Sevilla 2020-21, previa de la temporada

El Sevilla superó las expectativas en la 2019-20 en su primera temporada con Julen Lopetegui en el banquillo, ganando la Liga de Europa y terminando la campaña de liga en cuarto lugar, igualado en puntos con el tercero, el Atlético Madrid.

Había muchas dudas alrededor de la figura de Lopetegui antes del comienzo de la temporada y no fue universalmente popular la decisión de elegirle como el nuevo entrenador del equipo, pero al final se convirtió en todo un acierto por parte del director deportivo Monchi, de vuelta en el Sevilla tras su paso menos exitoso por el Roma.

El técnico guipuzcoano creó un equipo sólido y bien estructurado que en términos de tanto goles como goles esperados (xG) combinó el quinto mejor ataque de la división con la tercera mejor defensa para la cuarta mejor diferencia de goles.

La cohesión que consiguió fue más impresionante aún dada la cantidad de movimientos en el mercado de fichajes previo al inicio de la temporada. Pareció que Monchi no le gustó para nada el trabajo de sus predecesores porque empezó una revolución total del grupo, con 13 llegadas y una cantidad similar de salidas. Solo un 38.32% de los minutos en la 2019-20 fueron disputados por jugadores de la plantilla de la temporada anterior, el menor porcentaje de toda La Liga.

La base de la solidez defensiva del equipo fue la combinación de Diego Carlos y Jules Kounde en el centro de la zaga con Fernando como un seguro de vida por delante de ellos. Todos fueron nuevos fichajes y todos hicieron su trabajo de manera perfecta. Los dos centrales se mostraron cómodos defendiendo tanto en campo abierto como en su propio área.

Eso era un requisito porque al nivel colectivo variaba mucho la altura de la línea defensiva, entre momentos de presión alta y otros de una presión concentrada en campo propio.

El Sevilla recibió una cantidad de tiros por debajo de la media, mientras que solo el Atlético Madrid concedió tiros de una menor calidad media. Sus rivales tuvieron problemas en crear buenas ocasiones dentro del área.

En el otro extremo del campo, el Sevilla acumuló una buena cantidad de tiros (12.50), pero la calidad media de esos tiros fue por debajo de la media de la división. Fue un ataque suficientemente bien dada su solidez de la defensa pero aún existe espacio para mejoras en la nueva temporada.

El equipo realizó una cantidad respetable de tiros en fases de transición, con los dos laterales Jesús Navas y Sergio Reguilón primordiales en el avance del balón a través de sus conducciones largas y rápidas desde campo propio. Ambos figuraron entre los laterales que más metros ganaron en las conducciones por cada 90 minutos en el campo. Lucas Ocampos también contribuyó mucho en este aspecto, como en todos los aspectos del ataque sevillista.

Sin embargo, en situaciones más estáticas, el Sevilla tuvo problemas en generar ocasiones claras. Ensanchó bien el campo y creó superioridades en las bandas a través de combinaciones entre los laterales, los extremos y los interiores en su 4-3-3 habitual, pero confiaron demasiado en los centros como manera de crear ocasiones. Solo el Getafe creó una mayor proporción de sus tiros así, mientras que ningún equipo utilizó los centros para intentar entrar en el área con más frecuencia que el Sevilla.

En general, los centros representan una manera ineficiente de crear ocasiones de buena calidad. Con las llegadas en enero de Suso y Youssef En-Nesyri, el equipo disponía de un par de jugadores capaces de aportar cosas diferentes al ataque pero el planteamiento no cambió mucho. Puede ser que haya alteraciones más evidentes en la 2020-21.

Parece que este va a ser un mercado más tranquilo que el habitual en el Sevilla pero eso no quiere decir que no haya habido movimientos ni que no habrá más llegadas antes del fin de mercado en octubre.

El club ha sufrido una baja sensible con la marcha de Éver Banega, la piedra angular del medio campo durante mucho tiempo y en la conversación para ser, más allá de los del Barcelona y el Real Madrid, el mejor centrocampista de La Liga en los últimos años. La temporada pasada, avanzó al balón al último tercio más a menudo que cualquier compañero y también lideró al equipo en asistencias tanto reales como esperadas por cada 90 minutos.

El Sevilla ya tiene un reemplazo en Óliver Torres, aunque parece que le falta la capacidad de combinar tan bien la creatividad y eficiencia que hace de Banega uno de los mejores en su posición. Monchi también ha recurrido al mercado para traer dos centrocampistas nuevos: Ivan Rakitić y Óscar Rodríguez.

Rakitic es bien conocido en Nervión y aunque no será el mismo centrocampista todoterreno de su primer paso por club, aportará mucha calidad e inteligencia. Rodríguez llega después de una buena temporada en el Leganés como cedido del Real Madrid. Se perfila como un jugador que toma riesgos en busca de profundidad en vez de uno capaz de controlar el ritmo del equipo, pero eso podría cambiar en un contexto diferente. Sin embargo, el Sevilla tal vez no debería esperar que se repita el ritmo de goles desde situaciones a balón parado que consiguió en la 2019-20.

Youssef Bounou ha llegada de manera permanente después de sus buenas actuaciones bajo palos en la Liga de Europa y podría desplazar a Tomáš Vaclík como portero titular en Liga. Los datos de los porteros son susceptibles de cierta varianza, pero Bounou estuvo entre los mejores de La Liga en el Girona en la 2018-19 y también pareció rendir a un nivel por encima del de Vaclík en la 2019-20.

Existen algunas tareas pendientes. Navas jugó más minutos (3658) que cualquier compañero la temporada pasada y parecía incombustible a pesar de sus 34 años de edad. Queda por ver si es capaz de sostener otra vez una carga de minutos tan alta. Después de una cesión prometedora en el Mallorca, ¿puede el canterano Alejandro Pozo entrar en la rotación allí en la 2020-21? ¿Si no, el Sevilla entrará en el mercado?

En el otro lateral, el club quiere seguir contando con Reguilón después de un año impresionante como cedido del Real Madrid, pero su continuidad no es nada fácil. Si no llega, el Sevilla buscará otro jugador con características similares. Marcos Acuña del Sporting de Portugal ha sido mencionado como opción.

No obstante, la plantilla está más o menos completa y el Sevilla parece bien situado para repetir su clasificación entre los cuatro mejores de La Liga. No será fácil, pues el Villarreal y la Real Sociedad ya tenían niveles muy similares al Sevilla la temporada pasada, pero con un modelo de juego que incluso con algunas limitaciones en ataque ya ha producido buenos resultados, el equipo de Lopetegui tiene una ligera ventaja en esa lucha de cara a la nueva temporada.

Valencia 2020-21, previa de la temporada

Hace solo dos temporadas, el Valencia ganó la Copa del Rey y terminó la campaña de liga en cuarto lugar, pero las cosas se han empeorado desde entonces y tras un mercado de muchas salidas y ninguna llegada parece que una clasificación en media tabla representaría una buena temporada en la 2020-21.

Después de dos temporadas consecutivas entre los cuatro mejores de La Liga, el Valencia terminó la 2019-20 en noveno lugar, 17 puntos por debajo de los puestos de Champions. Empezó la campaña con Marcelino en el banquillo, pero él fue destituido en septiembre después de varias discusiones con la directiva. Al principio, los resultados de su reemplazo, Albert Celades, fueron bastante buenos, pero los números subyacentes empeoraron de manera significativa.

Verde = Goles esperados (xG); Morada = Goles esperados concedidos.

Entre la llegada de Celades y su destitución a finales de junio, el Valencia tuvo la tercera peor diferencia de goles esperados (xG) de La Liga.

