Los talentos de la Ligue 1 a los que siguen los clubes de La Liga

La liga francesa es el principal vivero para las otras competiciones del Top 5, incluso se ganó el calificativo despectivo de “liga de granjeros” como si su fútbol careciera de nivel. Sin embargo, los clubes franceses son el principal mercado que exporta futbolistas de lo más variado a las otras grandes ligas y han asumido ese papel de desarrollar talento y proveer de jugadores de primera necesidad, frescos y preparados.

Una irrupción de esta temporada y que representa ese modelo de dar oportunidades a gente muy joven y talentosa es Eduardo Camavinga (Stade Rennais).  El centrocampista aparece con 17 años en la Ligue 1 y ofrece una exhibición ante el París Saint-Germain que provoca que todos los ojos del mundo del fútbol se fijen en él.

De Camavinga se destaca siempre su porcentaje de acierto en el pase pero se debe a que busca pases de seguridad y apenas arriesga. De hecho, realiza un mayor porcentaje de sus pases hacia atrás que casi todos los centrocampistas de la Ligue 1. Por eso, pese a completar tantos pases apenas brilla en las métricas relacionadas con la creación y los pases en el último tercio.

Sin embargo, sí resaltan sus buenos números defensivos, como las presiones que llevan a recuperar la posesión y las entradas. Además, es un futbolista con buen manejo de balón al que es muy difícil quitárselo por su buena conducción.

Tras su primera temporada como fijo en la Ligue 1, el margen de progresión de Camavinga es infinito. Aún así, deberá variar y aumentar algunas de sus cualidades para convertirse en un centrocampista total o seguir ganando orden táctico para especializarse como medio defensivo.

El portero serbio, Pedrag Rajković (Stade Reims) tomó una carretera secundaria para conectar sus éxitos con las selecciones inferiores serbias con las ligas de primer nivel. Tras ganar Eurocopa Sub-19 y Mundial Sub-20 se marchó al Maccabi Tel Aviv donde fue titular indiscutible desde su llegada. Todas esas horas bajo palos han contribuido a formar a un portero sólido que ha brillado en su primer año en Ligue 1.

Rajković es un portero que ofrece seguridad, utiliza su envergadura para dominar el juego aéreo y apenas ofrece segundas opciones tras disparo.

En sus facetas para mejorar, su radar muestra que no suele acometer acciones defensivas lejos de la portería. Quizás por su envergadura también podría incrementar la rapidez de algunos de sus gestos, algo que compensa con su buena colocación.

El mapa de tiros recibidos impresiona. Le han marcado sólo uno de los cinco penaltis a los que se ha enfrentado y acierta siempre el lugar del lanzamiento. Ha recibido 17 goles en juego cuando atendiendo a la localización de los remates, razonablemente podría haber encajado 23. Analizando esos goles, sólo dos llegaron desde fuera del área, uno de ellos de libre directo. La mayoría de los goles encajados fueron remates desde zonas peligrosas centradas en el área.

La búsqueda de centrales suele ser una de las preocupaciones de las secretarías técnicas de muchos equipos y la Ligue 1 ha exportado grandes centrales a La Liga en las últimas temporadas. Axel Disasi y Gabriel Magalhães podrían ser una buena pareja en la que fijarse.

Disasi, es un central diestro con buen manejo de balón y destaca en los balones largos. Es algo corpulento y eso puede restarle movilidad y, al mismo tiempo, no se impone lo suficiente en los duelos aéreos para su altura. Además, el ímpetu de la juventud le lleva a cometer algunas faltas innecesarias. En general, es un central muy prometedor si pule sus defectos y encuentra un contexto favorable.

Gabriel, es un central zurdo, con muy buena salida de balón, elegante en sus movimientos y con la rapidez suficiente para corregir pese a medir 1.90 metros. Su radar supera en casi todas las métricas a Disasi. Es dominador en los duelos aéreos aunque todavía debe mejorar en su contundencia y concentración.

Las características, estadísticas y margen de mejora de Gabriel lo convierten en un jugador muy apetecible que probablemente acabará en un grande europeo en el corto plazo.

Baptiste Santamaría es un futbolista muy regular y completo que casi no se ha perdido partidos desde que llegó a la élite del fútbol francés. Su principal cualidad es ayudar en las tareas defensivas al Angers para luego dar continuidad al juego tras recuperar la posesión. Sus números en todas las métricas defensivas lo sitúan claramente por encima de la media.

Con balón, Santamaría aparece en todas las zonas del campo, ya sea pasando o conduciendo el balón para acercarlo al último tercio donde también contribuye a la circulación del balón aunque no esté entre sus funciones principales.

Se perfila bien para la salida de balón, aunque a veces le cuesta manejarse rápido y con precisión ante equipos con presión muy agresiva. En esas circunstancias busca balones largos para evitar pérdidas peligrosas en campo propio. Es un jugador con gran despliegue físico e inteligencia táctica.

Denis Bouanga es una de las opciones de ataque que suenan para reforzar a clubes de La Liga. El extremo del Saint-Étienne ha puesto la chispa en una temporada gris de Les Verts con su capacidad para ensanchar el campo y sus regates, partiendo preferentemente desde banda izquierda.

Sin embargo, su toma de decisiones es un debe pues el porcentaje de regates completados y, sobre todo, su selección de tiro tras regatear a un rival es bastante deficiente. Se coloca entre los mejores 15 jugadores de las cinco grandes ligas europeas en cuanto a la cantidad de tiros que genera tras regatear por cada 90 minutos, pero fuera de los mejores 100 en cuanto a los Goles Esperados (xG) que genera así. No ha marcado ningún gol en esas situaciones.

Bouanga ha anotado 10 goles esta temporada, tres de ellos de penalti, lo que coincide con la estimación más probable de goles esperados. En las zonas centrales cercanas a portería, las más peligrosas, predominan los remates de cabeza lo que por un lado muestra otra cualidad a añadir al repertorio del extremo pero disminuye la probabilidad de gol en el remate.

Es un futbolista con unas grandes condiciones físicas, rápido, que presiona bien y consigue pisar el área con frecuencia partiendo desde la banda. El gabonés es uno de los futbolistas que más remata de toda la Ligue 1 y lo ha hecho en un equipo que este año ha deambulado por la parte baja de la tabla. El problema parece que radica en su toma de decisiones.

Muchos de sus pases al área son centros, que no es la forma más eficiente de atacar, y provoca que, junto con sus pérdidas tras regate, pierda la posesión con frecuencia.

Pese a sus números de goles y sus cualidades, Bouanga, con 25 años, tiene algunas aristas por pulir. Tanto su juego como un posible fichaje se manejan en un equilibrio inestable entre riesgo y recompensa. Todo dependerá del precio que pida el Saint-Étienne que quizás no quiera desprenderse de uno de los pocos futbolistas que aúna rendimiento y margen de mejora en su veterana plantilla.

Lo que aprendimos de la vuelta de la Bundesliga

La Bundesliga volvió este pasado fin de semana después de dos meses de inactividad con una jornada completa de nueve partidos. Como la primera de los grandes ligas europeas en reanudar había muchos ojos puestos en Alemania para ver la nueva realidad del fútbol, sin público, sin alma quizás, pero con un ritmo y nivel de juego sorprendentemente bueno.

¿Qué aprendimos de la vuelta de la Bundesliga? ¿Podemos ver los efectos del parón en los datos de la jornada?

Al nivel de jugadores todo parecía seguir igual. Erling Håland marcó, Jhon Córdoba hizo otra actuación impresionante como activador del juego directo de la Colonia y Konrad Laimer cubría un montón de terreno en el mediocampo del RB Leipzig. Thiago Alcântara siguió dando una gran variedad de pases:

La historia fue la misma entre los equipos. El Bayer Leverkusen dominó la posesión, el Bayern Múnich hizo una presión alta y constante, y el Borussia Mönchengladbach siguió creando ocasiones de alta calidad. El Freiburg recibió mucho tiros:

Asimismo a un nivel más global. A pesar de los dos meses de inactividad y las extrañas condiciones de entrenamiento, los datos demuestran que, con algunos matices, la jornada 26 de la Bundesliga pareció mucho a las jornadas anteriores.

Empezamos con los goles, los Goles Esperados (xG) y los tiros.

Los registros son más bajos que la media de la temporada, pero nada fuera de serie. El promedio de tiros fue exactamente lo mismo que el de la jornada 25.

