Apuntes de La Liga: La nueva realidad, el nuevo rol de Llorente y la salida de Rubi

Con una dosis diaria de partidos, escribir sobre La Liga se siente como disparar a un blanco en movimiento, pero haremos lo mejor que podamos.

La nueva realidad

La Liga está de vuelta y muchas cosas no han cambiado. El Valencia sigue recibiendo tiros a un ritmo alarmante, Messi sigue asumiendo casi toda la responsabilidad del buen funcionamiento del ataque del Barcelona y André Zambo Anguissa sigue siendo uno de los regateadores y conductores del balón más activos de la liga en zonas de mediocampo.

Ha habido muy poca variación en los números de regates intentados y completados, en la velocidad con la que los equipos atacan y en la altura en que defienden. El balón ha estado en juego durante más o menos el mismo tiempo que antes. Se ha pitado un número comparable de tiros libres y los totales de presiones y contrapresiones se han mantenido casi estables.

Sin embargo, algunas cosas sí han cambiado. Estamos trabajando con una muestra muy pequeña, así que hay que tener cuidado al sacar conclusiones concretas, pero algunos patrones sobresalen.

Ya había menos tiros y Goles Esperados (xG) en La Liga que en cualquiera de las otras grandes ligas europeas, pero esas cifras han caído aún más desde el reinicio del campeonato. La cantidad de tiros ha bajado de una media de 22.36 por partido antes del parón a 19.91 después, mientras que la media de xG ha bajado de 2.12 a 1.92. Parece que los equipos están teniendo problemas en avanzar hacia la zona de ataque. Los pases completados en los últimos 20 metros del campo se han reducido en más de un 15%.

La agresividad de los equipos a la hora de disputar la posesión también ha disminuido. En promedio, los equipos están permitiendo más de un pase extra por cada intento de romper las cadenas de pases de sus oponentes. La cantidad de presiones en campo contrario y la proporción de las acciones defensivas que calificamos como agresivas (acciones registradas a dos segundos de que el oponente reciba el balón) también han disminuido.

Llorente brilla en su nuevo rol en el Atlético

El Atlético Madrid ha estado en buena forma desde el reinicio, registrando tres victorias y un empate para aprovechar la irregularidad de otros aspirantes a la Champions y subir al tercer puesto, con seis puntos de ventana sobre el Getafe en la quinta posición.

El equipo de Diego Simeone ha tenido buenos números subyacentes durante toda la temporada, pero una mala racha de cara a la portería que duró hasta principios de febrero hizo que los resultados no le acompañasen. En ese momento, iba más de siete goles por debajo de sus goles esperados, y todos sus delanteros estaban rindiendo por debajo de sus números individuales.

Ahora, parece que las cosas están igualándose. En sus nueve partidos siguientes, el Atlético ha ido unos cuatro goles y medio por encima de lo esperado y lo ha convertido en una racha de cinco victorias y cuatro empates sin conocer la derrota.

Ese aumento parece deberse principalmente a un cambio de fortuna de cara a la portería, pero los resultados del Atlético desde el reinicio de La Liga también tienen bastante que ver con lo bien que ha jugado Marcos Llorente en un papel desconocido de segundo delantero.

Ya se vislumbraban las posibilidades en el dramático triunfo del Atlético sobre el Liverpool antes del parón. Allí, Llorente participó en los tres goles de la prórroga, marcando dos y luego asistiendo a Álvaro Morata en el tercero.

Sin embargo, pocos podían esperar que Llorente reanudara la campaña en un papel tan ofensivo. Mediocentro de profesión, sus actuaciones en sus clubes anteriores o incluso en el Atlético, donde no había encajado como se esperaba, no sugerían que tuviera las habilidades para prosperar más arriba. Sus pases siempre han sido más seguros que incisivos, y nunca ha sido ni siquiera un regateador de volumen medio.

No obstante, Simeone había visto algo. “A partir de verlo en los entrenamientos decidimos ponerle mas adelante desde Liverpool y encontramos a un jugador con características diferentes a los de esa posición,” explicó después de que Llorente diera su tercera asistencia desde el reinicio en la victoria del Atlético por 1-0 sobre el Levante el martes. Una repetición del sorprendentemente hábil juego de pies que le llevó a su gol contra el Osasuna esta vez le dio espacio para un centro raso desviado en su propia portería por Bruno González.

En sólo 231 minutos de fútbol, Llorente ya ha realizado el doble de regates que en los 812 anteriores...

...y ha creado más oportunidades que en la última temporada y media. Después de dos temporadas sin dar un pase filtrado, ha hecho dos en una semana y media. Estamos trabajando con un tamaño de la muestra súper pequeño, y queda por ver cuánto de esto aguantará sobre uno más grande, pero parece que Simeone podría haber diseñado un nuevo delantero.

El Betis destituye a Rubi

Ya estaba cantada. Después de una temporada decepcionante, el Real Betis destituyó a Rubi el domingo tras una derrota por 1-0 ante el Athletic Club que le dejó con sólo un punto en tres partidos desde el reinicio de La Liga y una sola victoria en sus últimos diez.

Rubi logró un excelente séptimo puesto en el Espanyol la temporada pasada, pero no pudo reproducir el fútbol pulcro y progresivo de ese equipo con uno que, al menos sobre el papel, tenía una plantilla más talentosa. Los números subyacentes estaban aceptables, pero nada más, y insuficientes para proteger su puesto dado el presupuesto del club y las pretensiones del mismo al inicio de la temporada.

Rubi no pudo superar los problemas defensivos de un equipo que recibió más goles que todos los demás excepto el Espanyol y el Mallorca, ambos metidos en la pugna para evitar el descenso. Tampoco consiguió obtener ningún tipo de rendimiento de Borja Iglesias, fichado por 28 millones de euros tras una temporada exitosa junto a Rubi en el Espanyol. Esto es simplemente lamentable:

Le reintroducción desde noviembre de elementos del planteamiento de su predecesor Quique Setién impulsó una prometedora cadena de resultados que fue respaldado por buenos números subyacentes. Sin embargo, eso no duró mucho tiempo. La producción en ataque se derrumbó al mismo tiempo que sus números defensivos comenzaron a tambalearse. En los últimos diez partidos de Rubi, el Betis consiguió sólo siete puntos, junto al Eibar, la marca más baja de La Liga.

Rubi deja al Betis en la 14ª puesto, suficientemente por encima de la zona de descenso, pero sin posibilidades razonables de clasificarse para Europa. Se necesita otro reajuste. Parece que por mucho que la dirección hable de modernizar el club, éste sigue siendo el Betis. Cuatro entrenadores y varias remodelaciones entre bambalinas en cuatro temporadas es algo que está a la par en el Benito Villamarín.

Alexis Trujillo se hace cargo del equipo hasta el final de la temporada, pero ¿quién es el siguiente? ¿Javi Gracia? ¿Manuel Pellegrini? ¿Unai Emery?

Un año después... la selección española en el Mundial Femenino de 2019

El Mundial de Francia 2019 fue histórico para la selección española en muchos sentidos. Logró su primera victoria mundialista, y también el pase a la segunda fase de la competición.