Ni siquiera necesitamos cavar tan profundo como los goles esperados para entender lo mal que estuvo el Valencia de Celades. Realizó sólo 8.28 tiros por partido, la segunda cifra más baja de La Liga, mientras que recibió 15.52 tiros, la peor marca de todos los equipos. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que una diferencial negativa de siete tiros por partido no es una fórmula de éxito.

El declive fue pronunciado en ambos extremos del campo pero sobre todo en defensa. En términos de goles esperados concedidos, el Valencia tuvo la mejor defensa de La Liga en la 2018-19. La temporada pasada, tuvo la cuarta peor. No solo recibió más tiros que ningún otro equipo, pero la calidad media de esos tiros fue también entre los mayores de la división.

Al final, los resultados comenzaron de empeorar, Celades fue despedido después de tres derrotas en cuatro partidos en la vuelta del parón, y Voro llegó para hacer su trabajo casi habitual de entrenador interino.

Apenas había terminado la temporada y el club ya había empezado una misión para reducir de manera significativa el gasto de la plantilla. Entre los traspasos y cesiones a otros clubes y los que han vuelto a sus clubes de origen después de cesiones en el Valencia, han salido ocho jugadores (los rosados en el gráfico por debajo) que entre ellos disputaron un 34% de los minutos totales de la plantilla en la 2019-20.

Entre las salidas figuran los nombres de Ezequiel Garay, el líder de la defensa, Dani Parejo, el director del ritmo, y Rodrigo Moreno, que cuando jugó acumuló más goles y asistencias, y xG y xG asistido, por cada 90 minutos que cualquier compañero.

Asimismo, ha salido el joven Ferran Torres al Manchester City después de aumentar sus minutos por tercera temporada consecutiva y aportar cuatro goles y cinco asistencias.

Las únicas llegadas hasta la fecha han sido las vueltas de cesiones de Jason y Toni Lato. Es probable que lleguen al menos dos fichajes antes del fin de mercado en octubre, con un central y un mediocentro las prioridades, pero queda claro que la plantilla de la 2020-21 va a ser una más joven y menos experimentado, con espacio para canteranos como Hugo Guillamón, quien jugó cinco partidos como titular en el centro de la zaga después del parón, los centrocampistas Vicente Esquerdo y Uros Racic, y el extremo Lee Kang-In.

El nuevo entrenador Javi Gracia está altamente cualificado para afrontar una situación así porque ya ha vivido una muy similar en el Málaga. Llevó el club andaluz a dos clasificaciones en la mitad superior de la tabla a pesar de un presupuesto reducido y las salidas de varios jugadores. Debutó a jóvenes como Juanpi, Pablo Fornals y Sami Castillejo, y se ganó la reputación de ser un técnico capaz de sacar el máximo provecho de sus jugadores.

Gracia llega en Valencia después de poco más de una temporada y media en el banquillo del Watford de la Premier League que terminó con su destitución en septiembre de 2019. Inmediatamente mejoró la defensa en su llegada al club a mitad de la temporada 2017-18, y luego el ataque durante la primera mitad de la 2018-19, una campaña en la que el club llegó a la final de la FA Cup y también consiguió su mejor puesto de liga en más de 30 años. Sin embargo, los números subyacentes del equipo empeoraron en la segunda mitad de esa temporada y tres derrotas en sus primeros cuatro partidos de la próxima campaña pusieron fin a su etapa en Inglaterra.

El Watford de Gracia repitió muchos de los aspectos tácticos de su tiempo en el Málaga. Su formación habitual fue un 4-4-2, pero a veces utilizó un 4-2-3-1. El equipo fue un poco más proactivo que la media de la Premier League en cuanto a la regularidad con la que intentaba romper las cadenas de pases de sus rivales. Atacó de forma rápida, creando menos tiros que la media de la división pero de una calidad media que figuró entre los mejores.

Algunos jugadores del Valencia ya han hablado de la claridad de sus ideas y podemos esperar un planteamiento muy parecido en su vuelta a La Liga. No veremos de nuevo un equipo tan pasivo como el de la temporada pasada. Si nada más, los equipos de Gracia siempre son trabajadores y competitivos.

Está claro que la plantilla necesita al menos un par de refuerzos y en realidad más, como cuatro o cinco, pero todavía incluye, al menos por ahora, suficientes jugadores de calidad para situar al Valencia más como un equipo de media tabla que uno que estará involucrado en una lucha para la permanencia. No obstante, esa refleja una amplia disminución de las ambiciones de un club que hace muy poco fue un equipo de Champions.

Las previas de La Liga 2020-21 de StatsBomb

¡Esperamos que estéis disfrutando de nuestras previas de la nueva temporada de La Liga! Hemos hecho previas de los equipos de la Premier League en nuestra web inglés durante muchos años, pero este es el primer año en el que las estamos haciendo también para la liga española.

Hay diez previas esta temporada. Si existe suficiente interés, las haremos para toda La Liga el año que viene.

- Athletic Club

- Atlético Madrid

- Barcelona

- Celta Vigo

- Real Betis

- Real Madrid

- Real Sociedad

- Sevilla

- Valencia

- Villarreal

Si queréis leer más sobre las métricas y los conceptos incluidas en las previas, hemos escrito una serie de artículos en los que tratamos de explicar las nociones básicas del análisis de datos en el fútbol:

- ¿Qué son los goles esperados (xG)?

- Introducción a las Métricas Defensivas en Fútbol

- Ajuste por cada 90 minutos

- Introducción a la interpretación de los radares de StatsBomb

Asimismo, nuestro curso online Introducción al Análisis de Datos en Fútbol Profesional ya está disponible. Los goles esperados (xG), táctica ofensiva y defensiva, acciones a balón parado, análisis de equipos y más:

https://cursos.statsbomb.com/courses/introduccion

¡Muchas gracias por su apoyo!

Barcelona 2020-21, previa de la temporada

La temporada 2019-20 del Barcelona terminó hace solo cuatro semanas pero han pasado tantas cosas desde entonces que ya parece un poco vano intentar sacar mucha información útil de esa temporada para informar nuestro análisis del equipo de 2020-21.

Sin embargo, vale la pena hacer un pequeño resumen de la 2019-20.

Los dos fichajes más caros, Antoine Griezmann y Frenkie de Jong, no rindió como esperaba. Griezmann nunca parecía un buen encaje en el equipo, más que nada porque en el Atlético Madrid hizo su trabajo en los espacios y momentos que en el Barça están reservados para Lionel Messi, y nunca convenció. De Jong hizo una campaña un poco tímido aunque sin un rol bien definido ni la licencia de involucrarse en tantas zonas como en el Ajax.

La sorpresa de la temporada fue, sin duda, Ansu Fati. Debutó con solo 16 años de edad en agosto de 2019 y anotó su primer gol una semana más tarde, así convirtiéndose en el jugador más joven de toda la historia del Barcelona en marcar en Primera División. Al final de la temporada había marcado siete goles y aportado una asistencia, a un ritmo de 0.65 por cada 90 minutos en el campo. Aportó desborde, velocidad e inteligencia desde el flanco izquierdo.

Ernesto Valverde empezó la campaña en el banquillo, pero fue despedido en enero a pesar de dejar el club como líder de La Liga, igualado en puntos con el Real Madrid. Quique Setién tomó las riendas y mejoró tanto los resultados como la media diferencia de goles esperados (xG) del equipo, pero infructuosamente porque fue el Madrid el que ganó el título con una buena racha de resultados después del parón.

Setién fue despedido a su vez después de la vergonzosa derrota por 8-2 contra el Bayern de Múnich en los cuartos de final de la Liga de Campeones que puso fin a la primera temporada sin trofeos en el Camp Nou desde 2007-08.