La cantidad de tiros claros (en situaciones de uno contra uno con el portero) fue un poco baja (25 entre las 26 jornadas) y hubo más tiros tras presión alta que la media de la temporada, pero los efectos del parón no fueron muy visibles en este aspecto del juego.

Tampoco existen indicios de la situación en los datos que intentan medir el ritmo del juego. La velocidad y verticalidad con las que los equipos atacaron quedaron cerca de la media de la temporada. Hubo menos posesiones distintas y el balón estaba en juego más tiempo que en todas las jornadas anteriores menos una, pero otra vez nada muy llamativa.

Donde sí podemos ver un impacto más consistente es en los datos de presión y agresividad defensiva. Tanto el PPDA (pases por acción defensiva), como el porcentaje de acciones defensivas que calificamos como agresivas (acciones registradas a dos segundos de que el oponente reciba el balón), como la cantidad de presiones figuraron entre los registros más bajos de la temporada. Como consecuencia, el porcentaje de acierto en el pase (79.39%) fue el tercero más alto de la campaña.

Sin embargo, los registros están otra vez entre un rango normal. Entre todos los datos que normalmente recogemos y analizamos no existe ni uno en que la jornada 26 fue líder ni colista entre todas las jornadas de la temporada. Si hubo un efecto inmediato del parón fue algo más sutil de lo que podemos ver a través de esta muestra pequeña de datos.

Podría ser que los efectos sean más visibles con el paso del tiempo. A pesar de que la mitad de los equipos aprovecharon la nueva regla que les permite utilizar cinco suplentes, la vuelta dejó a ocho jugadores con lesiones musculares. Con un programa condensado de partidos, no sería de extrañar que sean más problemas físicos que provocan algunos cambios en los estilos de juego de los equipos y como consecuencia, partidos un poco más lentos.

No obstante, hasta ahora, la nueva realidad del fútbol se parece mucho a la anterior.

La historia de la Copa de Europa a través de los datos: 1995, Ajax 1-0 AC Milan

Nuestra historia de la Copa de Europa sigue con la final de 1995 entre el Ajax y el AC Milan. Seis años ha pasado desde la final que cubrimos en el último capítulo y ha habido muchos cambios. La regla del fuera de juego se ha modificado, se ha introducido la regla de cesión y la Copa de Europa ha sido rebautizada como la Liga de Campeones.

Este es el cuarto capítulo de una serie en la que analizamos una final de cada década de la Copa de Europa. Ya hemos cubierto:

- 1960: Real Madrid 7 - 3 Eintracht Frankfurt

- 1972: Ajax 2 - 0 Inter de Milán

- 1989: AC Milan 4 - 0 Steaua de Bucarest

Esta vez tenemos un encuentro entre el joven Ajax de Louis van Gaal y un Milan que estaba apareciendo en su tercera final consecutiva, y su quinta en un periodo de siete años que comenzó con su triunfo en 1989 y que abarcó dos conquistas más del trofeo. Los dos equipos ya se conocían bien puesto que se habían enfrentado dos veces durante la fase de grupos, con ambos partidos ganados por el Ajax.

Estilos diferentes, resultados similares

En las dos últimas finales que cubrimos, los ganadores establecieron un dominio territorial con una presión alta. Tanto el Ajax en 1972 como el Milan in 1989 acorralaron a sus oponentes e inhibieron su capacidad de avanzar a lugares peligrosos. Por el contrario, este partido fue un encuentro mucho más parejo entre dos equipos con planteamientos diferentes pero igualmente válidos.

El Ajax tenía la mayor parte de la posesión (61%) y buscaba construir pacientemente el juego desde atrás con una salida y progresión del balón mucho más sistematizada que cualquiera que hayamos visto en las finales anteriores de esta serie. Su sistema 3-4-3, con un mediocampo en forma de rombo, tuvo una columna central de puntos de referencia alrededor de los cuales el resto del equipo trianguló.

Danny Blind, Frank Rijkaard y (hasta que se movió al centro del campo) Ronald de Boer eran utilizados frecuentemente como pivotes para cambiar el ángulo del ataque. El equipo de Van Gaal era muy metódico en su manera de mover el balón de lado a lado en busca de espacios, y Rijkaard fue el cerebro del conjunto.

Blind y Rijkaard fueron los dos jugadores experimentados en un equipo de jóvenes. El resto de los titulares tenían 25 años o menos, mientras que los dos suplentes, Nwankwo Kanu y el goleador Patrick Kluivert, tenían ambos 18 años. Seis del once inicial y siete de los 13 jugadores utilizados fueron productos de la cantera del club. Este equipo aportó la columna vertebral de la selección holandesa que llegaron a las semifinales tanto del Mundial de 1998 como de la Eurocopa de 2000.

El grado de estructuración en el uso del balón del Ajax quedó claro por la rapidez con la que detuvieron los contraataques para reajustar sus posiciones una vez que el progreso inicial se había ralentizado.

Eso fue exactamente lo que pasó en su gol ganador. Ronald de Boer condujo rápidamente el balón desde la defensa hasta el mediocampo, pero se detuvo cuando las opciones que tenía por delante se estrecharon. A partir de ahí, el Ajax movió el balón a la izquierda, a la derecha, de nuevo a la izquierda, y desde allí al centro, donde Rijkaard encontró a Kluivert, y Kluivert marcó ajustado al palo desde dentro del área.

Este Ajax utilizó la posesión como un medio de control. Dominó el balón y lo movió de tal manera que se encontró en condiciones para recuperarlo una vez perdido. Fue casi más una herramienta defensiva que una de ataque. El Ajax mantuvo la portería a cero en ocho de sus once encuentros en la competición de 1994-95, incluyendo en cuatro de sus cinco partidos de la ronda eliminatoria. Fue la misma historia el año siguiente, cuando perdió la final contra el Juventus en los penaltis después de haber mantenido a cero la portería en ocho de sus diez partidos anteriores.

Hasta cierto punto, el Milan se contentó con permitir que el Ajax tuviera el balón. No solía intentar romper las cadenas de pases de su oponente, y se apoyó en su organización y una defensa experimentada y bien aceitada. Alessandro Costacurta, Franco Baresi y Paolo Maldini volvían de la final de 1989. De hecho, se alinearon juntos en cuatro de las cinco finales que el Milan disputó en esta época.

La única vez que no lo habían hecho fue en la final del año anterior. Como Costacurta y Baresi no estaban disponibles, el Milan decidió no confiar tanto en su estabilidad defensiva y en su lugar atacó y derrumbó al Barcelona de Johan Cruyff. El resultado fue una convincente victoria por 4-0

Sin embargo, eso no pareció alterar el pensamiento subyacente de su entrenador Fabio Capello. Este Milan no tenía el poder ofensivo de sus primeras encarnaciones de la época, y un planteamiento cauteloso probablemente se adaptó mejor a sus fortalezas. Este fue un 4-4-2 mucho más plano que el que vimos en la final de 1989. Sólo los movimientos de Zvonmir Boban desde la izquierda hacía el centro alteraron la simetría.

Milan fue muy cómodo con su planteamiento y eso se reflejó en la inactividad de Capello en el banco. Van Gaal fue, por lejos, el más animado de los dos entrenadores. Sus dramáticas recreaciones de los incidentes en el campo no sólo ocurrió durante su estancia en el Manchester United.

Durante gran parte del partido, hubo muy poco para separar a los equipos. El Ajax movió el balón y movió el balón, pero tuvo problemas en penetrar la defensiva milanesa. Marc Overmars completó sólo dos de sus 10 intentos de regate desde la izquierda. El Milan fue mucho más directo en su forma de atacar, con balones más largos al centro y a los costados, pero la mayoría de sus tiros fueron desde lugares o situaciones no muy amenazantes.

Ninguno de los dos equipos creó mucho. El total de 21 tiros fue 14 menos que en cualquiera de las tres finales anteriores de esta serie. La suma de Goles Esperados (xG) de 1.65 también fue la más baja hasta ahora. El Ajax generó la oportunidad más clara y consiguió el trofeo, pero fue un partido que podría haber ido de cualquier manera.

 

Edwin van der Sar

En cierto modo, Edwin van der Sar fue un modelo para el portero de hoy en día. No fue el primer portero que mostró habilidad con el balón a sus pies, pero fue uno de los ejemplos más prominentes en los años inmediatamente después de la introducción de la regla de cesión en 1992.