Además, en octavos de final plantó cara y compitió ante los Estados Unidos, que luego ganó su cuatro Mundial. Jorge Vilda por fin planteó alternativas en su hasta entonces intocable sistema 4-3-3, obteniendo mejoras notables que pueden marcar el camino de la selección hacia la Eurocopa de 2022.

España es una selección que, pese a no ser un equipo históricamente dominante en el fútbol femenino en categoría absoluta, siempre ha querido implantar su propio estilo de juego, uno en el que prima el dominio del balón. Es por ello que el 4-3-3 se ha convertido en un esquema hasta hace un año prácticamente intocable. Superioridad en ataque pero manteniendo el equilibrio defensivo son aspectos positivos que aporta el sistema al equipo. Balón y toque son los ingredientes esenciales del combinado español en ese esquema, y eso se vio reflejado en el Mundial de Francia.

España fue, junto a la campeona Estados Unidos, la selección que más tiros por partido intentó (18). Esto refleja el claro estilo dominante de combinado español que, sumado a la gran cantidad de pases dados en cada partido, también demuestran su carácter asociativo.

No solo en el plano ofensivo la selección tiene un papel destacado, al menos en cuanto a disparos generados, y no tanto en cuanto a ocasiones materializadas, sino que también es habitual encontrarse a un equipo sólido en la zaga de la defensa. La dupla Irene Paredes-Mapi León es uno de los puntos fuertes del equipo, que siempre demuestra solidez defensiva. A los laterales todavía les falta algo más de profundidad, pero en el eje de la zaga pueden presumir de tener a una de las mejores parejas a nivel internacional. Es cierto que el Mundial lo comenzaron dubitativas, como toda la selección, pero se fueron asentando partido tras partido.

España fue el cuarto conjunto que menos disparos recibió, 6.75 por partido. Sólo Canadá, Estados Unidos y Francia recibieron menos. Eso fue en parte resultado de un sistema de presión alta. España intentó romper las posesiones de sus rivales con más frecuencia que cualquier otro equipo y sólo Canadá limitó a sus oponentes a un menor porcentaje de acierto en el pase.

Sumado el buen hacer defensivo con la cantidad de tiros por partidos, se podría esperar una selección con mejores resultados. Pero lo cierto es que se vio asolada por un mal endémico que arrastra desde hace años, la falta de gol.

A lo largo de todo el campeonato, España volvió a acusar la falta de una nueve goleadora. Sin pegada y con la falta de acierto de cara al gol, estamos acostumbrados a ver a una selección con muchos tiros, pero pocos goles. Los dos primeros contra Sudáfrica llegaron desde el punto de penalti, ambos marcados por Jenni Hermoso, y a partir de ahí, tan solo Hermoso y Lucía García fueron capaces de anotar.

España realizó una buena cantidad de tiros pero de una calidad media relativamente pobre.

Este gráfico muestra la distribución de los tiros (línea roja) y tiros recibidos (línea azul) de la selección durante el Mundial. Podemos ver que realizó más tiros de calidad baja y media que sus oponentes pero casi la misma cantidad de tiros de buena calidad, los que históricamente han resultado en gol al menos una de cada tres veces.

A la falta de gol se le suma la falta de verticalidad, que explica también en parte las dificultades de la selección para anotar. Posesión, un juego plano, sin velocidad, y pases y pases pero sin llegar el último. Son aspectos negativos que se reflejan de forma general en el juego de la Selección, particularmente con el 4-3-3, pero a los que en el Mundial de Francia se les intentó poner remedio.

El sistema 4-3-3 es incómodo para uno de los pilares ofensivos del equipo, Hermoso. Es una futbolista que, si bien aporta mucho gol, se siente más cómoda dando el último pase. Le gusta tener libertad de movimiento y moverse en zona de tres cuantos, y eso en un 4-3-3 en el que actúa como punta es casi imposible, y más cuando le acompaña una futbolista como Amanda Sampedro que pierde velocidad por banda, como pasó contra Sudáfrica en el primer partido del torneo.

Por ello uno de los problemas a la falta de gol de la selección puede ser el 4-2-3-1. Jorge Vilda lo probó contra Alemania, y se vieron los mejores primeros 30 minutos de la selección en todo el campeonato. Demostró que una selección intensa, vertical y con ocasiones era posible. También contra China se optó por ese sistema, si bien se topó con una muralla infranqueable.

El 4-2-3-1 es una solución porque de esa forma, Jenni se coloca como mediapunta y tiene delante una referencia ofensiva, en este caso Nahikari García. Se facilita la movilidad de la madrileña, que encuentra mejores espacios y se puede asociar con jugadoras como Lucía García o Mariona Caldentey, y con Nahikari de enganche.

Otro aspecto a tener en cuenta fue la participación de las laterales. La banda izquierda de la selección fue prácticamente inoperante. Ni Marta Corredera ni Leila Ouahabi fueron capaces de convertir ese lateral en una vía ofensiva. Es cierto que con Leila mejoró y que Corredera fue más eficaz en su banda derecha natural, pero en ninguno de los sistemas empleados, la banda izquierda funcionó.

Andrea Falcón, que además de extremo puede actuar como lateral, es una buena respuesta a esa situación. La futbolista es una de las jugadoras más diferenciales de la selección junto a Lucía García en ámbitos de desborde y verticalidad, por lo que su presencia ahí podría suponer una mejor vía ofensiva. También Ainhoa Moraza del Athletic Club, quien no estuvo en el Mundial pero sí en la SheBelieves Cup este marzo, es una lateral con perfil ofensivo que puede ser un comodín para el seleccionador.

En banda derecha, Corredera demostró ser más efectiva desde donde debió empezar la competición, especialmente cuando Lucía García también estaba en el terreno del juego. Avanzó el balón (a través de pases, regates y conducciones) al último tercio más a menudo (por cada 90 minutos) que cualquier compañera.

El 4-2-3-1 también reflejó la importancia de una jugadora clave como Virginia Torrecilla. Tanto con Silvia Meseguer como con Patri Guijarro tuvo buen papel en la salida del balón, sobre todo en la progresión por el carril central. El doble pivote mejoró problemas porque dio libertad a Virginia, y además la defensa se mostró más sólida. Se imprimió más carácter y orden al equipo, mejorando el ataque, y demostrando intensidad y verticalidad desde el principio.

Si bien el 4-2-3-1 demostró dar muchas facilidades al conjunto español y solucionar muchos problemas, Jorge Vilda no se quiso despedir del 4-3-3. Encontró su mejor versión contra Estados Unidos. Inicio sólido, presión alta, rápida réplica. Pero también mucho daño del conjunto americano por las bandas, que sufrieron mucho. No obstante, el 4-3-3 en ese partido fue el mejor visto en la selección por años. Incluso Jenni funcionó mejor y pudo aprovechar la presión de Lucía García. El 4-3-3 con el que inició el Mundial contra Sudáfrica no tiene nada que ver con el que terminó contra Estados Unidos.