Dos días más tarde, Ronald Koeman fue nombrado como el nuevo entrenador e inmediatamente empezó el trabajo de comunicar por teléfono a algunos jugadores que no entran en sus planes. Arturo Vidal, Ivan Rakitic, Luis Suárez y Samuel Umtiti recibieron esas llamadas.

Vidal y Suárez fueron dos de los seis titulares con 31 o más años de edad atropellados por un Bayern dinámico en la Champions. No cuesta mucho imaginar Hans Flick, el entrenador del conjunto alemán, adoptado las famosas palabras de Béla Guttman sobre el Real Madrid de los sesenta y adaptándolas al Barça de hoy: “Barcelona cansado, Barcelona cansado. Barcelona, viejo, viejo, viejo. No pueden correr.

Barcelona no puede correr.” No se trató de un fenómeno aislado. En una base ponderada de minutos, el Barça tuvo la segunda plantilla más vieja de La Liga en la 2019-20, con una edad media de 28.2.

Es un problema que ha aumentado año tras año y que parecía llegar a un punto de quiebre en la 2019-20. Una serie de decisiones cuestionables, si no malas, en cuanto a la confección de la plantilla no solo ha dejado el club con un grupo caro y envejecido, sino también sin mucho margen económico para revitalizarlo. Antes del final de la temporada, el club ya había hecho su primer movimiento en el mercado en hacer un intercambio con el Juventus de Arthur (24) con Miralem Pjanić (30), envejeciendo aún más la plantilla.

La decisión de poner en la rampa de salida a jugadores como Rakitic (que ya ha salido al Sevilla), Suárez y Vidal creará espacio para hacer algunas modificaciones pero queda por ver si el nuevo secretario técnico Ramon Planes es capaz de gestionar bien la necesidad de mantener un equilibrio entre la competitividad del equipo en el presente y el futuro. Según informes, Koeman ha pedido las llegadas de Gini Wijnaldum del Liverpool (que va a tener 30 años de edad en noviembre) y Memphis Depay del Lyon, (26) jugadores que ya conoce de la selección holandesa pero que en distintos grados solo representarían soluciones a corto plazo: Wijnaldium por su edad, Depay por su nivel.

Ya iba a ser un mercado difícil para el Barça pero luego las cosas se pusieron mucho, mucho peor. Un burofax llegó a la oficina para confirmar lo que el club ya sabía: Messi quería salir.

En la 2019-20, Messi asumió aún más responsabilidad en el ataque del equipo. Su suma de 20 goles y 19 asistencias fue 16 más que el próximo jugador, Suárez. Por cada 90 minutos, tanto Suárez como Fati marcaron goles a un ritmo similar, pero ningún compañero se acercó a igualar su producción creativa. Messi fue el líder claro del equipo en tanto asistencias como goles esperados asistidos por 90.

Es más, por cada 90 minutos, Messi también lideró al equipo en pases al área, pases filtrados y regates. Asimismo, en el avance del balón al último tercio.

(Cabe mencionar que si quieres hacer tu propio análisis de la 2019-20 de Messi y del Barcelona, hemos añadido los datos de esa temporada a nuestro repositorio de la carrera completa de Messi. Puedes encontrar aquí los detalles de como acceder a los datos.)

Dos cosas adicionales. Primero, la 2019-20 fue tanto su segunda peor (con Messi esa es muy relativa) temporada en los últimos diez años en cuanto a goles y asistencias (1.15 por 90) como su peor en cuanto a xG y xG asistido (0.91 por 90). Segundo, fue tanto la primera vez en ese periodo que su proporción de goles a asistencias cayó por debajo de un 60% como la primera vez que su proporción de xG a xG asistido cayó por debajo de un 57%. La división fue casi equitativa en ambos casos.

Siempre fue de esperar que con el paso de los años Messi empezara a transformarse en un jugador más pasador que goleador. El club ha tenido tiempo suficiente para confeccionar una plantilla dinámica, con jugadores capaces de hacer el trabajo con y sin balón que él ya no puede, para dejar a Messi como el eje creativo del equipo. Sin embargo, no lo ha hecho y como consecuencia, ahora tiene a un Messi descontento que ha dejado claro que no le gusta para nada la gestión de la directiva actual, encabezada por Josep Bartomeu.

Parece que va a quedarse, más que nada porque no quiere involucrarse en un caso legal prolongado, pero no es una situación ideal, ni para él, ni para el club. Existen muchas incógnitas sobre el futuro de ambos. Con elecciones en marzo de 2021, esta temporada se siente como una transitoria para el club.

Sin embargo, si Messi está más o menos bien y la plantilla toma forma más pronto que tarde todavía es capaz de competir por el título de La Liga. Es poco probable que haga una buena campaña en la Champions pero no había mucha diferencia entre el Barça y el Real Madrid la temporada pasada y si bien el Madrid parece mejor situado de cara a la nueva temporada, no está cantado que el equipo de Zinedine Zidane defienda con éxito el trofeo.

Celta Vigo 2020-21, previa de la temporada

Dos años seguidos salvándose del descenso milagrosamente hacían pensar en un reseteo importante en el Celta Vigo pero desde la directiva se ha insistido en que la línea de trabajo era la correcta. Así, llegará el comienzo de La Liga con muchas incógnitas y pocas ilusiones.

La apuesta en la comunicación corporativa, la nueva partida, recuerda esa vida extra que se ganó de rebote en Leganés. La realidad es que parece que se ha pulsado el botón de reinicio por inercia, sin aprendizaje o algún upgrade que hagan pensar en un mejor desenlace. Al menos, hasta que lleguen los refuerzos que Óscar García no deja de pedir.

De momento, no se han cumplido los principales deseos del club: retener a Rafinha es misión casi imposible y el fichaje de Jeison Murillo no se concreta. La opción del colombiano parecía muy cercana pero han aparecido competidores en el mercado y la pieza clave de la defensa no aparece por Vigo, comprometiendo la dañada columna vertebral del equipo.

En media temporada en Vigo, el central procedente de la Sampdoria aportó mucha solidez, siendo un futbolista con personalidad, difícil de superar en el uno contra uno y poderoso en el juego aéreo.

Las tres incorporaciones ya confirmadas no representan ningún salto de nivel que permita evitar otro año de sufrimientos en la zona baja.

Álvaro Vadillo está llamado a ser una de las alternativas en la banda izquierda del ataque pero sus datos son decepcionantes incluso si los comparamos con la peor temporada de Pione Sisto, que acaba de salir traspasado al Midtjylland. El gaditano deberá mejorar mucho sus prestaciones si quiere contar con minutos pues a priori no parece que pueda aportar ni presión ni desborde ni peligro en el área rival.

En cuanto a Miguel Baeza, hablamos de un futbolista de gran talento pero con solo una temporada de experiencia en Segunda B. No parece que pueda dar un rendimiento inmediato que es lo que más urge al club vigués.

El fichaje de Renato Tapia viene a tapar una carencia clara en un equipo al que las transiciones defensivas se le complican en exceso. El internacional peruano es un medio defensivo muy físico, figura que se reclamaba desde hace un par de temporadas en la plantilla.

Sin embargo, Tapia tampoco se puede considerar un salto de nivel inmediato, más bien una incógnita. En varias temporadas en la Eredivisie apenas tuvo continuidad y pasa a una liga más potente donde las exigencias son mayores. En los partidos de pretemporada se ha mostrado muy activo en defensa pero errático con el balón en los pies.

Es difícil prever el nivel del Celta en la Liga 2020-21 sin conocer los movimientos de las próximas semanas ya que los teléfonos de los dirigentes deberán estar funcionando a todas horas para conseguir cuanto antes, y como mínimo, cuatro refuerzos claves para el entrenador.