Eso fue evidente en este partido. Raramente se lanzaba balones largos sin razón, y aunque no era tan hábil en su ejecución como algunos de los porteros de hoy, estaba dispuesto a hacer un toque para abrir líneas de pase o atraer un grado de presión de un rival. Tuvo un par de momentos incómodos bajo presión directa, pero generalmente usó el balón exactamente de la manera que el sistema del Ajax le exigía.

Su porcentaje de pases completados de un 79% fue comparable a los de porteros como Alisson o Manuel Neuer en la competición de 2018-19, pero también se logró con pases más largos por termino medio. Cabe mencionar también que una mayor proporción de sus pases se intentaron bajo presión. Su porcentaje de acierto disminuyó ligeramente en una muestra más grande con los Países Bajos en la Eurocopa de 1996, pero aún estaba dentro del rango de algunos de los distribuidores más competentes del juego moderno.

Van der Sar no era el portero más estético ya que nunca parecía tener el control total de su delgado cuerpo. Tuvo al menos un par de momentos flojos en este partido. Sin embargo, tuvo mucho éxito a lo largo de su carrera y fue una indicación temprana de la dirección en la que iba su profesión.

Demetrio Albertini

Cabe destacar la importancia de Demetrio Albertini para este Milan. Fue un pasador progresivo en las transiciones, el jugador de Milan que más a menudo avanzó el balón al último tercio y también el que creó más oportunidades en juego normal (tres). Su pase a Daniele Massaro para uno de esos tiros giratorios que fueron marca de la casa del delantero fue particularmente bien ejecutado.

Asimismo, hizo mucho trabajo sin balón, liderando a su equipo en interceptaciones, entradas y acciones de presión.

Albertini había jugado al lado de Rijkaard, su similar en el Ajax, en el Milan, y volverían a unirse una vez más cuando Rijkaard, por entonces entrenador del Barcelona, lo fichó en 2005 para jugar los últimos meses de su carrera en el Camp Nou.

Los jugadores, equipos y batallas a seguir en la vuelta de la Bundesliga

Este fin de semana, la Bundesliga será la primera de los grandes ligas europeas en reanudar. Quién mejor para ayudarnos en identificar los equipos, jugadores y batallas en los qué debemos fijarnos que Juanma Romero, periodista, podcaster y experto en la liga alemana.

Nick Dorrington (ND) editor de StatsBomb en castellano: Hola Juanma. Para empezar, para los que normalmente no ven la Bundesliga, ¿Cuales son los equipos más atractivos o interesantes?

Juanma Romero (JR): Alejándome de los más conocidos, y para aquel que llegue sin tener ni idea, que puede ser, yo le recomendaría que echase un vistazo a dos equipos: el Union Berlin y el Colonia. Los primeros parece que llevasen jugando en Bundesliga toda la vida y acaban de llegar. Son un bloque muy sólido, sin un jugador que destaque por encima del resto, y que saca el máximo provecho de sus jugadas a balón parado, un aspecto que cada vez cobra, creo, más importancia en el fútbol actual y que para equipos tan humildes es, diría, una necesidad.

En ese sentido, Christoph Trimmel, su capitán, es un filón. Luego tiene a Neven Subotić viviendo una segunda juventud o a Sebastian Andersson, que será una pena no verlo con Suecia este verano.

ND: Este dato deja clara la importancia de las jugadas a balón parado para el Union Berlin: Sólo un equipo de la Bundesliga he generado un porcentaje mayor de sus goles y Goles Esperados (xG) de estas jugadas. Ese equipo es, precisamente, el Colonia.

Un 38.46% de sus goles han llegado de acciones a balón parado, y ningún equipo en las cinco grandes ligas europeas ha generado más goles, por cada 90 minutos, de estas jugadas. Es muy superior al resto de la Bundesliga en este aspecto del juego.

¿Tiene otras cosas destacables?

JR: Al Colonia lo elijo porque desde que llegó Markus Gisdol ha sido uno de los equipos más atrevidos y vistosos. Juego directo, con jugadores muy verticales, transiciones vertiginosas y con un Mark Uth que está demostrando ser una de las mejores incorporaciones invernales. Amén de un Jhon Córdoba que está de dulce.

ND: ¿Cuáles jugadores tienes ganas de ver de nuevo?

JR: Indudablemente, si tengo que elegir un partido para ver en Bundesliga, solo uno, prefiero ver uno en el que juegue Jadon Sancho. Es un jugador diferente, sabes que siempre va a pasar algo.

ND: Sí. Uno de sus entrenadores me dijo que su manera de fintar y regatear es casi único. Los defensores suelen tener una idea de qué va a hacer el atacante, independientemente de que pueda pararle o no, pero con Sancho es otra cosa. Asimismo, sabe cómo sacar provecho de su habilidad en el regate al nivel tanto individual como colectivo.

JR: Luego, y creo que hablo por todos, estoy alucinando con el nivel que está mostrando Alphonso Davies en el lateral izquierdo del Bayern Múnich. Es un espectáculo verlo subir la banda y ganar duelos divididos.

Otro, que tampoco sorprenderá, es Timo Werner. Con Julian Nagelsmann ha subido un nivel más. Verlo pica al espacio, esos desmarques de ruptura que ya son marca de la casa, es una delicia.

ND: Los números avalan de forma clara el crecimiento de Werner esta temporada:

JR: Del RB Leipzig también disfruto con Konrad Laimer, aunque no por lo ofensivo sino por su incansable entrega y capacidad para robar balones. En ese sentido soy también muy fan de Filip Kostić del Eintracht Frankfurt. Su capacidad para producir desde la izquierda es difícilmente comparable con otro jugador en la Bundesliga. Últimamente además marcando goles. Achraf Hakimi es otro. Mejor atacando que defendiendo, eso seguro, pero atacando es muy bueno. Desde el lateral acapara muchísimo juego y no es raro verlo terminar jugadas como si un delantero se tratase.

ND: Hakimi tiene un perfil muy interesante. En el Dortmund, es el jugador que más a menudo avanza el balón al último tercio, y entre los laterales y carrileros de la Bundesliga, sólo Davies y Kostić intentan y completan más regates que él.

¿Hay más jugadores jóvenes que valen la pena seguir?

JR: Destacaría, sobre todo, a Christoph Baumgartner, mediocampista austríaco del Hoffenheim. Me gusta por su personalidad e inteligencia en el campo. Es preciso en el pase y asoma con peligro. Suma 4 goles y una asistencia en sus últimos 10 partidos con el Hoffenheim y ya está asentado en el once

. ND: El tamaño de la muestra no es muy grande, pero esto pinta bien.

JR: También nombraría a Noah Katterbach, jovencísimo lateral izquierdo del Colonia, renovado recientemente además. Aunque no lo parece a simple vista es muy fuerte físicamente. Muy sólido. Estuvo lesionado pero volverá en este reinicio.

La banda izquierda del Colonia, con él e Ismail Jacobs es más que interesante. Por último invitaría a la gente a que se fijase en Robert Skov, danés del Hoffenheim. Se ha asentado como carrilero izquierdo, aunque con Dinamarca, por ejemplo, suele jugar más como extremo derecho. Zurda de muchísima clase. Largo recorrido y gran golpeo.

ND: Bueno, ahora vamos a enfocarnos en algunas de las batallas por puestos en ambos extremos de la tabla que quedan por resolver.

Primero, la carrera por el título. El líder actual es el Bayern Múnich, campeón por siete años consecutivos, que tiene una ventaja de cuatro puntos sobre el Borussia Dortmund, cinco sobre el RB Leipzig y seis sobre el Borussia Mönchengladbach. Asimismo, tiene la mejor diferencia de xG de la división.

¿El Bayern tiene que ser el favorito?

JR: Si me hubieses preguntado en diciembre, te hubiese dicho que todo estaba abierto. El Gladbach se mostraba sólido fuera y en casa, el Dortmund había encadenado buenos partidos después de perder en Múnich, y el RB Leipzig igual, con una racha de victorias y goles a favor increíble. Pero desde que perdió en Mönchengladbach, el Bayern ha sido un rodillo y a eso se ha unido que el resto ha pinchado.

ND: El Bayern ha mejorado mucho desde que Hansi Flick suplió a Niko Kovac como entrenador. En términos tanto de resultados como de números subyacentes, ha sido el mejor conjunto de la Bundesliga, y con creces.