Por tanto, a pesar de introducir variantes como el 4-2-3-1 que han mejorado su rendimiento ofensivo, España parece afincada en ese 4-3-3. Sin embargo, por fin Jorge Vilda supo dar con la tecla en su hasta entonces intocable sistema que permitió ver mucho margen de mejora, y que encontró en las más jóvenes un plus de frescura que puede ser importante de cara a la próxima Eurocopa.

Lucía García fue, junto a Hermoso, León y Torrecilla, todas ellas ya experimentadas en la selección, de las mejores jugadoras españolas del Mundial. Sólo Hermoso hizo una contribución directa (realizando el tiro o el pase que asistió al tiro) a más tiros que la delantera vasca.

García fue la encargada de aportar verticalidad y movimiento por esa banda derecha, y mostró tener buena asociación con Hermoso. Máxima goleadora en el Athletic, puede ayudar en esa carencia de gol y llegar a Inglaterra como una de las jugadoras clave de la selección, tras sumar dos años más de experiencia. Es junto a Marta Cardona, a quien hemos visto en partidos posteriores del Mundial y a Falcón, quien ahora mismo puede aportar mayor desborde a la selección.

Asimismo, Aitana Bonmatí y Patri Guijarro están llamadas a ser piezas clave de la selección. La primera fue destacada en ese primer partido contra Sudáfrica, aportando fluidez al campo, y con una visión de juego privilegiada. La segunda, compañera de Aitana en el Barcelona, aporta polivalencia e inteligencia táctica, y dirige al equipo desde el pivote defensivo. Además, cuenta con un buen golpeo exterior, y brilla como interior.

Estas jugadoras, sumadas a las generaciones venideras y a las experimentadas forman un conjunto que, tras mostrar una mejora sustancial en el Mundial de Francia 2019, prepara su camino a una Eurocopa 2022 que ilusiona mucho y para la que España llegará preparada para mejorar su papel gris de la Eurocopa 2017.


En StatsBomb tenemos un compromiso decidido a apoyar e impulsar el fútbol femenino y es por eso que ofrecemos de manera gratuita acceso a nuestra plataforma de análisis a los equipos de las primeras divisiones femeninas de Alemania, España, Francia, Inglaterra, Italia y EE. UU.

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Un breve análisis de la proactividad de los centrales de La Liga

En 2017, Mark Thompson escribió un artículo para nuestra web inglés sobre como formar un perfil estadístico de un central. Vamos a utilizar un aspecto de su concepto para analizar la proactividad (o agresividad) de los centrales de La Liga en el contexto de sus parejas defensivas y ver en qué grado esa proactividad es una característica inherente del jugador en vez de una función del sistema de juego de su equipo o las características de su compañero de defensa.

En su análisis, Mark clasificó entradas y interceptaciones como acciones proactivas, y recuperaciones y bloqueos como acciones reactivas. Escribió el artículo antes de que nosotros en StatsBomb empezáramos de recoger nuestros propios datos y por eso no incluyó nuestros exclusivos datos de presión. Por razones de simplicidad, he utilizado su fórmula original para este análisis.

Bueno, algunas reglas. Sólo he incluido la pareja defensiva más utilizada por cada equipo, y las parejas tienen que haber empezado y terminado al menos ocho partidos juntas como los dos centrales en un sistema de cuatro defensores. Así quedan descartados los centrales del Espanyol y de la Real Sociedad por falta de partidos, y los de un Leganés que ha jugado casi toda la temporada con tres centrales.

Aquí va la lista:

Y aquí, la diferencia entre las cifras de proactividad de los dos centrales de cada equipo tanto en puntos porcentuales como de manera porcentual:

Esa es el panorama global. Ahora, vamos a enfocarnos en algunos jugadores y parejas concretos.

Clément Lenglet

Sólo Rúben Vezo del Levante hace una proporción mayor de acciones proactivas que Clément Lenglet, y la diferencia entre la proactividad del francés y la de su pareja defensiva Gerard Piqué es una de las más grandes de La Liga.

Cualquier persona que haya visto jugar al Barcelona podrá intuir por qué. Con las subidas habituales de Jordi Alba por la banda izquierda, tiene sentido que el central izquierdo, en este caso Lenglet, tenga que ser más agresivo para cortar los contraataques dirigidos a esa banda.

Es algo que podemos ver en una comparación entre los mapas de todas las acciones defensivas (incluyendo nuestros datos de presión) de él y Piqué. Lenglet tiende defender un poco más lejos de su propia portería y sale a zonas exteriores más a menudo que su compañero de defensa.

Ese patrón sigue vigente si echamos un vistazo a los números de 2018-19. En esa temporada, Piqué jugó una buena cantidad de partidos con tanto Lenglet como Samuel Umtiti. En ambos casos, fue el central izquierdo del sistema que hizo una mayor porcentaje de acciones proactivas, aunque Umtiti fue menos agresivo en este respeto que Lenglet.

Entonces, ¿es una característica inherente de Lenglet o es la disparidad con Piqué más una función del sistema del Barça? En cierto modo, podemos resolver la pregunta con los datos del Sevilla de 2017-18. La pareja de centrales más estable que incluyó a Lenglet fue con Simon Kjaer. Jugaron juntos 12 partidos que cumplió los requisitos de nuestro análisis.

Así podemos ver que dentro de un contexto diferente Lenglet fue menos proactivo que su compañero de defensa.

Felipe

El caso de Felipe del Atlético Madrid aporta más evidencia de que todo esto puede ser contextual. En términos de diferencia porcentual, la diferencia en proactividad entre él y su pareja más estable, Stefan Savić, es mayor que la de cualquier otra pareja de centrales.

Felipe también ha empezado y terminado siete partidos al lado de Mario Hermoso, menos que la cantidad mínima que establecimos como regla pero suficiente como base de comparación en este caso. Con Hermoso, Felipe sigue siendo el central más proactivo. Calificamos un 26.26% de sus acciones como proactivas; la cifra para Hermoso es un 16.35%.

Sin embargo, en el Porto en la 2018-19, Felipe compartió defensa con Eder Militão, ahora del Real Madrid. En esta muestra de 17 partidos, todo cambia. En ese contexto, Felipe fue menos proactivo que su compañero.

Otra vez parece que el sistema influye más que las características del jugador.

Raúl Albiol y Pau Torres

Aparte del Atlético, el resto de los equipos con las diferencias más grandes entre la proactividad de sus dos centrales tiene defensores que han jugado en el equipo durante al menos un par de temporadas. No obstante, si salimos del los primeros cinco y fijarnos en el Villarreal, encontramos un club que tiene no sólo uno sino dos centrales nuevos.

Esta temporada, Raúl Albiol ha sido más proactivo en su trabajo defensivo que Pau Torres, ¿pero en la 2018-19? Albiol sí fue el central más proactivo del Napoli al lado de Kalidou Koulibaly, pero Torres, menos proactivo que Albiol en el Villarreal, fue mucho más proactivo que Luís Hernández en el Malaga.

 


Este ha sido un breve análisis de la proactividad relativa de los centrales de La Liga dentro de sus parejas defensivas. Existen muchos caminos que se pueden tomar para profundizar un poco más en este tema, pero esto ha servido para identificar algunos patrones y preguntas para más investigación.

