Un resumen analítico de la transformación del Leeds de la mano de Marcelo Bielsa

La contratación de Marcelo Bielsa por parte del Leeds sorprendió el mundo de fútbol. En junio de 2018, el renombrado entrenador argentino se hizo cargo de un equipo atrapado en la Championship, la segunda división del fútbol inglés. Lo que Bielsa ha logrado desde entonces ha sido muy notable.

Desde su descenso a la Championship en 2004, el Leeds ha sufrido mucha inestabilidad, pero ha estado yendo en la dirección correcta desde el primer partido de Bielsa. Un equipo de media tabla en la Championship se ha transformado en un club de la Premier League.

StatsBomb se enorgullece de haber prestado sus servicios al club durante la temporada 2019-20 y seguirá haciéndolo en su vuelta a la máxima categoría. Vamos a echar un ojo a algunos de los aspectos analíticos que han llevado al Leeds de vuelta a la Premier League después de 16 años de frustración.

Un impacto rápido con una plantilla consistente

En la temporada anterior a la llegada de Bielsa, la 2017-18, el Leeds terminó 13º en la Championship. Fue la sexta vez en ocho temporadas que había terminado la campaña en la mitad de la tabla. El núcleo de la plantilla heredada por Bielsa ha estado en el club durante mucho tiempo.

De hecho, nueve jugadores que tuvieron un papel importante en el ascenso estaban en el club y jugaron con regularidad durante la 2017-18. Bielsa no hizo grandes cambios a la plantilla y utilizó en gran medida lo que ya tenía. En su debut contra el Stoke ya había nombres como Luke Ayling, Liam Cooper, Ezdzhan Alioski, Pablo Hernández, Kalvin Phillips, Stuart Dallas, Mateusz Klich y Jack Harrison.

Durante la 2019-20, cada uno de esos jugadores disputó más de 2000 minutos. Gaetano Berardi, Barry Douglas y Adam Forshaw también jugaron ese día y siguen formando parte de la plantilla casi dos años después. El estilo de juego del Leeds rápidamente se hizo distintiva, como muestra esta red de pases del primer partido con Bielsa al mando:

El resto de la plantilla ha sido construido de manera relativamente barata, especialmente si se tiene en cuenta las cantidades que suelen gastar los aspirantes al ascenso. El Leeds fichó a Patrick Bamford y Barry Douglas en el verano de 2018, pero sus otros refuerzos llegaron cedidos. Fue una tendencia que continuó en la 2019-20 con las llegadas como cedidos de Ben White y Hélder Costa, este último en un acuerdo de préstamo que incluyó la obligación de compra.

Mejores números subyacentes

Bielsa convirtió un equipo de media tabla, con una diferencia negativa de Goles Esperados (xG), en uno con los mejores números subyacentes de la división. Asimismo, lo hizo muy rápidamente. En sus primeros diez partidos el equipo estaba consiguiendo cerca de 0.7 xG más que sus oponentes por partido. Es decir, su producción subyacente estuvo cerca de siete goles mejor que la de sus oponentes a través de estos diez partidos.

A partir de ese momento, a lo largo de dos temporadas, sus números subyacentes sólo empeoró una vez, entre enero y febrero de 2020, e incluso entonces, todavía creó tres goles esperados más que sus oponentes en su peor tramo de diez partidos. En los tramos mejores, frecuentemente creó 11 o 12 goles esperados más que sus oponentes. Los números subyacentes del equipo han sido muy buenos a lo largo de dos temporadas:

Sin embargo, los números subyacentes no representan la realidad y los inevitables vaivenes de la varianza han producido dos tramos en los que los resultados variaban mucho respecto a los goles esperados.

Primero, el Leeds perdió su puesto de ascenso directo en el tramo final de la 2018-19, en parte porque en sus ocho partidos finales rindió diez goles por debajo de lo esperado. Luego, un giro positivo de dimensiones similares, en gran parte en ataque, selló su ascenso a la Premier League tras el regreso del parón de 2019-20:

La salida de los puestos de ascenso directo en la 2018-19 provocó la aparición de una narrativa común sobre los equipos de Bielsa, en concreto que se cansan en el tramo final de la temporada. Es cierto que el estilo de juego del Leeds requiere un alto nivel de aptitud física, pero en este caso no existe evidencia concreta de un bajón global.

En los resultados, sí, pero no en cuanto al nivel de las actuaciones. En términos de xG (sin contar penaltis) el Leeds tuvo el mejor ataque de la división en la 2018-19, con casi 71 goles, pero el mismo total de goles reales fue sólo el quinto mejor registro de la liga. No hay nada intrínsecamente malo en igualar los números esperados, pero los equipos que ganan títulos suelen superarlos.