Con Flick, es un equipo que defiende más lejos de su propia portería y que emplea una presión más constante y agresiva que antes.

No apostaría por otro equipo que no sea el Bayern, pero tenemos que mencionar que con la adición de Erling Håland, el Dortmund tiene un ataque aún más potente que antes. Dudo que Håland siga marcando goles a su ritmo actual...

..pero con él, Sancho, Reus y otros, Dortmund tiene una delantera espectacular. Si excluimos al Bayern, hay tres puestos de Champions para cuatro equipos, separados entre ellos por sólo cuatro puntos: el Dortmund, el RB Leipzig, el Mönchengladbach y el Bayer Leverkusen. ¿Cómo ves esta batalla? ¿Quién va a perder un puesto de Champions?

JR: En mi opinión, el equipo más en forma antes del parón era, además del Colonia, el Bayer Leverkusen. Doce victorias en sus últimos 14 partidos oficiales. Es más, si se me permite el atrevimiento, creo que estarían mucho más cerca del Bayern de haber contado con Edmond Tapsoba desde el comienzo de la temporada. Con él han ganando en estabilidad defensiva, algo que siempre ha sido el talón de Aquiles de este equipo en los últimos años.

ND: Tapsoba ha llegado desde Portugal y parece que inmediatamente se ha sentido cómodo en el equipo de Peter Bosz.

JR: Va a estar interesante esa pelea por ver qué cuatro equipos entran en Champions. Mi apuesta es que se mete el Leverkusen pero no me preguntes quién se cae (risas).

ND: Hay diez puntos de diferencia entre el Leverkusen y el Schalke, ocupante actual del sexto puesto en la tabla pero con sólo un punto de ventaja sobre el Wolfburgo y el Friburgo, dos sobre el Hoffenheim y cinco sobre el Colonia. El equipo de David Wagner solo ha sumado siete puntos de sus últimos ocho partidos y los números surgieron que equipos como el Wolfsburgo o incluso el Colonia podrían superarlo en lo que queda de la temporada. ¿Qué piensas sobre los puestos de Europa League, que probablemente también van a incluir el séptimo puesto si el Bayern o el Leverkusen gana la Copa de Alemania?

JR: Sí, el Schalke ha bajado muchos enteros. La lesión de Suat Serdar, uno de los jugadores que más aporta llegando desde segunda línea, les perjudicó y que su teórico delantero centro titular, Guido Burgstaller, no haya marcado tampoco ha ayudado.

Sus mejores momentos estuvieron basados en la posesión defensiva, o sea, tenerla para no sufrir antes que tenerla para atacar. Y arriba vivir mucho de la inspiración de Amine Harit. Pero les falta pegada arriba, mucha. Y eso se paga en Bundesliga. Por regularidad, creo que el Freiburg merecería entrar en Europa.

Veremos cómo le afecta el parón al Colonia pero como dije antes era uno de los equipos en mejor forma. Wolfsburg también ganó en estabilidad, con un 4-3-3 que ya parece asentado definitivamente después de un inicio de temporada con tres atrás. Al que veo saliendo de la pelea es al Hoffenheim, muy irregular.

ND: En el otro extremo de la tabla, la Bundesliga tiene un sistema de descensos un poco diferente del sistema de la liga española, por ejemplo. ¿Puedes explicar cómo funciona?

JR: Bueno, básicamente los dos últimos descienden directamente y el tercero por la cola (el puesto decimosexto) se mide en una eliminatoria a ida y vuelta con el tercer clasificado de la 2. Bundesliga, el primero para intentar mantener la categoría y el segundo para buscar el ascenso.

Añadir que la vuelta se juega siempre en campo del equipo de Segunda y que, normalmente, suele salir triunfador el equipo de Bundesliga, aunque la pasada temporada fue una excepción con el ascenso del Union Berlin, que se convirtió en el primer tercero de 2. Bundesliga que ascendía desde 2012.

ND: Como colista, tenemos a un Paderborn medio muerto con sólo 16 puntos y números subyacentes que no le dan muchos motivos de esperanza. En el puesto decimoséptimo, y de manera más sorprendente, tenemos el Werder Bremen. Consiguió el octavo puesto la temporada pasada y ha encadenado 39 temporadas consecutivas en la primera división de Alemana. ¿Qué ha pasado con el Werder Bremen esta temporada? ¿Todavía puede evitar el descenso?

JR: Lo del Werder Bremen es raro, es verdad. Son muchas derrotas, 11 en los últimos 14 partidos de Bundesliga. Una barbaridad. Creo que es un cúmulo de circunstancias, pero sobre todo lo achacaría a la mala suerte con las lesiones.

Casi toda la defensa titular ha caído, con lesiones de menor o mayor duración. Ha tenido que colocar a Theodor Gebre Selassie de central o recurrir a un Christian Groß que debutó esta temporada en Bundesliga a sus 30 años. Niclas Füllkrug fue fichado para ser el delantero estrella del equipo y se rompió el ligamento cruzado en septiembre y no volverá esta temporada. Son demasiados accidentes para que no pasen factura a largo plazo. Ahora mismo veo difícil que salgan de los puestos de descenso, la verdad.

ND: El Fortuna Düsseldorf ocupa ahora el puesto decimosexto, cuatro puntos detrás del Mainz. Tiene los peores números subyacentes de la división. ¿Crees que los tres últimos de ahora van a ser los tres últimos al final de la temporada, independientemente de su orden?

JR: Por sensaciones y rendimiento reciente, diría que sí. El Mainz ha mejorado algo de la mano de Achim Beierlorzer.

Si el Hertha no mejora prestaciones de la mano de Bruno Labbadia, está condenado a pelear por no descender. Muy malas sensaciones antes del parón, sobre todo en defensa. Veremos qué pasa también con el Eintracht Frankfurt, algo sorprendente verlo tan abajo, y sus primeros partidos son ante el Mönchengladbach y el Bayern. Yo espero, y aquí me mueve el corazón, que el Augsburg logre otra vez salvar la categoría, pero tampoco venía dando buenas sensaciones. Heiko Herrlich tiene trabajo por delante.

ND: De hecho, en los últimos diez partidos, el Augsburg ha tenido la peor diferencia de xG de la división.

Bueno, muchas gracias por tu tiempo Juanma. Espero que disfrutes la vuelta de la Bundesliga. JR: Gracias a vosotros y enhorabuena por el trabajo que hacéis.

El segundo Real Madrid de Zinedine Zidane

Nadie sabía qué esperar cuando Zinedine Zidane volvió al Real Madrid en marzo del año pasado. Su primera etapa había sido una paradoja... una mezcla de logros históricos y una extraña inconsistencia. Esta vez, sin Cristiano Ronaldo y en general con menos talento a su disposición, la impresión fue que tendría que evolucionar.

La organización colectiva del Madrid declinó durante el transcurso del mandato original de Zidane. Su primera temporada se caracterizó por su habilidad de convencer a las estrellas para que defiendan y acepten la rotación, y por su decisión de dar la titularidad a Casemiro a pesar de la presión de Florentino Pérez para que eligiese nombres más glamorosos. Su última temporada fue un desastre táctico con una cantidad excesiva de centros, Casemiro llegando al ataque, y Luka Modric defendiendo en la zona del lateral derecho.

Sin embargo, una cosa estaba muy clara entonces y sigue estando así hoy en día: El ego de Zidane no distorsiona sus evaluaciones, ya sea de los jugadores, los entrenadores, o incluso de sí mismo. Es consciente de sus limitaciones. Este es un tipo que renunció después de conquistar tres Ligas de Campeones sucesivas porque vio que su plantilla estaba fundida. No trató de desafiarlo.

Cuando regresó estaba poniendo en riesgo su legado, pero parecía convencido de que podría volver a lograr éxitos.

Un comienzo difícil de la temporada

Si Zidane había evolucionando, no era evidente durante una pretemporada confusa ni en las primeras jornadas de La Liga. Con Ronaldo muy lejos en el retrovisor y el equipo necesitando goles de sus mediocampistas para compensar la ausencia de un goleador tan productivo, la plantilla parecía estar compatible con un 4-2-3-1.

Sin embargo, cada vez que Zidane utilizaba esta forma, Madrid tenía problemas en la salida. Sin Modric a su lado, Casemiro se arriesgó demasiado cerca de su propia portería. La defensa tampoco funcionaba, y al igual que en la primera etapa de Zidane, Sergio Ramos y Raphael Varane tuvieron que defender hectáreas de espacio cada vez que los rivales contraatacaban.