¿Cómo va la Premier League previo a su reinicio?

La Premier League sigue los pasos de la Bundesliga y La Liga al reiniciar esta semana. Han pasado tres meses desde el último partido, entonces ahora es el momento justo para dar un repaso de la situación en ambos extremos de la tabla de posiciones.

El título

Es casi imposible imaginar un mundo en que el Liverpool no levante el trofeo de la Premier League. El equipo de Jürgen Klopp ha dominado la temporada, ganando 27 de sus 29 partidos para establecer una ventaja de 25 puntos sobre el resto. Sólo necesita dos victorias, o alguna otra combinación de resultados que le dé seis puntos, en sus nueve partidos restantes para ganar su primer título de liga en 30 años.

Los puestos europeos

Aquí es donde se pone interesante, especialmente si la prohibición del Manchester City de las competencias europeas sigue en vigencia. Si eliminamos los de Guardiola del cálculo y hacemos lo mismo con el tercer clasificado, el Leicester City, que, a pesar de la tendencia a la baja de sus números subyacentes, disfruta de una ventaja de diez puntos sobre el primer puesto que no da la clasificación a la Champions League, tenemos una carrera emocionante por los otros dos puestos de Champions.

Seis equipos están separados por sólo ocho puntos y el Arsenal, el equipo que se sitúa al final del grupo, ha jugado un partido menos que el resto. Los resultados y los números subyacentes sitúan al Chelsea a la cabeza de la lista de aspirantes, pero después del equipo de Frank Lampard las cosas se ponen un poco más turbias.

El Manchester United y el Wolverhampton Wanderers están separados por sólo dos puntos, y están casi a la par en cuanto a sus respectivas diferencias de Goles Esperados (xG). Los números subyacentes en los últimos 10 partidos sugieren que el impulso está con los Wolves...

...pero fue el United el que consiguió más puntos de estos partidos, 17 a 13. Estas cosas suelen tardar más que nueve partidos en igualarse, especialmente cuando las diferencias son mínimas. El United también se beneficiará del regreso de lesión de su delantero principal Marcus Rashford.

El Tottenham Hotspur también se ha beneficiado de la pausa en la acción, ya que le ha permitido recuperar a dos delanteros como Harry Kane y Heung-Min Son que suelen aportar una gran cantidad de tiros al equipo.

¿Sea suficiente para revertir la mala racha de un equipo que después de una mejora inicial bajo el mando de Jose Mourinho había combinado los resultados de un equipo de media tabla con unos números subyacentes realmente penosos en el período previo a la suspensión de la liga? Probablemente no, pero no perjudicará sus posibilidades.

El Sheffield United está un par de puntos por delante de los Spurs y está a sólo dos puntos del Manchester United con un juego en mano. Ya ha desafiado las probabilidades al establecerse de inmediato como un equipo muy sólido de primera división, y aunque sus números no son tan buenos como los de algunos de los equipos a su alrededor, todavía está muy metido en la pugna.

El Arsenal completa el grupo. Los Gunners no han mostrado suficientes signos de mejora concretos desde que Mikel Arteta reemplazó a Unai Emery en diciembre para dar razones para creer que terminarán con fuerza la campaña.

Es muy probable que los dos puestos de Champions y los dos de la Liga de Europa que existen ahora estén ocupados por cuatro de esos seis equipos. Pero si el resultado de la FA Cup produce otro puesto de clasificación para la última competencia, podría abrir las puertas a otros aspirantes, en particular un Everton que hasta ahora ha rendido muy por debajo de sus números subyacentes.

El descenso

En el otro extremo de la tabla, hay tres puestos de descenso y seis equipos tratando de evitarlos. El Southampton, a cinco puntos del Brighton y a siete de los tres últimos de la clasificación, probablemente estará bien.

El Norwich está a cuatro puntos a la deriva en el último lugar y le va a costar mucho superar los seis puntos que le separan de la seguridad. Su intento de trasladar tanto el planteamiento como la plantilla que le dio el ascenso a la máxima categoría no le ha funcionado. El Aston Villa ha tenido unos números subyacentes terribles durante toda la temporada, especialmente en el lado defensivo, donde ha recibido casi 18 tiros por partido y tiene como consecuencia la peor cifra de xG recibido de la división.

Cuando recibes un promedio de dos goles por partido, necesitas que tu ataque sea bastante bueno y el del Villa sólo es pasable. Sin embargo, tiene un juego en mano sobre los que lo rodean.

Luego viene la verdadera acción, cuatro equipos separados por sólo dos puntos: el Bournemouth, el Watford, el West Ham y el Brighton. Es una batalla muy difícil de pronosticar y no sería de extrañar que una cantidad similar de puntos los separaran al final de la campaña.

El Watford tiene el impulso. Desde que Nigel Pearson se convirtió en su tercer entrenador de la temporada a principios de diciembre, el equipo ha producido tanto los resultados como los números subyacentes de un equipo de la mitad superior de la tabla. Ha habido una clara mejora, particularmente en defensa.

David Moyes, el ex entrenador de la Real Sociedad, aún no ha tenido el mismo efecto en el West Ham. Tanto los resultados como los números subyacentes han empeorado ligeramente desde que reemplazó a Manuel Pellegrini a finales de diciembre. Los cambios tácticos son claros. Su equipo defiende más cerca de su propia portería y de forma más pasiva que la versión de Pellegrini, y genera más de sus tiros desde situaciones de contraataque. Sin embargo, su producción final casi no ha cambiado.

El Bournemouth es uno de los seis peores equipos por los números subyacentes y cayó a la zona de descenso tras tres derrotas y un empate antes del parón de la liga. No inspira mucha confianza en ningún lado del campo, y puede que tenga que apoyarse en su ingenio en las jugadas a balón parado para salvarse en la máxima categoría.

El Brighton aún no ha ganado un partido este año, y de hecho sólo ha ganado uno de sus últimos 14. Ningún equipo ha obtenido menos puntos en el 2020. Aunque es bastante fácil señalar los cambios de estilo realizados desde que Graham Potter se hizo cargo del equipo el verano pasado, no se traduce en resultados.

Sus números subyacentes son los de un equipo de media tabla, y eso normalmente sería suficiente para sugerir que probablemente estará bien. Pero luego miras su calendario, que incluye encuentros con cuatro de los cinco primeros de la clasificación en sus próximos seis partidos, y cuesta tener tanta confianza de que sea así.

Lo que queda por resolver en la vuelta de La Liga

La Liga está de vuelta. Casi un mes después de que la Bundesliga se convirtiera en la primera de las grandes ligas europeas en reanudarse, la primera división española regresa con una jornada apetecible que empieza el jueves con el derbi sevillano entre el Sevilla y el Betis. Todavía queda mucho por resolver en las 11 jornadas restantes.

El título

El Barcelona y el Real Madrid son los únicos dos equipos en la carrera por el título. El Barcelona encabeza la tabla, con dos puntos de ventaja sobre el Madrid y 11 sobre el Sevilla en el tercer puesto.