No se debe olvidar de dónde viene el club, salvado con una puntuación bajísima (37) más por errores ajenos que por méritos propios. El Celta no compite bien, no genera peligro en ataque y es uno de los equipos con menos actividad defensiva en campo rival.

El club vigués tiene uno de los gráficos más preocupantes de la competición, con una escasa actividad defensiva en campo contrario que unido a su tendencia a acumular posesiones inocuas es una bomba de relojería. Eso se traduce en que todo el trabajo de intentar entorpecer la circulación rival se realiza ya en campo propio, donde cualquier acierto rival, o un error, rebote o casualidad puede convertirse en un gol en contra.

La llegada al banquillo de Óscar García en noviembre trajo cierta esperanza que se fue desvaneciendo con algunos resultados injustos y una inercia negativa que se acentuó en la vuelta tras el parón.

Las métricas del Celta de Óscar previas y posteriores al parón por COVID-19 no difieren demasiado. Se empeoraron todavía más unos datos ofensivos que ya eran muy pobres y se mejoró un poco en defensa, sobre todo disminuyendo la calidad media de los remates rivales.

En la lista de deberes para esta nueva partida figura mejorar mucho el ataque ya que la paupérrima cifra de 37 goles, seis de ellos de penalti, refleja exactamente lo esperado en el modelo de goles esperados (xG) de StatsBomb.

A falta de los refuerzos claves que deben marcar diferencias en esta nueva partida, habrá que buscar en casa las esperanzas para las primeras jornadas de Liga. En pretemporada ha destacado la vuelta del díscolo Emre Mor, uno de los mejores regateadores en el fútbol mundial que se ha pasado años perdido por su poca disciplina dentro y fuera del campo.

Si el Celta mantiene enchufado al futbolista turco y consigue que su relación con Iago Aspas, Nolito y el delantero que falta por llegar se consolide sobre el césped, el fichaje más importante del Celta puede ser su recuperación para la causa. Mejor no ilusionarse demasiado. Mor es como ese personaje cargado de defectos al que se le coge cariño pero que difícilmente acaba bien su historia. Sin embargo, pese a que suponemos el final, siempre esperamos lo mejor.

Otros futbolistas que deben y pueden dar un paso adelante son el capitán Hugo Mallo, al que las molestias físicas le dejaron a un nivel muy pobre durante la 2019-20 y Santi Mina cuyo rendimiento fue de más a mucho menos, quizás lastrado porque no tuvo fortuna de cara al gol en las primeras jornadas. Debe ganarse los minutos con más esfuerzo, energía y rapidez.

Por último, en un equipo que recupera el balón tan atrás y, por lo tanto, ataca contra defensas formadas, la capacidad de desborde y último pase se convierten en fundamentales. En ese aspecto, la marcha de Rafinha es un golpe duro que ahora mismo sólo encuentra respuesta en el deseo de recuperar a Emre Mor y en un Denis Suárez que debe mantenerse en forma para aportar esas armas claves por dentro para el ataque celeste.

Lo ha dicho Óscar García en su última rueda de prensa, con los fichajes necesarios se pueden hacer grandes cosas, pero sin ellos, el Celta dejará demasiados aspectos en manos del azar y de elementos que no funcionaron en el pasado. Sin esos refuerzos, se augura otro año de sufrimiento y quizás no queden más partidas por jugar en La Liga.

Real Betis 2020-21, previa de la temporada

La 2019-20 fue una temporada decepcionante para el Betis. La empezó con ganas de clasificarse para las competiciones europeas, pero la terminó en el puesto quince, solo cinco puntos por encima de la zona de descenso y 15 por debajo de los puestos europeos.

Después de dos años con Quique Setién en el banquillo, el Betis nombró a Rubi como su nuevo entrenador tras de clasificar al Espanyol para Europa en su única campaña en Barcelona. Sin embargo, él nunca parecía cómodo en el Betis, nunca podía replicar el fútbol pulcro y progresivo de su Espanyol y no era de extrañar que perdiera su trabajo en junio después de una sola victoria en sus últimos diez partidos al mando.

Entonces, el Betis empieza de nuevo (de nuevo) esta temporada con tanto un nuevo entrenador como un nuevo director deportivo. Parece que por mucho que la dirección hable de modernizar el club, éste sigue siendo el Betis. Cinco entrenadores y varias remodelaciones entre bambalinas en menos de cinco temporadas está a la par en el Benito Villamarín.

El nuevo hombre al mando es Manuel Pellegrini, ex del Villarreal, Málaga, Real Madrid y el Manchester City, entre otros. Hace mucho que el Betis tiene un entrenador tan laureado como el chileno. Hizo un trabajo impresionante tanto en el Villarreal como en el Málaga, pero llega en Sevilla después de una etapa frustrante en el West Ham de la Premier League.

Pellegrini llevó al equipo a una diferencia positiva de goles esperados (xG) a mitad de su primera temporada en el banquillo pero los números empeoraron después y él fue incapaz de revertir suficientemente la situación en su segundo año. Fue destituido en diciembre de 2019 con el equipo solo un punto por encima de la zona de descenso.

Su primera tarea en su nuevo trabajo será mejorar la segunda peor defensa de La Liga. Solo el Mallorca, descendido, encajó más goles que el 60 del Betis. Es claro que existan muchas posibilidades de mejora en este apartado del equipo pero también es verdad que la situación no es tan mala como parece a primera vista.

El club encajó 11 goles de penalti, la tercera mayor cifra de La Liga. La cantidad de penaltis cometidos, y por consiguiente la cantidad de goles de penalti encajados, es un dato que varia mucho de una temporada a la otra. Por ejemplo, el Betis encajó solo cuatro goles así en la 2018-19 y tres en la 2017-18. Encajar muchos goles de penalti en una temporada no significa que el equipo va a encajar muchos goles así en la próxima.

Si nos limitamos a los goles sin penaltis, el Betis tuvo solo la sexta peor defensa de La Liga en la 2019-20, y el xG también presenta una imagen un poco mejor. En ese sentido, el Betis tuvo la séptima peor defensa de La Liga con una suma de 41.93 xG concedido.

Los datos de los porteros son susceptibles de cierta varianza, pero sugieren que el portero habitual Joel Robles encajó más o menos la cantidad de goles esperadas dada la calidad de los tiros a los que se enfrentó. La muestra es demasiada pequeña para sacar conclusiones concretas pero parece que el segundo portero Dani Martín rindió por debajo de lo esperado en encajar 12 goles en sus 584 minutos en el campo.

Entonces, con menos penaltis cometidos, más regularidad bajo palos y un poco menos suerte en la finalización por parte de sus oponentes, el Betis razonablemente podría encajar 10-15 menos goles en la 2020-21 incluso antes de algunos cambios en el estilo de juego, la organización defensiva o la plantilla que se verán con Pellegrini.

Todos los nuevos fichajes hasta hoy han sido en la defensa, todos a coste cero. El experimentado portero Claudio Bravo, ex del Barcelona y la Real Sociedad en La Liga, ha llegado después de finalizar su contrato con el Manchester City. El central Víctor Ruíz suplirá la marcha de Zouhair Feddal al Sporting de Portugal, mientras que Martín Montoya llega como un suplente de Emerson en el lateral derecho tras la salida de Antonio Barragán.

En el otro extremo del campo, el Betis tuvo el octavo mejor ataque de La Liga en la 2019-20, con 48 goles. Sus 42 goles sin penaltis, también el octavo mejor registro, llegaron de una suma de xG de 41.67, la séptima mejor de la división.

Loren Morón, joaquín (quien jugó bajo las ordenes de Pellegrini en el Málaga) y Nabil Fekir fueron los principales contribuyentes al ataque en cuanto a goles y asistencias, mientras que Sergio Canales fue un jugador primordial en el avance del balón a las zonas de ataque a través de sus pases y conducciones largas: las más largas de toda La Liga entre centrocampistas.

