Espanyol la temporada pasada, pero no pudo reproducir el fútbol pulcro y progresivo de ese equipo con uno que, al menos sobre el papel, tenía una plantilla más talentosa. Los números subyacentes estaban aceptables, pero nada más, y insuficientes para proteger su puesto dado el presupuesto del club y las pretensiones del mismo al inicio de la temporada.
Rubi no pudo superar los problemas defensivos de un equipo que recibió más goles que todos los demás excepto el Espanyol y el Mallorca, ambos metidos en la pugna para evitar el descenso. Tampoco consiguió obtener ningún tipo de rendimiento de Borja Iglesias, fichado por 28 millones de euros tras una temporada exitosa junto a Rubi en el Espanyol. Esto es simplemente lamentable:
Le reintroducción desde noviembre de elementos del planteamiento de su predecesor Quique Setién impulsó una prometedora cadena de resultados que fue respaldado por buenos números subyacentes. Sin embargo, eso no duró mucho tiempo. La producción en ataque se derrumbó al mismo tiempo que sus números defensivos comenzaron a tambalearse. En los últimos diez partidos de Rubi, el Betis consiguió sólo siete puntos, junto al Eibar, la marca más baja de La Liga.
Rubi deja al Betis en la 14ª puesto, suficientemente por encima de la zona de descenso, pero sin posibilidades razonables de clasificarse para Europa. Se necesita otro reajuste. Parece que por mucho que la dirección hable de modernizar el club, éste sigue siendo el Betis. Cuatro entrenadores y varias remodelaciones entre bambalinas en cuatro temporadas es algo que está a la par en el Benito Villamarín.
Alexis Trujillo se hace cargo del equipo hasta el final de la temporada, pero ¿quién es el siguiente? ¿Javi Gracia? ¿Manuel Pellegrini? ¿Unai Emery?