El impulso parece estar a favor de los líderes. Desde que Quique Setién reemplazó a Ernesto Valverde como entrenador en enero, el Barça ha conseguido más puntos que cualquier otro equipo. En esa muestra relativamente pequeña de ocho partidos, también ha tenido la mejor diferencia de Goles Esperados de la división, y por cierta distancia.

Asimismo, el estilo de Setién, basado en gran medida en la posesión del balón, debería encajar bien con una frenética conclusión de la temporada en que cada equipo jugará 11 veces en un poco más de cinco semanas.

Existen contrapuntos. Al menos sobre el papel, el Madrid tiene un calendario un poco más fácil que el de su rival por el título. La pausa le ha dado a Eden Hazard la oportunidad de recuperarse de una lesión que parecía haber terminado su temporada, y Zinedine Zidane también vuelve a contar con Marco Asensio casi diez meses después de la rotura del ligamento cruzado anterior que sufrió durante la pretemporada. Con el regreso inesperado de estos dos futbolistas, el Madrid parece mejor equipado para ir mano a mano con el Barça.

Los puestos europeos

La competencia por los otros dos puestos de Champions será emocionante. Sólo dos puntos cubren el Sevilla, tercero en la tabla, la Real Sociedad, cuarto, el Getafe, quinto y el Atlético Madrid, sexto.

Es posible que el Sevilla tenga una ligera ventaja. Sus fichajes de enero, Youssef En-Nesyri y Suso, han añadido una capa de variedad a su ataque, y aunque tanto el Getafe como la Real le han dado alcance desde el comienzo de 2020, los números subyacentes del Sevilla se han mantenido buenos.

Sin embargo, esta es una carrera muy difícil de predecir. La Real ha ganado admiradores como un equipo joven y vibrante que juega un fútbol atractivo, pero parece tener el calendario más complicado de todos los aspirantes a la Champions. El Getafe ha conseguido muchos puntos desde el comienzo del año, pero ¿puede mantener su intenso estilo de juego a través de una rápida secuencia de partidos? Parece que el Atlético ya ha dejado atrás sus problemas de finalización y está listo para luchar por un puesto entre los cuatro primeros.

Lo que parece más claro es que la pugna se limita a esos cuatro equipos. El Valencia está a sólo tres puntos del Atlético pero los números surgieron que ha tenido más de su cuota justa de suerte. Va mucho por encima de sus pobres números subyacentes.

Los números del Valencia van en la dirección incorrecta y parece improbable que un equipo que realiza menos de nueve tiros por partido mientras recibe casi 15 pueda seguir consiguiendo los resultados necesarios para igualar el ritmo de los equipos que están por delante en la clasificación.

De hecho, su séptimo puesto, que le podría clasificar a la Europa League dependiendo de los resultados de la final de la Copa del Rey y las competiciones continentales, puede verse amenazado. El Villarreal ha sido un equipo intermitente esta temporada, pero tiene suficiente calidad en el ataque para competir por el puesto si las cosas van bien. El Granada ha dado una muy buena impresión en su regreso a La Liga y había empezado bien el 2020.

El Athletic Club tiene uno de los mejores registros defensivos de La Liga, pero su rendimiento en ataque está por debajo de la media, y se ha beneficiado de un giro positivo respecto a sus números subyacentes. Asimismo, ha conseguido sólo 11 puntos de sus últimos 12 partidos. La final de la Copa del Rey, un derbi vasco contra la Real Sociedad, representa su oportunidad más realista de clasificarse a la Europa League.

El Descenso

Hay tres puestos de descenso y seis equipos tratando de evitarlos. Aunque todavía existe la posibilidad de que el Alavés o el Levante se vean arrastrados a la batalla, el Espanyol, el Leganés, el Mallorca, el Celta Vigo, el Eibar y el Real Valladolid son los equipos en más peligro de descender.

El Espanyol es colista. Sus resultados han mejorado considerablemente desde que Abelardo se convirtió en su tercer entrenador de la campaña a finales de diciembre, pero no se ha producido una mejora acompañante en sus números subyacentes. En ese sentido, ha sido uno de los peores equipos de la división.

Otros equipos a su alrededor también acumularon una buena cantidad de puntos antes del parón, así que el Espanyol todavía está a seis puntos de la permanencia. No todo está perdido. Todavía queda más de un cuarto de la campaña. Sin embargo, ahora mismo el Espanyol no está en una buena posición.

El Leganés es el penúltimo en la tabla. Toda la temporada ha tenido los números subyacentes de un equipo de media tabla, pero ha rendido por debajo de esos números en ambos áreas.

Puede que su suerte aún cambie, pero las salidas de En-Nesyri y Martin Braithwaite, que entre ellos marcaron casi la mitad de sus 21 goles, la cifra más baja de La Liga, no ayudaron a su causa.

Los siguientes son el Mallorca, el Celta Vigo y el Eibar, todos ellos separados por sólo dos puntos. El Mallorca ha mostrado signos de mejora en 2020, particularmente en defensa, pero tiene uno de los calendarios más difíciles de toda La Liga y una plantilla pequeña.

Las cosas se ven más brillantes para un Celta Vigo que ha mejorado mucho bajo el mando de Óscar García y que fichó a jugadores en tres posiciones claves durante el mercado invernal.

El Eibar podría estar en problemas. Aunque ha mejorado después de sus lamentables actuaciones de principios de temporada, sigue siendo uno de los tres peores equipos de la división por los números subyacentes desde el comienzo del año. Es poco probable que una combinación de la plantilla más vieja de La Liga y un estilo de juego agresivo vaya a encajar bien con este calendario condensado.

El Valladolid tiene una ventaja de cuatro puntos sobre el último lugar del descenso. Su permanencia aún no está asegurada, pero si puede seguir sumando puntos a su ritmo actual, algo que parece factible teniendo en cuenta que está rindiendo casi exactamente en línea con sus números subyacentes, es poco probable que tres equipos le superen en la tabla.

Las claves del derbi sevillano que reanudará La Liga

Va a ser este segundo derbi sevillano de la temporada 2019-2020 uno especialmente extraño y singular, por todo tipo de factores. El punto en común será, por tanto, la constante adaptación a todos ellos, no sólo al rival, para parecerse lo máximo posible al equipo que durante toda la temporada han aspirado o logrado ser los proyectos de Julen Lopetegui y Joan Francesc Ferrer ‘Rubí’.

El Sevilla, más acostumbrado a dominar

A modo introductorio cabe destacar, como síntoma y categoría de su lugar en la clasificación, que el Sevilla es un equipo con mucha mejor relación que el Real Betis entre el partido que buscan hacer y el que después logran poner en práctica. Sobre el terreno, el conjunto de Nervión muestra una mayor claridad a la hora de explicar cómo quiere jugar y cómo lo traduce en la creación de ocasiones y la recuperación del balón en la zona del campo en la que desea recuperar. Por eso, es mucho más probable que el Sevilla se responsabilice de dibujar el marco del choque, asumiendo más iniciativa durante los 90 minutos.