Fekir aportó suficiente en su primera temporada en el equipo como para justificar el dinero que el Betis invirtió en su fichaje. No se puede decir lo mismo de Borja Iglesias, fichado por 28 millones de euros después de una buena temporada con Rubi en el Espanyol. Fichar a un delantero centro con solo una temporada entera en el élite siempre implica riesgo, aún más cuando gastas esa cantidad de dinero, pero nadie esperaba una temporada tan decepcionante del gallego. Marcó solo tres goles y acumuló números lamentables.

Una de las prioridades de Pellegrini será sacar más producción de Iglesias, algo que podría lograr jugando a sus puntos fuertes, algo que el equipo no hizo la temporada pasada. Una comparación de los mapas de tiros de Iglesias en la 2018-19 en el Espanyol y la 2019-20 en el Betis demuestra la diferencia en el servicio que recibió en cada equipo.

En el Espanyol, una mayor proporción de sus tiros provinieron de pases filtrados (los triángulos en el gráfico) que en el Betis. Incluyendo los pases filtrados que no terminaron en tiros, recibió uno por cada 172 minutos en el campo en el Espanyol; uno por cada 262 en el Betis.

Sin embargo, la mayor diferencia fue en los tiros que provinieron de centros. En el Espanyol, solo un 14.94% de sus tiros y un 18.39% de su xG provinieron de este tipo de asistencia; en el Betis, esas cifras aumentaron de manera significativa, a un 37.14% de sus tiros y un 45.79% de su xG.

Asimismo, es interesante saber que en comparación con su año en el Espanyol una mayor porcentaje de los pases que recibió Iglesias en el Betis fueron pases altos. Parece que el equipo jugó a su 187 cm de altura más que sus cualidades reales. En este sentido, fue una de las víctimas, quizás la más clara, de la indecisión de Rubi en cuanto al estilo de juego del equipo.

Entre la defensa y al ataque existió un mediocampo que entre los cambios de formación y de jugadores nunca tomó una forma constante en la 2019-20. El rol más defensivo pasó por varios futbolistas: Javi García (que ya ha salido), Edgar González (cedido al Real Oviedo), William Carvalho, Guido Rodríguez y hasta el central Marc Bartra.

Carvalho solo participaron en 13 partidos ligueros debido a una serie de lesiones. Si puede mantenerse libre de lesiones esta temporada parece que tendrá un rol muy importante. Según informes, Pellegrini lo ve como el eje del juego de su equipo. El nuevo director deportivo, Antonio Cordón, está trabajando en fichar a un jugador más físico a poner a su lado.

Puede ser que haya aún más nuevos integrantes a la plantilla antes del fin del mercado, pero el grupo que Pellegrini tiene ahora es lo suficientemente bueno para producir una temporada mucho mejor que la anterior. Dado el presupuesto del club, una clasificación en la mitad superior de la tabla debería ser la expectativa mínima.

Villarreal 2020-21, previa de la temporada

Después de sus pasos por el Paris Saint-Germain y el Arsenal, Unai Emery vuelve a La Liga como nuevo entrenador de un Villarreal que terminó bien la 2019-20 y tiene una plantilla capaz de luchar por un puesto de Champions si todo va bien en la nueva temporada. El Villarreal sobrepasó al Valencia, el Getafe y la Real Sociedad para clasificarse en el quinto puesto con siete victorias en 11 partidos después del parón.

Tenía buenos números subyacentes a lo largo de la temporada pero sufrió muchos vaivenes en la relación entre esos números y su producción real. En este gráfico, que utiliza una media móvil de 10 partidos, la zona verde representa producción por encima de su diferencia de goles esperados (xG); la zona morada, producción por debajo.El estilo de juego también variaba. Javi Calleja tuvo una plantilla que incluyó muchos jugadores capaces de jugar en varios roles y utilizó una variedad de formaciones: 4-2-3-1, 4-1-4-1/4-3-3, 4-4-2. Asimismo, entre la jornada 13 y el parón, cambió muchos aspectos del planteamiento con el que el equipo había empezado la campaña.

El Villarreal se volvió más directo en la forma en que avanzó el balón, entró en el área a través de centros más a menudo que antes y aumentó su volumen de tiros a expensas de la calidad media. En defensa, se volvió más agresivo, defendiendo más arriba y disputando con más frecuencia la posesión. Todo cambió otra vez en la vuelta del parón, con un planteamiento defensivo mucho más pasivo.

Sin embargo, La Liga se volvió menos dinámica en general en este tramo de la temporada y no tiene sentido intentar sacar conclusiones concretas de lo que fue una situación insólita. Calleja tuvo casi tres temporadas al mando desde que reemplazó a Fran Escribá en septiembre de 2017 y salvo un breve periodo de seis partidos en la 2018-19 con Luis García Plaza en el banquillo. En sus primeras dos temporadas, el Villarreal tenía los números subyacentes de un equipo de media tabla. La temporada pasada, tuvo los quinto mejores.

xG = verde; xG recibido = morada. El equipo el Callejo realizó y recibió una cantidad similar de tiros, pero los que realizó fueron de una mejor calidad media (la quinta mejor de la división) que los que recibió (la tercera mejor, es decir la tercera más baja). Terminó la temporada en el quinto puesto, con la quinta mejor diferencia de goles y la quinta mejor diferencia de xG. A fin de cuentas, una buena campaña.

Entonces, ¿Por qué reemplazar a Calleja ahora? En parte porque, según informes, la decisión ya estaba tomada antes de la racha de buenos resultados que llevó al equipo a los puestos europeos, y en parte porque, al menos en la opinión del club, Emery representa una mejora al entrenador madrileño.

Emery tiene los títulos para respaldar sus credenciales y un estilo de juego que debería encajar bien tanto con la plantilla que ha heredado como con los refuerzos que han llegado hasta ahora. Su Sevilla fue un equipo de combinaciones cortas y transiciones rápidas y el Villarreal sobresalió en este aspecto del juego en la 2019-20, con velocidad en ataque y un racimo de buenos pasadores. Ningún equipo creó más tiros desde situaciones de contraataque y solo tres crearon más tiros tras presión alta.

El desborde de Samuel Chukwueze fue una de las armas más poderosas del Villarreal en las transiciones. Su producción de cara al gol bajó respeto a la temporada anterior pero seguía teniendo un rol muy importante en avanzar al balón a las zonas de ataque con sus regates y conducciones. Entre los titulares habituales, ningún compañero condujo al balón tanto al último tercio como al área con más frecuencia de Chukwueze.

Gerard Moreno hizo una temporada fantástica, con 17 goles (sin penaltis) y cinco asistencias. En la primera mitad de la campaña, su compañero de ataque fue Karl Toko Ekambi, que marcó seis goles y finalizó la mayoría de los ataques rápidos del equipo tras recuperaciones de posesión.

Después de su traspaso al Lyon de Francia en enero, fue Paco Alcácer quien llegó para disfrutar de esas ocasiones. Con sus desmarques inteligentes, Alcácer parecía un encaje perfecto y marcó cuatro tantos antes de la final de la temporada. Sólo dos jugadores de La Liga recibieron más pases filtrados por 90 minutos que él. Entre estos dos, el joven Fer Niño, los extremos Moi Gómez y Javi Ontiveros (un revulsivo muy útil pero con el vicio de rematar mucho desde posiciones desfavorables) y el nuevo fichaje Kubo, Emery tiene opciones para tres o todas de las cuatro posiciones más adelantadas en su esquema habitual.