Ese tipo de impulso a corto plazo puede hacer una gran diferencia y en este caso, cada uno de los equipos que logró el ascenso superó sus números esperados. Sin embargo, fue el otro extremo del campo el que resultó más costoso para el Leeds en la 2018-19. Al recibir 50 goles, encajó alrededor de 13 goles más de lo esperado. Podemos ver de dónde vino la mayoría de la diferencia si miramos los tiros a puerta de larga distancia:

En la 2018-19, tanto Peacock-Farrell como Casilla tuvieron problemas en parar los tiros de larga distancia.

En líneas generales, tiros a puerta desde cualquier posición aproximadamente terminan en gol un 30% de las veces. En la 2018-19, los porteros del Leeds encajaron goles a este ritmo sólo desde tiros de larga distancia. Desde los tiros dentro del área, el Leeds encajó goles a un ritmo cercano al esperado. Asimismo, vale la pena echar un ojo a los goles marcados y recibidos por el Leeds con el marcador igualado.

En esa situación, realizaron casi 150 tiros más que sus oponentes pero marcaron sólo un gol más. La diferencia ocurrió en ambos extremos del campo. El ataque marcó cerca de cinco goles menos de lo esperado mientras que la defensa encajó casi 11 más. Este es un clásico ejemplo de como desde una perspectiva analítica, podemos observar que el proceso es bueno mientras que los resultados son más variables. Teniendo en cuenta los números subyacentes del Leeds en la 2018-19, no había razón de dudar en la capacidad del equipo de Bielsa para luchar otra vez para el ascenso directo en la 2019-20.

Un estilo único

El estilo de juego del Leeds ha generado mucho interés, incluso hasta el punto que el Huddersfield Town ha contratado a uno de sus asistentes, Carlos Corberán, como entrenador principal. Vale la pena preguntarse si un equipo es capaz de presionar con el vigor con el que presiona el Leeds, y con ese estilo lograr éxito, ¿es algo que otros equipos podrían replicar? Esta visualización muestra cómo la proporción de acciones defensivas, incluyendo nuestros exclusivos datos de presión, de cada equipo a los pases de sus rivales compara con la media de la Championship en cada una de seis zonas verticales.

Los tonos rojos indican que el equipo en cuestión hizo una proporción superior a la media de acciones defensivas en esa zona. Podemos ver que el estilo del Leeds fue como el de ningún otro equipo de la Championship en la 2018-19. De hecho, como pocos del mundo:

El Leeds estuvo enormemente activo en todas las zonas del campo, excepto cerca de su propia portería. Este perfil es inusual. Los equipos buenos que hace presión alta (Liverpool, Manchester City) normalmente son muy activos en campo contrario y no tanto en otras zonas. El Leeds cubre casi todo el campo. Podemos ver cómo este estilo ha persistido cuando vemos el mismo gráfico para la 2019-20:

Entre los 92 (91 en la 2019-20) clubes de las primeras cuatro divisiones del fútbol inglés, el Leeds ocupó el segundo puesto en cuanto a su agresión (definida como el porcentaje de las acciones defensivas del equipo registradas a dos segundos de que un oponente reciba el balón) en ambas temporadas, marginalmente detrás del Manchester City en la 2018-19 y del Barnsley en la 2019-20. De hecho, ligeramente aumentó su cifra en la 2019-20, de un 29% a un 30%.

Seguridad defensiva

En la temporada 2019-20, el Leeds nunca bajó del quinto lugar en la clasificación y después de una victoria contra el Luton el 19 de noviembre, nunca terminó una jornada de partidos fuera de los dos primeros puestos. Su ataque no superó de nuevo su xG, pero un enorme siete autogoles por parte de sus oponentes ayudó a acortar la brecha. Fue en defensa donde se vio el verdadero cambio, con un total de 35 goles recibidos que fue mucho más cerca de la cifra esperada que el de la 2018-19.

Al ganar cinco partidos antes del parón y siete de nuevo al regresar, el Leeds encajó sólo cinco goles y un promedio de poco más de medio gol de xG por partido. Sus oponentes promediaron menos de ocho tiros por partido y los que realizaron fueron de una calidad media realmente miserable. La debilidad de los equipos que hace presión alta suelen estar en la calidad de las ocasiones que conceden cuando el oponente es capaz de eludir su presión.

Sin embargo, el Leeds de Bielsa ha recibido una baja volumen de tiros sin sacrificar su habilidad de evitar tiros de buena calidad. Este aspecto será difícil de replicar en una liga superior, pero sus números defensivos durante el tramo final de la temporada fueron casi perfectos:

¿Algo de suerte en la finalización de sus oponentes? Sí, pero podemos ver la falta de ocasiones de buena calidad (¡dónde está la roja!), la escasez de tiros de pie desde zonas centrales (¡pocos hexágonos!) y casi nada en el área pequeña. Irónicamente, los únicos dos goles que el Leeds recibió desde fuera del área esta temporada llegó en este tramo de partidos.