En ello, Lopetegui viene apostando por un juego profundamente exterior. Allí, en los costados de un 4-3-3, acumula siempre tres efectivos que aseguran amplitud permanente (extremo), aparición al espacio (lateral) y pase de seguridad (interior) para dar con la superioridad numérica, pudiendo volcar el juego desde el cambio de orientación de Éver Banega u Óliver Torres si el rival frena la progresión y no aparece el espacio que, de manera general, le ha permitido ser el equipo que más a menudo intenta entrar en el área a través de los centros de toda La Liga.

Así, esta capacidad para girar la última línea del rival le posibilita defender de cara la pérdida de balón, donde el concepto defensivo sevillista inmediato consiste en apretar en campo contrario con las dos últimas líneas, medular y zaga, recuperando antes de la divisoria y reiniciando ataques con gran frecuencia. Algo que podemos ver en este gráfico de su actividad defensiva que muestra su actividad en comparación con la media de La Liga en cada zona.

Ese reducido tiempo que pasa entre la construcción y finalización de un ataque y otro inmediatamente posterior sirve de indicador para entender el altísimo ritmo de juego del Sevilla actual, identidad asentada en todos los proyectos del club en este siglo.

Lucas Ocampos y la llegada de Suso

En el plano individual es obligado apuntar lo que ha supuesto la llegada de Suso y la posibilidad de que Lucas Ocampos ocupe su posición natural, el extremo izquierdo, diversificando y equilibrando la amenaza en los dos picos del área.

El argentino se ha convertido en uno de los mejores jugadores de La Liga partiendo desde la derecha, utilizando su envergadura y arrancada para sacar a un central de zona y vaciar el área, favoreciendo la igualdad numérica de Luuk de Jong con el segundo central. Ha sido, por lejos, el jugador más desequilibrante en el ataque del equipo de Lopetegui, como muestra este gráfico de dispersión de regates intentados (x) y completados (y).

Sin embargo, una vez que los rivales ajustaron su plan defensivo desde los movimientos de Ocampos, Jesús Navas y Sergio Reguilón, el juego sevillista se vio necesitado, con el paso de las jornadas, de un perfil de extremo con más juego interior, como es el caso de Suso.

En las últimas jornadas, la fórmula ha equilibrado el campo y ha creado un entramado en el que Ocampos logra estar mejor perfilado para el disparo a puerta partiendo desde la izquierda o cargando el segundo palo.

Siendo probable una baja de última hora por molestias musculares, la ausencia de Ocampos podría notarse sensiblemente a la hora de cambiar de ritmo y generar situaciones de gol, circunstancia que podría llevar a Lopetegui a utilizar a un recambio que represente un rol similar de desequilibrio o verticalidad, como Rony Lopes o Nolito, o buscar un extra de control con Torres como cuarto centrocampista partiendo desde la izquierda.

El Betis, un equipo más intermitente

Por su parte, el Betis apenas ha logrado dar forma y continuidad a un plan general reconocible. Los altibajos han sido constantes, como muestra este gráfico que compara sus goles esperados a sus goles esperados recibidos, utilizando una media móvil de 10 partidos.

Los Verdiblancos han sido un equipo inconexo, agarrado a individualidades formidables como Joaquín, Nabil Fekir o Sergio Canales. Rubi ha tratado de estrechar las líneas y sujetar a un equipo que se parte con frecuencia, que no extrae ventajas colectivas y defensivas desde lo que hace con la pelota, y que pasa más tiempo en las áreas que con el control del centro del campo.

La necesidad de cambio después del deterioro del 'modelo Setién', de mucho control y ataque poco afilado, no se ha traducido de manera constante, pues el Betis llega a este último tramo pendiente de integrar colectivamente lo que tiene a nivel individual, como se percibe de la disparidad en su actividad defensiva entre zonas del campo.

Sergio Canales, motor y embrague hacia Vaclik

Debemos señalar que en el partido de ida, Rubi utilizó una defensa de tres centrales para reforzar el área ante los centros laterales de su máximo rival, restando un centrocampista y aprovechando la posibilidad de atacar espacios amplios, dividiendo la posesión y buscando la pegada de sus mejores futbolistas.

Entre ellos figura un hombre que, independientemente del oponente, pero también por las peculiaridades del equipo de Lopetegui, debería de tener un impacto importante en la transición ofensiva y en los espacios intermedios para separar líneas y ampliar el tiempo entre un ataque local y el siguiente. Más por calidad de las intervenciones que por la cantidad de las mismas, Canales vuelve a surgir como el nexo entre la recuperación de balón y el pase a Fekir, sobre todo por su capacidad para conducir y cambiar de ritmo.

Canales hace más conducciones (x) por 90 minutos de una distancia media más larga (y) que cualquier compañero.

Entre las dificultades más evidentes que ha experimentado el Betis a nivel colectivo se encuentra la constante incomodidad para cruzar la divisoria con el balón controlado y con el bloque avanzando junto, echando de menos la figura de un primer pase de calidad y un centrocampista, sea mediocentro o interior, que recibiera, ordenara y asentara al equipo más arriba para que los espacios de intervención de jugadores desequilibrantes fuese lo más arriba posible.

Sin haberlo logrado, el rol de Canales le ha obligado a bajar más metros y comenzar a conducir desde mucho más atrás, notando la consecuencia de no poder perder la pelota más arriba y tener que iniciar la transición desde mucho más abajo.

Utilizando esta tendencia hacia lo particular, el plan de partido del derbi sevillano, Canales, junto a Fekir como segundo conector en la transición hacia la portería de Vaclik, será el encargado de impedir que la recuperación del Sevilla sea tan dominante. El futbolista cántabro no ha parado de repetir movimientos larguísimos en conducción para meterse en el último tercio y acercar a su equipo a zonas de definición.

Canales avanza el balón al último tercio (x) más a menudo que cualquier compañero y sólo Joaquín hace más pases al área (y) que él.

Sea a la espalda de un interior sevillista o por delante de él para atraer su atención y dibujar sus arrancadas, Canales surge como la gran esperanza verdiblanca para exprimir las posibilidades de un más que probable dominio sevillista en campo bético.

La historia de la Copa de Europa a través de los datos: 2013, Bayern Munich 2-1 Borussia Dortmund

Hemos llegado al último capítulo de nuestra historia de la Copa Europa a través de los datos. Esta vez nos toca la final de 2013 entre dos equipos de la Bundesliga. Después de derrotar al Barcelona y al Real Madrid en sus respectivas semifinales, el Bayern de Múnich y el Borussia Dortmund se enfrentaron en Wembley, cada uno con la esperanza de convertirse en el primer ganador alemán en más de una década.

Esta es la sexta y última parte de la serie. Ya hemos cubierto:

- 1960: Real Madrid 7 - 3 Eintracht Frankfurt

- 1972: Ajax 2 - 0 Inter de Milán

- 1989: AC Milan 4 - 0 Steaua de Bucarest

- 1995: Ajax 1 - 0 AC Milan

- 2009: Barcelona 2 - 0 Manchester United

El Bayern era el favorito tras dominar la Bundesliga y atravesar un camino difícil al final que incluía una histórica paliza global de 7-0 sobre el Barcelona en las semifinales. El Dortmund había estado muy cerca de la eliminación contra el Málaga en los cuartos de final pero sobrevivió este encuentro antes de sorprender al Real Madrid para llegar a la final.