Todo esto culminó en la pérdida ante el París Saint-Germain. Con Casemiro jugando en el doble pivote contra el equipo de alta presión de Thomas Tuchel, el Madrid colapsó. Lo que sobresale es la falta de conectividad total.

A diferencia del Madrid, el PSG logró mantener una forma simétrica y productiva. Incluso sin Neymar y Kylian Mbappe, creó abundantes problemas para la defensa madrileña.

Tras ese partido, había rumores que Zidane estaba en la cuerda floja. Con seis semanas de la temporada jugadas y después de la gran inversión del verano, el equipo estaba rindiendo muy por debajo de su potencial.

Arreglando la defensa

El experimento del 4-2-3-1 no estaba funcionando, así que Zidane volvió a un mediocampo de tres hombres. Más importante aún, organizó una defensa asfixiante basada en una presión más alta y constante. Clave en este cambio fue la introducción de Federico Valverde como mediocampista box-to-box. Su intensidad defensiva se contagió a sus compañeros.

La velocidad y fortaleza física de Valverde ayudaron a crear un Real Madrid mucho más agresivo. Intentaba romper las cadenas de pases de sus rivales con más frecuencia, y el acierto en los pases de sus rivales bajó. Había un cambio bastante grande en la porcentaje de sus acciones defensivas que calificamos como agresivas: acciones registradas a dos segundos de que el oponente reciba el balón. En los seis partidos antes de la introducción de Valverde, Madrid estaba en el segundo percentil de esta métrica. Desde entonces, ha estado cómodamente por encima de la media.

Los rivales tenían problemas en crear oportunidades de alta calidad. Esta defensa reorganizada del Madrid fue una de las mejores de Europa, y la mejor del club en años. Su mejora es claramente visible en su trendline de Goles Esperados (xG).

Asimismo mejoró su juego. Con Valverde a su lado, Casemiro comenzó a tomar un papel más pasivo en la salida. El equipo llegó con más facilidad al último tercio, y durante un breve período en el que tanto Eden Hazard como Marcelo estaban disponibles, creaban ocasiones a voluntad.

Esto está bien ilustrado por el segundo partido contra el PSG. El Madrid dictó los términos del encuentro con su presión alta. Esta vez fue el equipo de Tuchel que tuvo una red de pases desaliñada.

Zidane optó jugar con Isco como media punta en un mediocampo en forma de rombo, la formación que ganó el club sus tres Ligas de Campeones consecutivas pero con Hazard y Valverde en los puestos de Ronaldo y Modric. Durante la primera hora, fue una de las actuaciones más dominantes del Madrid en las últimas temporadas.

Casemiro jugó casi el mismo número de pases en ambos partidos aunque el Madrid tuvo mucho más del balón en su derrota en el Bernabéu. Cuando el equipo estaba funcionando bien, él hizo menos pases relativo al total.

Asuntos pendientes

Después de concluir bien el año de 2019, el trendline de xG refleja que, por muchas razones, el Madrid ha sido relativamente inconsistente.

Ofensivamente, el equipo ha tenido mala suerte con las lesiones. Problemas físicas han hecho que Marcelo ya no está en su plenitud. Hoy en día, no intenta ni un regate por cada 90 minutos. Su reemplazo, Ferland Mendy, está completando 2.5 por 90, pero es más efectivo en espacio que contra una defensa en bloque bajo.

Eden Hazard se ha perdido la mayor parte de la temporada debido a una lesión. En su ausencia, Vinicius Júnior ha disputado muchos minutos, pero su juego de combinación y terminación de las jugadas dejan mucho que desear, aunque sus números de xG y xG asistidos son alentadores a largo plazo. Para alcanzar su techo ofensivo, el Madrid necesitaba a Hazard.

Parecía probable que Marco Asensio disfrutara de muchos minutos por la banda derecha esta temporada, pero se rompió el ligamento cruzado anterior en el verano. El efecto dominó jugó un papel importante en la permanencia en el club de James Rodríguez y Gareth Bale. Rodríguez ha tenido problemas de mantener su estado físico y apenas ha contribuido. La producción de Bale ha bajado a 0.43 xG y xG asistidos por 90, y ya no parece tener la capacidad de determinar el curso de los partidos con sus acciones individuales.

Se puede decir que más que cualquier otro entrenador, las rotaciones forman un parte clave de la filosofía de Zidane. Él es intransigente en este aspecto, y ha cosechado los frutos ganando la Liga de Campeones en cada temporada entera que ha completado como entrenador. Sin embargo, esta temporada, las rotaciones han perjudicado la cohesión del grupo.

Defensivamente, no existe un reemplazo natural para Casemiro. Se sentó en el banquillo cuando el Madrid recibió cuatro goles en su eliminación de la Copa del Rey contra la Real Sociedad. Es posiblemente el mejor destructor del juego en Europa. Entre los mediocampistas de las cinco grandes ligas europeas durante las últimas temporadas, se encuentra en el percentil 98 en cuanto a entradas ajustadas por posesión y en el percentil 99 en cuanto a recuperaciones del equipo tras sus acciones de presión.

Valverde es también difícil de reemplazar. Modric aportaba mucho defensivamente hace un par de temporadas, pero a los 34 años no puede igualar de forma constante la tenacidad de su compañero más joven. A partir de enero, Zidane empezó a rotarlos, uno por otro, con más frecuencia. Como resultado, la línea defensiva del Madrid se ha movido un poco más cerca a su propia portería.

Las rotaciones y un planteamiento un poco limitado en el último tercio han combinado para hacer difícil la tarea de integrar a Luka Jović. La idea había que el serbio podría ayudar a reemplazar algo de la producción de Ronaldo, pero sólo ha jugado el equivalente a cinco partidos completos de minutos en La Liga. Karim Benzema ha tenido que asumir de nuevo la carga del marcador, con otros contribuyendo de vez en cuando.

Jović está disparando mucho menos en el Real Madrid y a menudo parece desconectado del resto del equipo. En parte, esto se trata de un cambio de rol. En el Eintracht Frankfurt, Jović jugaba en un equipo mucho más directo, y tenía más espacio para trabajar. Recibía el balón en zonas centrales y combinaba con compañeros contra defensas menos compactas. Con más espacios podía tomar más riesgos. En el Madrid, el contexto es diferente. A menudo se enfrenta a defensas muy retrasadas, está aislado de sus compañeros y no combina bien a un ritmo más lento.

Benzema está entre los mejores delanteros de Europa en este papel. Jović estaba acostumbrado a jugar de una forma más rápida y vertical.

Zidane no es inocente aquí. Jović sólo ha sido titular en cuatro partidos de liga. Cuando empiece como suplente, a menudo entra a expensas de un mediocampista cuando Zidane cambia a un 4-4-2 en situaciones en que el equipo necesita un gol. Esto deja a Casemiro expuesto en un doble pivote, y en vez de aporta ocasiones de gol a Jović, el Madrid pierde control del balón.

A nivel de equipo, el Madrid intenta demasiados centros aéreos. Ese es un hábito que se queda de la primera etapa de Zidane cuando Ronaldo fue el blanco, pero es menos efectivo con Benzema como único delantero centro.

Completando el equipo

Para tener éxito con Zidane, el Madrid requerirá mejor talento ofensivo y una plantilla más completa. El ataque también necesita más simetría. La mayoría de los jugadores que tocan mucho el balón operan por la izquierda: Ramos, Toni Kroos, Isco, Hazard y Vinicius. La mayoría de los redes de pases del equipo se parecen a esto:

Dadas sus necesidades, los jugadores que pueden regresar al Madrid y los fichajes de que se hablan los medios encajan muy bien.

Martin Ødegaard, si su préstamo a la Real se corta, sería mejor que Isco. Isco en un imán para el balón. Sobresale en crear sobrecargas numéricas, en el regate, y en conseguir faltas en espacios reducidos, pero no en crear un volumen alto de ocasiones para su equipo. Por eso ha sido más efectivo en los grandes encuentros de la Liga de Campeones, ayudando al Madrid a controlar el balón y evadir la presión alta de equipos como el Liverpool, el Bayern Munich y otros, que en partidos ligueros, donde se le pide que rompa líneas contra defensas retrasadas. En contraste, Ødegaard es uno de los mejores en escanear su entorno y romper las líneas defensivas.