Utilizó un 4-3-3 en el PSG y experimentó con sistemas de tres centrales en el Arsenal, pero es, más que nada, un hombre del 4-2-3-1. Se habla también de la posible llegada de José Callejón del Napoli. Kubo llega como cedido del Real Madrid después de una temporada prometedora en el Mallorca como un joven de 18/19 años de edad. En las cinco grandes ligas europeas solo seis jugadores sub-20 recibieron más minutos que su cifra de ~2,500. Fue una buena iniciación en La Liga en la que sobresalió su habilidad tanto en el regate como en las combinaciones. Tiene su parte en los pasos finales de una buena cantidad de los goles de su equipo.

El Villarreal también ha reforzado su mediocampo tras las salidas de Santi Cazorla (al Al Sadd) y Bruno Soriano (retirado). Aprovechó las rebajas en el Valencia para fichar a Dani Parejo y Francis Coquelin de su rival más cercano.

Coquelin es un centrocampista competente, mientras que Parejo es un jugador hecho a la medida de su nuevo entrenador, un director del ritmo que ya prosperó en un equipo de contraataque en el Valencia de Marcelino. Parejo no es tan hiperactivo como Cazorla, un jugador de tantas cualidades que sería casi imposible reemplazarlo con un solo futbolista, pero si el Villarreal estaba buscando otro jugador creativo de experiencia y clase, se ajusta el rol.

Queda por ver si el club llegará a un acuerdo con el Fulham para fichar de forma permanente a André Zambo Anguissa, que impresionó como cedido la temporada pasada. Si no, quizás se requiere un jugador más en el centro del campo para complementar a Parejo, Coquelin, Manu Morlanes, Manu Trigueros y Vicente Iborra.

El Villarreal todavía está buscando un nuevo portero -- Geronimo Rulli es el que suena con más fuerza -- y un nuevo central para apoyar a Raúl Albiol y Pau Torres, la dupla titular. Torres hizo una temporada muy buena en su primer año en el élite. En general, Emery dispone de una plantilla de buena calidad, con alternativas viables en la mayoría de las posiciones. El Villarreal fue uno de los equipos más abiertos de La Liga la temporada pasada, con el tercer mejor ataque y solo la undécima mejor defensa, y la trayectoria de Emery hasta ahora sugiere que eso no va a cambiar mucho en la 2020-21. No obstante, tiene un equipo capaz de competir bien tanto en La Liga como en Europa.

Athletic Club 2020-21, previa de la temporada

La 2019-20 fue una temporada de sentimientos mixtos para el Athletic Club. Llegó a la final de la Copa del Rey, un partido aún sin fecha, pero realizó una campaña discreta en La Liga, terminando la temporada en el puesto once, con números subyacentes aún peores.

Una de las dificultades de analizar la temporada 2019-20 es saber cuánta importancia se debería dar al periodo después del parón. En el caso del Athletic, antes de la suspensión de La Liga tuvo números subyacentes de un equipo de media tabla. En sus 11 partidos después del reinicio, combinó los resultados de un equipo de mitad de tabla con los peores números subyacentes de la división. A lo largo de la temporada completa, tuvo la quinta peor diferencia de goles esperados (xG) de La Liga.

Si incluimos el periodo después del parón parece que el Athletic podría ser un equipo en problemas esta temporada. Si lo descartamos, tenemos un club de media tabla que aún antes del parón había perdido el entusiasmo con el que empezaba la temporada, impulsado por el golazo de Aritz Aduriz que le dio los tres puntos contra el Barcelona en la primera jornada. En cualquier caso, sin el progreso en la Copa del Rey, el puesto de Gaizka Garitano habría sido mucho más inestable.

Garitano tomó las riendas en diciembre de 2018, después de la etapa corta e infructuosa de Eduardo Berizzo. La primera cosa que corrigió fue la organización defensiva de un equipo que jugaba demasiado abierto. Se puede ver el cambio en esta linea de tendencia que muestra los goles esperados (verde) y goles esperados recibidos (morada) del Athletic a lo largo de las últimas dos temporadas, utilizando un media móvil de 15 partidos. La cantidad de goles esperados concedidos cayó poco después de la llegada de Garitano al banquillo, marcada por la segunda línea azul.

La defensa fue claramente el punto fuerte del Athletic antes del parón. Recibió sólo 21 goles sin penaltis (24 con penaltis) en 27 partidos de un xG de 26.47. Unai Simón hizo una temporada muy buena bajo palos, lo que ayudó en convertir una defensa algo mejor que la media de La Liga en cuanto a los números subyacentes en uno de los mejores en las cifras reales.

En contraste, la producción del ataque fue realmente pobre, incluso en el contexto de la competición menos anotadora entre las cinco grandes ligas de Europa. Antes del parón, el Athletic tuvo la tercera peor cifra de xG de la liga (0.83 por partido) y solo cinco equipos anotaron menos goles sin penaltis que su marca de 0.85 por partido. La calidad media de sus tiros fue la segunda peor de La Liga.

Empezar arreglando la defensa es una estrategia clásica de un nuevo entrenador, pero la idea es que después de organizar mejor la zaga, se empiece a mejorar el ataque. Garitano consiguió lo primero, pero hasta ahora no ha sido capaz de conseguir lo segundo.

Su equipo no tiene un estilo bien definido en ese apartado del juego. En defensa, el Athletic al menos sigue siendo un equipo que hace una presión más alta y agresiva que la media de La Liga, aunque otros equipos le han sobrepasado en ese aspecto. En ataque, el equipo vasco fue un poco más vertical que la media de La Liga en la 2019-20 pero nada realmente excepcional. No aprovechó las recuperaciones tras presión para crear ocasiones ni dispuso de otra ruta fiable al gol.

Entre todos los jugadores que disputaron al menos 900 minutos de acción, solo Raúl Garcia realizó dos o más tiros por cada 90 minutos y ningún jugador generó suficiente xG para marcar ni una vez cada cinco partidos, aunque Raúl García, el goleador del equipo con ocho tantos (15 incluyendo penaltis), marcó a un ritmo de 0.24 por 90.

No es que sean incapaces los jugadores. Por ejemplo, Iñaki Williams había promediado entre 2.05 y 2.35 tiros, 0.27 y 0.34 xG, y 0.21 y 0.31 goles por 90 en las dos temporadas anteriores. Acumuló solo 1.31 tiros, 0.17 xG y 0.15 goles por 90 en la 2019-20. Entre él, García, Iker Muniain y Iñigo Córdoba hay suficiente talento para tener un ataque más productivo, pero algo tiene que cambiar en el planteamiento. Queda por ver si existe la disposición por parte de Garitano a construir un equipo que mira más a la portería rival.

Hay dos atacantes jóvenes que dispusieron de minutos en la 2019-20 que podrían ayudar a cambiar un poco su perspectiva. Garitano tuvo una plantilla muy estable, con un 92.20% de los minutos disputados por jugadores de la plantilla de la temporada anterior, el mayor porcentaje de toda La Liga. De los cinco nuevos integrantes (los rosados en el gráfico debajo) solo Mikel Vesga, quién volvió de un año de cesión en el Leganés, disputó más de 800 minutos.

Sin embargo, Asier Villalibre y Oihan Sancet, ambos productos de Lezama, mostraron suficiente en su tiempo en el campo para creer que merecen roles más importantes esta temporada.

Villalibre marcó tres goles y consiguió un nivel de producción prometedora de 2.52 tiros y 0.42 xG por 90, pero en una muestra muy pequeña y con solo 43% de sus 607 minutos como titular. Queda por ver si es capaz de mantenerla con más minutos.