Sólo un puñado de mala suerte impidió que el Bayern derrotara al Chelsea en la final de 2012, y buscaba enmendar la situación y dar un regalo de despedida a su entrenador Jupp Heynckes antes de su retiro.

Un nuevo estilo con resultados antiguos

Justo cuando parecía que la lucha estilística entre la posesión paciente y la defensa en bloque bajo se había establecido, llegaron los alemanes para cambiar el panorama. De repente, la atención del mundo del fútbol se centró en la Bundesliga. El gegenpressing entró firmemente en el lexicón de nuestro deporte y se habló mucho de la importancia de las fases de transición.

El enfrentamiento de dos equipos alemanes produjo un encuentro de alto ritmo que en cuanto a estilo y producción estaba mucho más cerca de la final de 1960 que cualquiera de los otras finales que hemos cubierto en esta serie. Hubo muchos menos tiros, pero sólo esa final de 1960 tuvo una suma de Goles Esperados (xG) más alta que la de 2013.

Asimismo, el ritmo del partido tenía mucho en común con el frenético juego de ida y vuelta que vimos en esa final de 1960. La velocidad media de los ataques fue la más rápida de todas las finales que hemos cubierto, más rápida aún que la de 1960. El Dortmund fue especialmente veloz de avanzar tras ganar la posesión. La velocidad media de los ataques de los equipos de la Champions League de 2018-19 fue de 2.53 metros por segundo; en este partido, el Dortmund atacó a un ritmo de 4.61 metros por segundo.

Sin embargo, esto no produjo una serie de tiros particularmente peligrosos. El equipo de Jurgen Klopp empezó con buen pie, realizando seis tiros antes de que el Bayern hubiera hecho uno, y acumuló un total de 12 durante el transcurso de los 90 minutos. No obstante, incluso con Robert Lewandowski, autor de los cuatro goles de la paliza que el Dortmund propinó al Real Madrid en la ida de su semifinal y con su habitual uso impecable de su cuerpo para proteger el balón y avanzar, y un efervescente Marco Reus entre sus titulares, no sólo hacen cinco tiros menos que el Bayern, sino que la calidad media de los mismos fue también muy inferior a la de sus oponentes.

Bayern usaba mucho más los centros como manera de entrar al área, pero había muy poca grasa para cortar en su mapa de tiros.

Quitar el penalti del Dortmund (convertido por İlkay Gündoğan) y el equipo de Klopp creó menos de un gol esperado. El Bayern tuvo que esperar hasta el minuto 89, cuando Arjen Robben se coló entre dos defensas y remató de forma impecable para disfrutar finalmente del éxito en una gran final continental tras dos intentos fallidos en la Champions con el Bayern y una derrota en la final de la Copa Mundial con Holanda, para marcar el gol de la victoria, pero fue claramente merecido. Robben y Thomas Müller habían participado en gran parte de su mejor juego.

El alto ritmo con el que los dos equipos atacaron les hizo regalar la posesión al otro con cierta frecuencia. Incluso las posesiones más pacientes del Bayern solían resultar en un balón largo de uno de sus centrales.

El porcentaje de acierto en el pase de un 71% fue el más bajo de todas las finales desde 1960, casi cuatro puntos porcentuales menos que el siguiente más bajo. El índice del 65% del Dortmund representó la primera vez desde 1960 que un equipo bajó del 70%.

No sólo se destacó en comparación con las otras finales de esta serie, sino también en el contexto de las finales contemporáneas. En acierto en el pase fue el más bajo de todas las finales disputadas en la década de 2010.

Allí esta la cosa. Este partido y planteamiento de los dos equipos no comenzó una revolución ni anunció una nueva era de dominio alemán. Su selección ganó el Mundial del año siguiente, pero lo hizo con un estilo de juego más dependiente de la posesión. En el ámbito de los clubes, España volvió con fuerza. El Barcelona y el Real Madrid levantaron el trofeo en cada una de las cinco temporadas siguientes, cuatro veces en el caso del Madrid. Alemania todavía no ha proporcionado otro finalista.

Tal es la amplia disponibilidad de video en la era moderna que incluso antes de que el Bayern y el Dortmund saltaran al campo en Wembley, sus ideas ya habían sido analizadas e incorporadas. No disfrutaban de mismo tipo de ventaja extendida que un estilo de juego novedoso proporcionaba al Inter de Milán en los años sesenta o al Ajax en los setenta por ejemplo.

Los totales de las contrapresiones y las contrapresiones en los respectivos últimos tercios en este partido se situaron en o por debajo de la media de esas métricas durante la Champions de la temporada pasada. Lo que una vez fue único se convirtió rápidamente en algo común.

La llegada de Pep Guardiola al Bayern en el verano de 2013 y algunas de sus innovaciones, incluyendo el uso de los laterales en posiciones interiores, también dieron ejemplos de cómo los equipos que utilizaba mucho la posesión podían intentar protegerse mejor contra las transiciones rápidas. Sume todo eso y este final casi se siente como un fallo del sistema que fue rápidamente resuelto.

Los saques de esquina del Bayern

Este Bayern fue una verdadera fuerza en las acciones a balón parado. Dos de los goles en su victoria sobre el Barcelona en semifinales habían llegado de esas situaciones, y en la final generaron numerosas ocasiones a través de los saques de esquina. Siete tiros desde ocho saques de esquina... casi un gol esperado.

Había un par de movimientos interesantes pero poco como las rutinas más avanzadas que vemos hoy en día. Sin embargo, en Müller, Mario Mandzukic y Javi Martínez, el Bayern tenía tres jugadores muy capaces de ganar los duelos individuales dentro del área.

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Esperamos que hayáis disfrutado de esta serie. Además de la publicación a principios de esta semana de los datos de los ‘Invincibles’, el mítico Arsenal de 2003-04, también hemos puesto a disposición del público los datos de las últimas 20 finales de la Champions.

Aquí está una introducción al uso de StatsBomb Data con R: https://statsbomb.com/es/2020/03/introduccion-al-uso-de-statsbomb-data-con-r/

Y algunos más ejemplos de uso: https://statsbomb.com/es/2020/04/ejemplos-de-uso-de-statsbomb-data-con-r/

La historia de la Copa de Europa a través de los datos: 2009, Barcelona 2-0 Manchester United

Hemos entrado al siglo XXI en este capítulo de nuestra historia de la Copa de Europa, con la final de 2009 entre el Barcelona y el Manchester United. Casi quince años después de la última final que cubrimos, este partido se parece mucho más al fútbol de nuestra época.

Este es el quinto capítulo de la serie. Ya hemos analizado:

- 1960: Real Madrid 7 - 3 Eintracht Frankfurt

- 1972: Ajax 2 - 0 Inter de Milán

- 1989: AC Milan 4 - 0 Steaua de Bucarest

- 1995: Ajax 1 - 0 AC Milan

Había algunas caras familiares en esta final. Edwin van de Sar, el portero del Manchester United, fue titular con el Ajax en 1995. Patrick Kluivert, autor del gol decisivo de ese partido, estaba incrustado en la afición del Barcelona. Johan Cruyff, autor de los dos goles de la final de 1972, observaba desde un lugar más tranquilo.