Los estilos de juego de sus respectivos equipos no deben ser descartados, pero esta temporada Ødegaard ha sido un jugador mucho más directo, buscando constantemente recibir entre líneas y moviendo el balón al último tercio más a menudo. Ødegaard dirige un 26% de sus pases hacía adelante al 15% de Isco, y sólo un 9% hacía atrás, al 14% de Isco. Completan una cantidad similar de regates, pero Ødegaard lanza el balón más rápido en vez de conseguir faltas.

Ødegaard es un pasador inteligente, y ayudaría a restaurar un punto de simetría operando a la derecha de la zona del mediocampo.

Achraf Hakimi volverá de su préstamo en el Borussia Dortmund y también encaja bien con lo que necesita al Madrid, en este caso un lateral derecho que puede aportar algo de lo que anteriormente aportaba Marcelo desde la izquierda. Dani Carvajal fue suficiente en el pasado, pero su sólida técnica en los centros aéreos es menos útil que antes. Hakimi no es de ninguna manera un defensor tan diligente como Carvajal, como podemos ver en los números, donde Carvajal gana una porcentaje más alta de sus duelos defensivos. Sin embargo, Hakimi es el mejor regateador y hace más conducciones de distancias más largas.

A los 21 años, Hakimi todavía tiene margen de mejora. Esta temporada, ha perdido el balón más a menudo que cualquier jugador del Real Madrid salvo Hazard. Puede ser que no reemplace a Carvajal inmediatamente, pero tiene las habilidades requeridas para mejorar la producción ofensiva del flanco derecho del Madrid. La vuelta de Asensio también ayudaría a fortalecer esta zona.

Otro nombre relacionado con el Madrid es Donny van de Beek. Tiene el perfil de una alternativa más ofensiva a Valverde. Hace muchas entradas y también sobresale en sus llegadas al área. Dispara y pisa área más a menudo que cualquier centrocampista del Madrid, contribuyendo un gol cada dos partidos, aunque en la Eredivisie.

El equipo también necesita un suplente para Casemiro. Eduardo Camavinga del Rennes pinta bien. Con sólo 17 años ha sido uno de los mejores centrocampistas defensivos de la Ligue 1 esta temporada.

Por ultimo, el Madrid ha cortejado públicamente a Kylian Mbappe. La superestrella francesa es ahora el goleador más devastador de las cinco grandes ligas europeas. Su producción es histórica.

Por sí solo, Mbappe podría devolver al ataque del Madrid al nivel de la era de Ronaldo. Ese es probablemente el juego final de Zidane.

La historia de la Copa de Europa a través de los datos: 1989, AC Milan 4-0 Steaua de Bucarest

La siguiente parada en nuestro viaje a través de la historia de la Copa de Europa es la final de 1989 entre el AC Milan y el Steaua de Bucarest. Ante un público partidario en el Camp Nou de Barcelona, el Milan de Arrigo Sacchi obtuvo el primero de sus dos títulos consecutivos.

En el primer capítulo de la serie, cubrimos el Real Madrid que dominó los primeros años de la competición en el contexto de su victoria sobre el Eintracht Frankfurt en 1960; la semana pasada, analizamos un choque de estilos en la final de 1972 entre el Ajax y el Inter de Milán.

Después de tres victorias consecutivas para ese Ajax y tres para el Bayern de Múnich, los equipos ingleses dominaron la Copa de Europa entre 1977 y 1984, ganándola siete veces en ocho años, incluyendo cuatro victorias para el Liverpool. Sin embargo, en los cinco años anteriores a la final de 1989, desde la última victoria del Liverpool hasta el triunfo del PSV Eindhoven en 1988, equipos de cinco países diferentes había levantado el trofeo.

Un Milan dominante

El Milan ya había abierto el marcador y realizado 10 tiros antes de que el Steaua hiciera su primer intento. Al final del primer tiempo, tenía una ventaja de tres goles. El cuatro llegó en el primer minuto del segundo.

El Milan hizo presión alta. En promedio, sus acciones defensivas se realizaron más lejos de su propia portería que las de cualquier equipo de la Liga de Campeones de la temporada pasada. Mantuvo al Steaua a distancia. El mapa de calor de sus acciones de presión muestra una clara inclinación hacia la izquierda defensiva, en gran parte porque las más de las veces el Steaua intentaba salir de ese lado.

Este era un Steaua muy bueno. Había promediado 2.75 goles por partido en su camino a la final, había llegado a las semifinales un año antes y había levantado en trofeo, con un triunfo sobre el Barcelona, en 1986. Acababa de conseguir el quinto de cinco títulos consecutivos de la liga rumana, los tres últimos logrados sin perder ni un partido. En ese tiempo, lograron una racha de 104 partidos sin perder que sigue siendo el récord entre los clubes europeos.

En este partido, el Steaua intentó constantemente jugar en corto desde atrás. La longitud media de los pases de su portero Silviu Lung, de 24.81 metros, fue mucho más corta que la de cualquier portero en la competición de la temporada pasada.

Se vislumbró su calidad en algunas de las secuencias en las que conseguía mover el balón más allá de la presión del Milan. Su capitán Tudorel Stoica fue imperturbable bajo presión. Sin embargo, el Steaua no pudo establecer ningún tipo de presencia regular en las zonas de ataque contra un Milan compacto y con una defensa legendaria de Mauro Tassotti, Alessandro Costacurta, Franco Baresi y Paolo Maldini.

Sólo cuatro de los 12 tiros del Steaua se realizaron desde dentro y alrededor del área. Su mejor ocasión fue una oportunidad bloqueada de 0.14 Goles Esperados (xG) cuando el partido ya estaba perdido hace tiempo.

Es interesante notar que los dos equipos completaron exactamente el mismo número de pases (401) en el transcurso de los 90 minutos. La diferencia radicó en lo que fueron capaces de hacer con ellos. Mientras que el Steaua tuvo problemas en penetrar, los ataques del Milan fueron rápidos e incisivos. Quince de sus 27 intentos de gol llegaron directamente de una recuperación de posesión en campo contrario. Cuatro o cinco se considera mucho hoy en día. Creó un buen volumen de tiros de alta calidad.

Dos goles de Ruud Gullit y dos más de Marco van Basten, junto con Frank Rijkaard el trío de internacionales holandesas que ayudaron a impulsar al equipo a sus éxitos de esta época, le ganaron el trofeo.

Gullit como punto de referencia

El Milan fue relativamente directo en su uso del balón, y Gullit fue su principal punto de referencia tanto para avanzar desde el medio defensivo hacia campo contrario como para avanzar desde allí hacia zonas centrales del último tercio.

Gullit fue más alto que ambos de los centrales del Steaua, y recibió con éxito 11 pases a la altura de la cabeza. Dada la amplia gama de sus habilidades, estaba lejos de ser un típico nueve de referencia, pero sí era capaz de cumplir aspectos de ese papel cuando su equipo los necesitaba.

Donadoni y el 4-4-2 del Milan

Sacchi es famoso por su uso de la formación 4-4-2, pero esto estaba lejos de ser una versión plana de esa alineación. Por un lado, había una clara asimetría entre los dos laterales. Maldini se quedó atrás, mientras que Tassotti avanzó mucho por la banda derecha.

Asimismo fue de interés los posicionamientos de Carlo Ancelotti y Roberto Donadoni, que se superponían mucho desde sus respectivas posiciones nominales en el centro y a la izquierda del mediocampo.

Sus mapas de recepción muestran que ambos pasaban una buena calidad de tiempo tanto en zonas centrales como en zonas de banda, aunque era Donadoni quien más a menudo conectaba con los dos delanteros.

También hicieron gran parte de su trabajo defensivo en áreas similares, aunque sin posesión Ancelotti parecía mantener una posición más de banda.

Donadoni nunca fue el jugador más llamativo pero sí fue uno muy valioso. Se esforzó mucho en ambos lados del balón en este partido. En defensa, lideró el equipo en presiones y entradas, incluyendo un par de barridas bien realizadas; en ataque, creó siete ocasiones, tres más que cualquier de sus compañeros, mientras que él y Rijkaard fueron los dos jugadores que más a menudo avanzaron el balón al último tercio.

Hagi

Gheorghe Hagi era el nombre más reconocible en el once del Steaua, y con el número 10 en su espalda el que se esperaba que llevara la mayoría de la carga creativa del equipo. Sin embargo, tenía dificultades en tener un impacto en el juego. Se retrasó para recibir en propio campo para ayudar a avanzar el balón hacia adelante, sobre todo con los regates y conducciones.