Sancet debutó en la primera jornada y empezó nueve partidos como titular, incluyendo cinco de los últimos ocho en el rol de mediocentro ofensivo habitualmente ocupado por Raúl García. Consiguió un gol y una asistencia pero poco más en cuanto a la producción de cara a la portería. Fue seguro con el balón y presiona bien en la fase defensiva pero a pesar de que parecía un jugador interesante, no tuvo un impacto muy concreto. Los que saben mucho de la cantera del Athletic lo ven como un jugador con el talento para convertirse en una pieza clave en el primer equipo, pero puede ser que necesite otro contexto para demostrarlo.

Parece que el proceso natural de recambio en la plantilla del Athletic seguirá esta temporada. En la 2019-20, en una base ponderada de minutos, ningún equipo de La Liga disminuyó la edad media de su plantilla al mismo grado que lo hizo el equipo de Garitano. Simón (22 años de edad) relegó a Iago Herrerín (32) al banquillo. Unai López (24) aumentó sus minutos en el mediocampo al mismo tiempo que los de Beñat (33) y Mikel San José (31) se disminuyeron de manera significativa. Ander Capa (28) reemplazó a Óscar de Marcos (31), lesionado durante más de la mitad de la campaña, como lateral derecho titular. Aritz Aduriz (39) jugó menos minutos y se retiró en mayo.

Beñat y San José ya han salido del club y además de Sancet y Villalibre existen otros jóvenes como Peru Nolaskoain (21), que jugó tanto de central como de centrocampista como cedido en el Deportivo La Coruña, Iñigo Vicente (21), que realizó una temporada productiva en el Mirandés, Unai Vencedor (19) o Oier Zarraga (21), entre varios otros canteranos, luchando para hacerse hueco en la plantilla.

La temporada 2020-21 va a ser una un poco extraña para el Athletic. En la distancia, tiene la final de la Copa del Rey, que probablemente será disputada en abril de 2021, pero antes tiene que encontrar una manera de mejorar su rendimiento en La Liga. Lo probable es que se clasifique en media tabla. La continuidad de Garitano podría depender en si es media tabla tirando hacia arriba o hacia abajo.

Real Madrid 2020-21, previa de la temporada

Real Madrid ganó La Liga 2019-20 con una secuencia de diez victorias y un empate después del parón que fue suficiente para sobrepasar al Barcelona en la clasificación y conseguir su primer título desde 2016-17. Zinedine Zidane añadió otra medalla a su colección en su primera temporada completa al mando después de su vuelta al equipo en marzo de 2019. La solidez defensiva fue la clave de la conquista. En ataque, Madrid tuvo números similares a los de la 2018-19, con 59 goles (sin contar penaltis) de 56.18 goles esperados (xG). En defensa, mejoró muchísimo, de 40 goles recibidos (sin contar penalties) de 42.59 xG en la 2018-19 a 23 de 27.20 en la 2019-20.

En total, incluyendo los penaltis, el Madrid recibió solo 25 goles, el mejor registro de la división y por partido, su mejor cifra desde 1964-65. ¿Qué cambió de una temporada a la otra?

En la 2019-20, el Madrid defendió de manera menos agresiva, formando un bloque seguro e intentando romper las cadenas de pases de sus rivales con menos frecuencia. Se hizo más sólido en fases de transición, recibiendo menos tiros tanto en situaciones de contraataque como en las con solo el portero entre el rematador y la portería. En total, recibió menos tiros de una calidad mucho más baja que en la 2018-19, en parte porque sus rivales realizaron sus tiros desde más lejos de la portería que antes. Había señales de estos cambios en los 11 partidos que Zidane dirigió en la recta final de la 2018-19, pero tomaron su forma final en la 2019-20.

Se pueden ver los efectos de este planteamiento un poco más pasivo en la cantidad de acciones defensivas realizadas por los centrocampistas del Madrid. Tanto Casemiro como Federico Valverde (cuyos minutos subieron mucho de 700 en la temporada anterior a 2051 en la 2019-20) como Luka Modric como Toni Kroos hicieron menos entradas, interceptaciones y acciones de presión, todas ajustadas en función de la posesión, respeto a la temporada anterior.

Asimismo, ayudó que Thibaut Courtois produjo su mejor temporada entre palos desde su llegada del Chelsea en 2018.

El Madrid necesitaba una defensa fuerte porque su ritmo de goles no llegó ni cerca a lo del Barcelona ni a sus propias cifras históricas. Marcó más de 100 goles en cada una de ocho temporadas consecutivas entre 2009-10 y 2016-17, y luego 94 en la 2017-18. Eso bajó a 63 en la 2018-19, antes de la cifra de 70 que consiguió la temporada pasada (aunque con 11 penaltis marcados, más que cualquier otro equipo). Eso fue suficiente para tener el segundo mejor ataque de La Liga, pero queda claro que ese extremo del campo es el más mejorable de cara a la nueva temporada.

Karim Benzema se hizo cargo de casi todo en la finalización de los ataques. El francés fue el goleador del equipo con 16 goles, sin contar penaltis, y también aportó más asistencias (8) que cualquier compañero. Por cada 90 minutos, lideró el equipo en tiros, xG y xG asistido. Asimismo, sus movimientos para combinar con las laterales crearon una conexión muy importante en el juego del equipo. Fue una temporada muy impresionante. Zidane no disponía de un reemplazo con las mismas características y por eso, ningún jugador disputó más minutos que Benzema.

Dice mucho de la escasa producción de cara al gol del resto de los atacantes que Sergio Ramos, Casemiro y Kroos marcaron más goles que Vinícius Junior, el segundo atacante más goleadora con tres. Luka Jović nunca terminó a convencer a Zidane, disputando solo 490 minutos después de su llegada del Eintracht Frankfurt, y parece estar en la rampa de salida. Eden Hazard, el fichaje estrella, perdió más partidos que disputó debido a una serie de lesiones, y ofreció producción más aceptable que brillante en su tiempo en el campo.

Vinícius sigue siendo un jugador que divide la opinión. De hecho, se ha convertido en un objeto de bromas en algunos lados por su falta de frialdad dentro del área. Sin embargo, en una situación difícil, con la ausencia de Hazard y otros produciendo una falta de desequilibrio en el último tercio, Vinícius aportó mucha velocidad y perseverancia. En La Liga, solo Lionel Messi intentó más regates que él y ningún jugador condujo al balón al área con más frecuencia. Tiene sus debilidades y siempre hay rumores que no está realmente al gusto de Zidane, pero con solo 20 años de edad, hizo lo que tuvo que hacer para ayudar a su equipo. Todavía tiene espacio para mejorar.

El Madrid tuvo uno de los mapas de tiros más asimétricos en las cinco grandes ligas de Europa, con poca producción desde su lado derecho, el opuesto de Hazard y Vinícius. Había una inclinación similar en la 2018-19, pero no fue tan pronunciada.

Entre los relativamente escasos minutos de Bale y la ausencia de Marco Asensio por lesión durante la mayor parte de la campaña, el Madrid no dispuso de un rematador natural desde la derecha. Asimismo, creó menos oportunidades con pases desde la derecha que la izquierda, aunque las cifras estuvieron más igualadas en este caso.

Es este lado del campo que podría producir los cambios más grandes en el equipo esta temporada, con un Asensio en buenas condiciones físicas y la vuelta de Martin Ødegaard después de una buena temporada como cedido en la Real Sociedad.

Ødegaard no fue lo mismo después del parón, pero antes parecía un jugador muy bueno, con habilidades que podrían ser muy útiles en el Madrid si Zidane puede crear un contexto adecuado. Un jugador muy vertical y directo, se demostró capaz de avanzar el balón tanto al último tercio como al área de penalti desde el interior derecho de un 4-3-3.

Asimismo, es hábil en el regate y capaz de ganar metros con sus conducciones posteriores.