Menos directamente, como un joven de 18 años, Sir Alex Ferguson había asistido a la final de 1960 en Hampden Park y se había quedado hechizado por la brillantez del Real Madrid.

El United de Ferguson fue el vigente campeón tras su victoria a través de la tanda de penaltis sobre el Chelsea en la final de 2008. Acababa de conquistar el título de la Premier League. El Barcelona, en la primera temporada de Pep Guardiola como entrenador, ya había conseguido un doblete de La Liga y la Copa del Rey.

El United empieza bien; el Barça toma el control

Antes del partido, el United era considerado el favorito, marginalmente por las casas de apuestas, más enfáticamente por los miembros más desinformados de la prensa británica. Empezó bien el partido con una serie de ataques rápidos que le hizo registrar cinco tiros en los primeros nueve minutos. Sólo un bloqueo desesperado de Gerard Piqué impidió que Park Ji-Sung abrió el marcador después de un rebote de un tiro libre de Cristiano Ronaldo.

Con sus dos laterales habituales Dani Alves y Eric Abidal suspendidos y Rafael Márquez lesionado, el Barça utilizó una zaga improvisada en la que Piqué y Yaya Touré se alinearon como centrales. Touré jugó como si todavía estuviera en el centro del campo, dando pasos al frente, siguiendo a sus oponentes y tomándose su tiempo en recuperar su posición. Se acomodó un poco a medida que el partido avanzaba, pero aún así regularmente se le encontraba por delante de sus compañeros de defensa.

Sin embargo, no importaba mucho porque después de esa ráfaga inicial del United, el Barcelona tomó el control del partido con un gol de Samuel Eto’o. Por primera vez, Xavi, Andrés Iniesta y Lionel Messi se combinaron por el centro, Iniesta pasó el balón a Eto’o, y Eto’o regateó a Nemanja Vidic antes de marcar con un remate de punta.

Al igual que en la victoria por 6-2 sobre el Real Madrid en La Liga a principios del mismo mes (un partido que cubrimos en detalle como parte de nuestra serie sobre la evolución de Messi), Messi se alineó como falso nueve, con Eto’o y Thierry Henry a ambos lados de él.

Como en ese partido, fue la superioridad numérica del Barça en el centro del campo, con Messi esencialmente a la cabeza de un rombo que tenía a Sergio Busquets en su base, lo que le permitió tomar el control. Durante un rato, todavía había espacios para que el United atacara en transición. Piqué obstruyó a Ronaldo para evitar que entrara en el área después de un bonito pase en diagonal de Ryan Giggs. No obstante, esas oportunidades casi desaparecieron cuando el Barça empezó a encadenar largas secuencias de posesión controlada y progresiva.

Esta secuencia, que terminó con una falta sobre Iniesta, es un buen ejemplo de la forma en la que el equipo de Guardiola fue capaz de mover el balón y mantenerlo lejos del United, con Iniesta, Messi y Xavi muy involucrados.

El United no parecía tener una respuesta. Desde el primer gol del Barcelona hasta el minuto 72, cuando Messi ya había doblado la ventaja de las blaugranas, sólo se registró tres disparos, dos de ellos a balón parado. No hizo ningún tiro durante casi 50 minutos después de un remate de cabeza de Ronaldo desde un tiro de esquina en el minuto 23. Su ataque era una línea plana durante más de la mitad del partido, a pesar de contar con Ronaldo, Wayne Rooney y, después de su introducción en el descanso, Carlos Tevez.

De hecho, con Tevez en el campo en lugar de Anderson, al United le resultó aún más difícil recuperar y mantener el balón, y el Barcelona comenzó a acercarse al segundo gol. Un toque delicioso de Iniesta comenzó un rápido ataque que terminó con una presentable ocasión de Henry; Xavi golpeó el poste con un tiro libre desde el frontal del área; luego, después de un pequeño respiro, Messi se levantó para cabecear un centro preciso de Xavi y casi terminar el encuentro.

Xavi tuvo un partido impresionante, al igual que Iniesta, cuyos toques de calidad les dejaron boquiabiertos a los comentaristas españoles. Fue un receptor fiable bajo presión y un buen conductor del balón. Lo avanzó al último tercio más a menudo que cualquier otro jugador del Barça.

El United estuvo a punto de conseguir un gol casi directamente desde el saque inicial tras el segundo gol, pero a partir de entonces, no parecía probable que remontara. En el transcurso de los 90 minutos, los dos equipos estuvieron igualados en cuanto a las ocasiones, pero el primer gol cambió por completo el aspecto del encuentro. De ahí en más, el Barcelona estuvo a cargo.

Una señal de lo que vendrá

Existió tramos de este partido en los que, en contraste con los movimientos ágiles de sus oponentes, el United parecía decididamente de pies de plomo cuando tenía el balón. Mientras que las posesiones extendidas del Barça a menudo resultaban en un avance hacia al área, las secuencias más largas del United solían producir una posibilidad cada vez menor de un avance significativo. El contraataque fue su arma más peligrosa, y el Barça lo neutralizó.

Este partido fue un anticipo del choque de estilos que prevalecería en los años siguientes. España había ganado la Eurocopa el año anterior, y la selección y el Barça establecieron un modelo de juego al que otros equipos se vieron obligados a adaptarse. Su planteamiento fue diseccionado y se crearon contramedidas. En La Liga, este Barcelona de 2008-09 todavía tiene la mejor diferencia de Goles Esperados (xG) de la época de Messi. Posteriormente, tanto el Barça como la selección española empezaron a utilizar la posesión cada vez más como medida de control.

Sin embargo, los dos años transcurridos y las diversas demostraciones de formas de intentar contrarrestar el Barcelona de Guardiola parecieron no servir de nada al United. Cuando los dos equipos se enfrentaron de nuevo en la final de 2011, la brecha entre ellos se había ampliado mucho.

Las distancias de los tiros

Este partido se sintió como uno de la era moderna en parte porque fue el primero que hemos visto que tenía una razonable difusión de tiros de una calidad decente. Aparte de algunos tiros especulativos de Ronaldo (después de uno de los cuales, el tristemente reciente fallecido Michael Robinson dijo: "Me alegro que dispare desde allí. Si entra, quitamos el sombrero, pero pocos va a entrar desde allí".) y otros, era una colección de tiros de una calidad media que estaba mucho más cercana a la media contemporánea.

En los últimos cuatro finales de la serie, se ha producido una disminución constante tanto de la distancia media de los tiros como del porcentaje de tiros desde fuera del área.

El único atípico es la final de 1960, probablemente porque el peso del balón en esa época hacía ineficientes los tiros de larga distancia. El único partido relativamente contemporáneo a ese en nuestro sistema es el amistoso de 1953 entre Hungría y Inglaterra en Wembley. Ese encuentro tenía una distancia media de los tiros aún más cercana de la portería y un porcentaje menor de tiros desde fuera del área.