Sin embargo, produjo muy poco dentro del último tercio. No creó ni una sola ocasión para un compañero, y aunque lideró a su equipo en tiros, todos de ellos fueron de baja calidad.

Los goles espectaculares de Hagi bajo el sol saturado de USA 94’ son un recuerdo perdurable de mi infancia, pero hay que señalar que fueron el resultado de un tirador constantemente optimista.

Con la información que tenemos hoy en día, los entrenadores normalmente intentan pulir este aspecto del juego de un jugador, aunque no siempre. Echa un vistazo a su hijo, Ianis Hagi, ahora del Rangers. De tal palo, tal astilla.

Variedad en los tiros de esquina

Sólo hubo seis tiros de esquina cortos entre las dos finales anteriores de esta serie y uno de los dos del Ajax en la final de 1972 fue simplemente para mantener la posesión en el tiempo añadido. La mayoría de los tiros de esquina de esos dos partidos fueron lanzados directamente al área.

Hubo más variación en este partido. Sólo dos de los 10 tiros de esquina (cinco para cada equipo) fueron centros altos al área. El Milan había marcado dos veces desde esquemas cortos en su destrucción por 5-0 del Real Madrid en el partido de vuelta de su semifinal y otra vez los entregó corto en la final. El Steaua intentó una interesante rutina en la cual una entrega baja desde la derecha fue dejada algo fuera del camino ideal del tirador final.

Muchos regates

Al igual que en las dos finales anteriores que hemos cubierto, el número de regates en este partido fue enorme para los estándares modernos. Hubo una ligera reducción entre 1960 y 1972, y había otra vez más en esta ocasión, a 46 intentos y 29 completados, pero sigue estando muy por encima de la media contemporánea.

Partidos Clásicos: Athletic Club-Barcelona, Final de Copa 1984

En un universo alternativo, Mediocristán quizás, el pasado 18 de abril la mitad de los vascos presentes en Sevilla hubieran celebrado el primer título de Copa en más de 30 años mientras que la otra mitad hubieran tenido un viaje de vuelta para olvidar.

La imagen ha sido cedida por Beñat Zarrabeitia de la biblioteca personal de Roberto Zarrabeitia.

Sin embargo, esa final no se ha podido disputar aún y tanto la afición txuriurdin como la zurigorri tendrán que esperar para vivir un día que recordarán por razones opuestas durante décadas.

Ayer se cumplieron exactamente 36 años de la conquista de la vigesimotercera Copa del rey por parte del conjunto bilbaíno ante el FC Barcelona en el Santiago Bernabéu. Aprovechando dicho aniversario y siguiendo con el repaso de partidos históricos basado en datos que estamos llevando a cabo desde StatsBomb (la serie se puede leer aquí) , me he propuesto realizar un pequeño análisis de uno de los partidos más recordados por diversas razones en los últimos 40 años.

Para el conjunto catalán fue una temporada complicada, las lesiones de sus estrellas Diego Armando Maradona y Bernd Schuster lastraron al equipo en liga y sucumbieron ante el Athletic en la final de copa. Al final de esta temporada tanto el entrenador César Menotti como Maradona abandonarían el conjunto culé.

Por su parte, el equipo vasco llegaba al Bernabéu en un momento paradójico: en medio de tiempos convulsos en lo socioeconómico pero exultante en lo deportivo tras conseguir el segundo título de liga consecutivo y tras haber eliminado al Real Madrid en penaltis en las semifinales. La final llegaba con los ánimos caldeados tras los partidos previos y las declaraciones de ambos entrenadores.

  Como sorpresa en las alineaciones, en punta del Athletic jugó un joven Endika Guarrotxena, que sería decisivo con el único gol al cuarto de hora del partido.

El partido no tuvo excesivo brillo más allá del gol y un par de ocasiones al final del encuentro por parte del conjunto blaugrana. 

Mirando a las ocasiones, el gráfico de Goles Esperados confirma que ninguno de los dos equipos generó en exceso, más allá del efecto que tiene un gol tempranero en una final y que pone la carga de la iniciativa en el equipo que va por detrás del marcador. 

El Athletic Club sumó 8 remates, por 14 del Barcelona. Pese a que el conjunto vasco apenas remató dos veces tras el descanso, una de ellas de falta, el Barcelona no fue capaz de superar ni en volumen ni en calidad las ocasiones del Athletic hasta los minutos finales del encuentro. 

De hecho, el mapa de tiros catalán nos muestra apenas tres remates dentro del área, dos de ellos de cabeza no más cerca del punto de penalti. Por tanto, no se puede decir que dominaran en este sentido incluso con los efectos de resultado a su favor.

Diferencias en el estilo de juego

Sin embargo, este partido fue paradigmático de dos maneras diferentes de entender el fútbol...

En los indicadores básicos se puede comprobar que el Barcelona dominó de manera holgada la posesión 66% por 34% del Athletic.  El enfoque del Barcelona en un juego basado la posesión fue evidente durante todo el partido, completaron 360 de 437 pases que intentaron. Completaron 100 pases más de los que el Athletic intentó durante todo el partido (134 de 223).

Efectos de resultado aparte, es evidente que los estilos de juego de ambos equipos eran diametralmente opuestos.

En el gráfico superior podemos comparar los pases de ambos equipos en el tercio defensivo. Esto da una muestra de cómo ambos equipos entendían la salida de balón: Mientras que en el equipo vasco predominó el juego en largo y sólo alrededor del 30% de los pases en salida de balón fueron rasos. La mayoría de ellos fueron largos, ejemplos claros de un juego directo y vertical, sin elaboración cerca del área propia.

Consecuencia de ello, el bajo porcentaje de acierto en los pases, menos de 6 de cada 10 pases fueron completados. Aunque es cierto que muchas veces el equipo ganaba la segunda jugada, normalmente esto era sucedido de nuevo por un envío en largo buscando el área rival.

El conjunto catalán por su parte apenas erró 4 pases en salida desde atrás, todos ellos además saliendo del primer tercio, y fueron capaces de completar más de 100 pases en esa zona. Especialmente reseñable el papel de, paradójicamente, dos vascos, Urruti y Alexanko con más de 25 pases cada uno en salida de balón y ni uno solo fallado.

Progresión a zonas de peligro

El juego combinativo del FC Barcelona funcionó y les permitió controlar de manera holgada la posesión y progresar en campo contrario regularmente. El conjunto culé consiguió 57 entradas al tercio ofensivo (57/82) y como se puede ver en el gráfico inferior, casi todas ellas fueran desde campo contrario y ni una sola de ellas desde el primer tercio.  El contraste con el mismo gráfico del Athletic Club es de nuevo evidente. 

Los jugadores más destacados del conjunto catalán en estas situaciones fueron, como no podía ser de otro modo, Bernd Schuster con 14 pases completados, 2 conducciones y 4 pases recibidos y Diego Armando Maradona recibiendo 12 pases. El rendimiento de Lobo Carrasco también merece ser notado con 8 pases, 4 conducciones, 4 pases recibidos y 1 regate.

Pese a todo, los jugadores blaugranas no consiguieron traducir en ocasiones el dominio de la posesión a lo largo del partido. Parte de la explicación se puede encontrar en el sistema defensivo del Athletic, generalmente defendiendo en campo propio, con marcajes agresivos y muchas ayudas defensivas que dificultaron al Barcelona crear ocasiones e incluso permitieron a los vascos recuperar y disponer de varios contraataques peligrosos.

Sin olvidar la actuación de Andoni Zubizarreta en momentos clave del partido.

Por parte del conjunto zurigorri, al margen del mencionado Endika, que al final del encuentro demostraba comprender la idea de los Goles Esperados, los dos jugadores más destacados en ataque fueron Dani y Argote. Junto con Endika, fueron los jugadores con más toques en ataque, siendo los responsables de la mayoría de ocasiones del Athletic.

El último partido de Maradona en el Barcelona

Durante el partido, si bien fue uno de los jugadores más destacados en ataque, sus acciones estuvieron muy condicionadas por el agresivo marcaje que sufrió durante todo el partido, especialmente por parte de Iñigo Liceranzu, y por el sistema defensivo del Athletic. Así, Diego se vio obligado a ir a recibir en muchas ocasiones al propio campo siendo el encargado de construir el juego.