No es un reemplazo directo de Modric, que entra esta temporada el año final de su contrato. Aporta menos defensivamente y por eso necesita un mediocampo más robusto a su lado. Puede ser que a veces Zidane lo utilice como extremo que parte desde el flanco para participar por dentro, especialmente en los partidos claves. Sin embargo, talento tiene, y si el Madrid puede aprovechar de sus puntos fuertes, podría ser un jugador determinante.

Todavía queda mucho tiempo en el mercado de fichajes pero parece que el Madrid no va a hacer muchos movimientos. Va a vender jugadores periféricos y encontrar sitios para algunos de sus jóvenes, pero a pesar de que existen algunas posiciones que quizás necesitan refuerzos, como un relevo para Benzema, es difícil ver un Madrid con más de dos o tres caras nuevas.

Con el Barcelona en alguna especie de caos, el equipo de Zidane empieza la temporada como favorito para ganar La Liga. Es poco probable que se pueda depender tanto en su solidez defensiva esta vez, pero tiene las piezas para mejorar su producción ofensiva y así convertirse en mejor equipo y ganador de un segundo título consecutivo.

Real Sociedad 2020-21, previa de la temporada

La Real Sociedad sabe jugar bien sus cartas. Se podría decir que tuvieron un golpe de suerte con esa carambola final que les metió en Europa League pero para llegar hasta ahí hicieron muchas cosas bien y superaron algunas dudas que afloraron tras el parón.

El cambio competitivo se nota en muchos aspectos, los más tangibles son alcanzar la final de Copa cuando su hábitat natural era salir por la puerta de atrás en las primeras rondas y conseguir esa clasificación para la Europa League con esa improbable falta directa de Adnan Januzaj que acabó dentro de la portería del Metropolitano.

Ser uno de los equipos que menos pases permiten al rival por acción defensiva es uno de los cimientos de esa mejoría competitiva. Solamente el Getafe dificultó más la circulación de balón del rival que es una de las métricas que suele tener relación con la consecución de los objetivos de la temporada.

En gran parte de La Liga 2019-20, el equipo de Imanol Alguacil se mostró muy activo en campo rival y, aunque no pudo mantener ese ritmo frenético tras el parón, siguió mostrando una actividad defensiva mayor que la media en el último tercio.

Otro de las manos ganadoras del club txuri-urdin es la confección de la plantilla, que mira primero a la cantera e incorpora talento joven de fuera para dar un salto de calidad a las posiciones claves. Tras el acierto del mercado anterior, se plantaron en este extraño verano 2020 sin prisas ni urgencias pues la nómina de jugadores parecía bastante completa y compensada. Solamente la baja de Martin Ødegaard perturbó esa tranquilidad. Y lo solucionaron con una jugada maestra: La llegada de David Silva.

En principio, perder a una promesa de 21 años y sustituirlo por un veterano de 34 no aparece en el manual de las buenas prácticas de dirección deportiva. Sin embargo, el retorno del noruego al Real Madrid se iba a producir tarde o temprano y la pérdida de este futbolista clave se ve compensada por otro de rendimiento seguro. Los radares de ambos mediapuntas tienen bastantes puntos en común. En la 2019-20, Silva se mostró superior en los aspectos relativos a la creación de juego y Ødegaard tuvo mayor efectividad en regates y presión. Básicamente, Silva no puede correr como un joven pero puede jugar con la calidad y precisión que siempre ha tenido, añadiéndole el poso de cientos de partidos en el máximo nivel.

El contrato de dos temporadas del canario permitirá que pase el tiempo y se desarrollen las alternativas del club para esta posición: el retorno de Merquelanz que viene de una gran temporada en Segunda pero con ciertas dudas sobre si podrá replicar sus números en un entorno más exigente, y las grandes promesas en la cantera como Roberto López o Robert Navarro que recibirán clases magistrales directamente de Xabi Alonso, un campeón del Mundo.

Analizando las prestaciones de la Real Sociedad en la pasada temporada podemos ver que, tanto en ataque como en defensa, fueron superiores a la media de La Liga. Sin embargo, hay algunas sombras que nos pueden dirigir a los apartados en los que el club donostiarra puede mejorar. Según el modelo de goles esperados (xG) de StatsBomb, razonablemente podría haber encajado unos 33 goles sin contar penaltis, lo que es una buena cifra pero en realidad se recibieron 41 goles.

A estos 41 goles encajados hay que añadir los nueve penaltis en contra de los que les marcaron siete.

Por lo tanto, la portería realista aparece en el punto de mira estadístico, con dudas sobre quién debe ser el titular. Álex Remiro dispuso de más minutos pero la temporada se inició y terminó con el veterano Miguel Ángel Moyá bajo palos.

Remiro, canterano del Athletic, protagonizó un polémico movimiento entre los rivales vascos, que provocó que pasase la temporada 2018-19 en la grada. Quizás esa inactividad le ha lastrado y ha tenido unos malos datos de goles encajados por encima de los esperados.

Estos números lo sitúan entre los peores de La Liga con entre tres y cuatro goles encajados por encima de los esperados. El vídeo lo ratifica, con bastantes acciones de goles en contra que parecían parables. Es un dato susceptible de cierta varianza pero no apunta nada bueno si no presenta una mejoría inmediata.

Tampoco Moyá ha mejorado sus goles esperados por lo que la portería de la Real Sociedad que ha confirmado a ambos guardametas, no parte con un titular fijo ni con el mejor panorama cualquiera que sea la elección.

Remiro mejora la colocación de Moyá mientras que el mallorquín es más agresivo para actuar lejos de su portería. A la hora de parar tiros, ambos han dejado a deber.

La Real Sociedad tiene una alternativa en nómina pero parece que no se la plantea y buscará volver a ceder o traspasar a Gerónimo Rulli. El meta argentino jugó cedido en Montpellier y acertó más a la hora de parar. Además, tiene un magnífico juego con los pies que se traduce en entregar el balón en buenas condiciones a sus compañeros (Pass into Danger% bajo).

Otra posición a reforzar podría ser el centro de la defensa donde no hay suficientes alternativas y el rendimiento de Diego Llorente no ha sido del todo satisfactorio aunque sigue contando para la selección de Luis Enrique. Suena Javi Martínez (Bayern Munich) quien también podría aportar como medio, posición en la que continúa de baja Asier Illarramendi. No se notó su lesión la temporada pasada por el gran rendimiento de Mikel Merino, Igor Zubeldia y Ander Guevara pero algo más de experiencia y profundidad de plantilla puede hacer falta en una temporada con tres competiciones.

Si bien en defensa la Real encajó demasiados goles para los remates que recibió, lo compensó con un ataque muy efectivo que consiguió diez goles más de los esperados.

La parcela ofensiva txuri-urdin cuenta con multitud de perfiles y alternativas que tendrán sus oportunidades en una temporada tan exigente y cargada de partidos. Sin embargo, no hay que olvidar que pueden llegar ofertas por los futbolistas más destacados y que Willian José ya estuvo cerca de irse en el último mercado.

El brasileño fue más utilizado en La Liga aunque en Copa, Alexander Isak fue el titular indiscutible. Esta temporada, podría darse un cambio de prioridades ya que el crecimiento del joven sueco parece imparable. El ex del Borussia Dortmund es un futbolista con mayor capacidad de generarse sus propias ocasiones, de presionar y de combinar con sus compañeros pero Willian José sigue siendo un magnífico finalizador dentro del área donde siempre consigue remates con bastante probabilidad de éxito.

La Real Sociedad comenzará La Liga 2020-21 en la zona de premios, con un derbi vasco en la final de Copa en el horizonte, una Europa League en la que se sienten equipados para la lucha y con la ambición de seguir escalando posiciones en la jerarquía de La Liga.