Sin embargo, el que sería el último partido oficial de Diego Armando Maradona con la camiseta del Barcelona antes de irse a Napoli no terminó de la mejor de las maneras. Tras el pitido final el jugador argentino agredía a Miguel Sola, desatando una batalla campal que se recuerda hoy en día estrechamente ligada a la propia final.

Nada de esto cambiaría el resultado y con el gol decisivo de Endika en la primera parte el conjunto dirigido por Javier Clemente completaría un doblete histórico de Liga y Copa. Al día siguiente, la Gabarra surcó la ría por última vez hasta hoy, aunque quizás sólo hasta que la final aplazada se pueda jugar.

La historia de la Copa de Europa a través de los datos: 1972, Ajax 2-0 Inter de Milán

Seguimos con nuestra serie sobre la historia de la Copa de Europa con la final de 1972 entre el Ajax y el Inter de Milán. En el primer capítulo, analizamos la victoria del Real Madrid sobre el Eintracht Frankfurt en 1960. Más de una década después, mucho ha cambiado.

El Ajax es el vigente campeón tras su triunfo sobre el Panathinaikos en Wembley en 1971, mientras que el Inter, dos veces ganador de la competición a mediados de los años sesenta, vuelve al torneo por primera vez desde su derrota ante el Celtic en la final de 1967. La victoria por 2-0 del Ajax en este partido sería seguido por un tercer triunfo consecutivo ante el Juventus en 1973.

La revolución del Ajax

Inmediatamente, nos damos cuenta del mayor parecido de este partido al juego moderno que a la final de 1960. Las formaciones son familiares: un 4-3-3 para el Ajax y un 4-4-1-1/4-2-3-1 para el Inter. El Ajax está utilizando números fijos para sus jugadores, incluyendo el icónico 14 de Johan Cruyff. En acierto en el pase ha aumentado, hay menos balones largos, períodos más largos de posesión y más intentos de juego colectivo.

Los pases de los dos porteros se parecen mucho más a los de sus equivalentes contemporáneos:

Este Ajax fue el primer prototipo para el fútbol de presión y posesión de hoy. Regularmente disputaba la posesión en territorio contrario, y cuando ganaba el balón, avanzaba rápidamente a posiciones de remate. El ritmo de su juego y su flexibilidad posicional no se parecen a nada de lo que se había visto hasta entonces, aunque cabe mencionar que Carlos Peucelle argumentaría más tarde que La Máquina, el mítico River Plate de los años cuarenta, fue el primer modelo de este estilo de juego. Existe evidencia de que Rinus Michels, el padre del Fútbol Total del Ajax, se inspiró al ver un Millonarios que incluía a Adolfo Pedernera, el líder de ese gran River. Sin embargo, sería justo decir que el Ajax fue su primero proponente en una era ampliamente televisada.

La presión alta del Ajax en este partido no es tan agresiva y caótica como la de Holanda en la Copa Mundial de 1974, pero aún así presiona de manera intensa, y también se adelanta rápidamente para dejar a sus oponentes en posiciones de fuera de juego. Cuando pierde el balón, no suele tardar mucho en recuperarlo. En este partido, estableció un claro dominio territorial, particularmente durante un primer tiempo en el que el Inter estaba encerrado en su propio campo. La diferencia en los lugares en los que los dos equipos recuperaron la posesión es llamativa:

Al igual que los mapas de calor de sus respectivas acciones de presión:

El Ajax dominó en términos de territorio, posesión, tiros y Goles Esperados (xG). Dos goles de Cruyff, el segundo con un cabezazo desde un tiro de esquina, lo llevó a la victoria.

Este Ajax es considerado en gran medida como un equipo de ataque, pero su planteamiento era a menudo igual, si no más eficaz en limitar a los ataques rivales. No recibió ni un gol a través de los tres finales consecutivos que ganó durante esta época. En este partido en concreto, el Inter apenas fue capaz de avanzar el balón hacia adelante. Cuando lo hizo, normalmente fue gracias a los movimientos astutos de Roberto Boninsegna.

Sin embargo, Boninsegna, el máximo goleador del Inter durante siete temporadas consecutivas entre 1969 y 1976, apenas veía la portería del Ajax. Él y sus compañeros sólo sumaron 0.42 xG de sus 10 tiros. Sandro Mazzola realizó un par de buenos pases en fases de transición pero fue incapaz de influir más en el partido, en parte debido a la atención constante de Johan Neeskens.

Mazzola y los otros remanentes del Grande Inter de los años sesenta no eran todavía tan viejos en el momento de este partido. Gianfranco Bedin tenía 26 años; Mazzola y Giacinto Facchetti, 29; y Jair da Costa, 31. Sólo Tarcisio Burgnich, a los 33 años, ya había pasado su mejor momento. No obstante, aunque sus jugadores no eran viejos, su estilo de juego parecía así ante un Ajax pionero.

Tiros de larga distancia y muchos centros

Donde el estilo de juego del Ajax se desvió del juego moderno fue en lo que sucedió una vez que llegaron al último tercio. Dos de las principales conclusiones iniciales del análisis estadístico del fútbol fueron que los tiros centrales y más cercanos a la portería son mucho más valiosos que los tiros de otros ángulos y de larga distancia, y que los centros son un medio bastante ineficiente para crear buenas ocasiones.

Claramente, ninguno de los dos equipos recibió la circular sobre los tiros:

Una política de disparar sin previo aviso prevaleció entre los mediocampistas del Ajax:

A pesar de su dominio territorial, el Ajax tenía problemas en crear ocasiones de buena calidad. Aparte del primer gol de Cruyff, ninguno de sus otros 16 disparos en juego abierto fueron oportunidades históricamente marcadas al menos una de cada diez veces. Incluso, hubo un par de tiros de uno en 100. De hecho, ese gol de Cruyff, un remate fácil a puerta vacía después de que el portero y un defensor chocaron desde un centro bastante inofensivo, representó un 58% del xG que el Ajax generó en juego abierto.

Ese fue también el único tiro que se originó directamente de uno de los 29 centros que el Ajax lanzó al área del Inter. Por comparar, la media por partido más alta de un equipo en la Liga de Campeones de la temporada pasada fue 14 centros; la media de la competición, 7.84. Más de la mitad de sus intentos de incursionar en el área del Inter fueron centros, frente a una media de competición de 28% en 2018-19. Sólo dos de los 15 envíos desde la derecha de Sjaak Swart y el siempre avanzado lateral Wim Suurbier encontraron sus blancos.

Este gráfico de las entradas al área del Ajax muestra la infrecuencia con la que movió el balón hacia al área desde zonas centrales. Hubo un lindo pase de Arie Haan en los minutos tempranos del partido y un par de otras incursiones, pero no mucho dado el tiempo que pasaba en campo contrario. Ni el Ajax ni el Inter completaron un pase en profundidad.

Johan Cruyff

Cruyff marcó los dos goles del Ajax en este partido, pero no es buen ejemplo de la idea que tenemos de Cruyff como orquestador de juego. Aunque a veces retrasaba para recibir en zonas de mediocampo, intentó más acciones individuales que colectivas, y completó sólo un 53% de sus pases. Sólo dos jugadores, ambos del Inter, completaron menos. Lo que realmente sobresalió fueron su aceleración y sus ágiles cambios de dirección.

Entre todos eso tiros del Ajax, Cruyff sólo asistió dos que valen un escaso 0.05 xG. Tres compañeros avanzaron al balón al área más a menudo que él. Donde él sí lideró el equipo fue en los toques dentro del área. De hecho, a partir de esta muestra súper pequeña de un solo partido de una carrera de 20 años, se perfila más como un delantero centro móvil que como un creador de juego disfrazado de delantero.

Más números y observaciones

- Los jugadores que participaron en este partido fueron más ambidiestros que la mayoría. Había siete dentro un rango del 15% de una división de pases exactamente igual entre ambos pies. Boninsegna del Inter tenía una división perfecta de 50-50; Cruyff estaba a sólo tres puntos porcentuales de igualarlo. Por comparar, sólo había dos jugadores dentro de ese rango del 15% en la final de 1960 y sólo uno en la final de 2019.

- El número de regates fue ligeramente inferior al de la final de 1960, pero las cifras de 47 intentos y 30 regates completados eran aún muy por encima de las que se suelen ver en el juego moderno.

- Este partido incluyó algo que vemos muy raramente en estos días: un tiro libre indirecto por obstrucción dentro del área.