Como era entonces, es ahora

Como señalamos antes, el primer partido de Bielsa fue en casa contra el Stoke. Ochenta y siete partidos y 704 días más tarde, el mismo encuentro se repitió. Una vez más el Leeds dominó el marcador, esta vez con una victoria por 5-0. Si comparamos las redes de pases de estos dos partidos, podemos ver que a pesar de que habían pasado casi dos años, la manera en que jugaba el Leeds, las posiciones que ocupaban sus jugadores y la estructura general del equipo habían variado muy poco:

Fuera de los dos primeros, pocos equipos de la Premier League son capaces de jugar con un estilo cercano al que Bielsa exige a su equipo. Los otros equipos tendrán que prepararse para un duro encuentro. Como único punto de referencia, la única vez que este Leeds se ha enfrentado a un rival de la Premier League fue en un entretenido partido de la FA Cup contra el Arsenal.

En el segundo tiempo, el Arsenal fue mejor y el Leeds perdió 1-0, pero los que vieron el partido recordarán un primer tiempo en que el Leeds abrumó a los Gunners por su energía y viveza. Realizó 15 tiros a los tres de su rival sin lograr abrir el marcador. Contra los equipos más débiles de la Premier League, ese tipo de juego dará dividendos, y el Leeds debería ser capaz de ganar varios partidos de esta manera.

Asimismo, una buena defensa en una temporada de ascenso suele ser un pronosticador de una defensa aceptable en la Premier League. Pocos equipos estarán mejor preparados tanto físicamente como tácticamente. La Premier League será mejor por la presencia del fútbol de Bielsa, y los partidos contra el Manchester City de Pep Guardiola y el Liverpool de Jürgen Klopp deberían ser particularmente entretenidos. El Leeds ha vuelto a la máxima categoría, y se lo merece.

La historia de la Copa de Europa a través de los datos: 2013, Bayern Munich 2-1 Borussia Dortmund

Hemos llegado al último capítulo de nuestra historia de la Copa Europa a través de los datos. Esta vez nos toca la final de 2013 entre dos equipos de la Bundesliga. Después de derrotar al Barcelona y al Real Madrid en sus respectivas semifinales, el Bayern de Múnich y el Borussia Dortmund se enfrentaron en Wembley, cada uno con la esperanza de convertirse en el primer ganador alemán en más de una década.

Esta es la sexta y última parte de la serie. Ya hemos cubierto:

- 1960: Real Madrid 7 - 3 Eintracht Frankfurt

- 1972: Ajax 2 - 0 Inter de Milán

- 1989: AC Milan 4 - 0 Steaua de Bucarest

- 1995: Ajax 1 - 0 AC Milan

- 2009: Barcelona 2 - 0 Manchester United

El Bayern era el favorito tras dominar la Bundesliga y atravesar un camino difícil al final que incluía una histórica paliza global de 7-0 sobre el Barcelona en las semifinales. El Dortmund había estado muy cerca de la eliminación contra el Málaga en los cuartos de final pero sobrevivió este encuentro antes de sorprender al Real Madrid para llegar a la final.

Sólo un puñado de mala suerte impidió que el Bayern derrotara al Chelsea en la final de 2012, y buscaba enmendar la situación y dar un regalo de despedida a su entrenador Jupp Heynckes antes de su retiro.

Un nuevo estilo con resultados antiguos

Justo cuando parecía que la lucha estilística entre la posesión paciente y la defensa en bloque bajo se había establecido, llegaron los alemanes para cambiar el panorama. De repente, la atención del mundo del fútbol se centró en la Bundesliga. El gegenpressing entró firmemente en el lexicón de nuestro deporte y se habló mucho de la importancia de las fases de transición.

El enfrentamiento de dos equipos alemanes produjo un encuentro de alto ritmo que en cuanto a estilo y producción estaba mucho más cerca de la final de 1960 que cualquiera de los otras finales que hemos cubierto en esta serie. Hubo muchos menos tiros, pero sólo esa final de 1960 tuvo una suma de Goles Esperados (xG) más alta que la de 2013.

Asimismo, el ritmo del partido tenía mucho en común con el frenético juego de ida y vuelta que vimos en esa final de 1960. La velocidad media de los ataques fue la más rápida de todas las finales que hemos cubierto, más rápida aún que la de 1960. El Dortmund fue especialmente veloz de avanzar tras ganar la posesión. La velocidad media de los ataques de los equipos de la Champions League de 2018-19 fue de 2.53 metros por segundo; en este partido, el Dortmund atacó a un ritmo de 4.61 metros por segundo.

Sin embargo, esto no produjo una serie de tiros particularmente peligrosos. El equipo de Jurgen Klopp empezó con buen pie, realizando seis tiros antes de que el Bayern hubiera hecho uno, y acumuló un total de 12 durante el transcurso de los 90 minutos. No obstante, incluso con Robert Lewandowski, autor de los cuatro goles de la paliza que el Dortmund propinó al Real Madrid en la ida de su semifinal y con su habitual uso impecable de su cuerpo para proteger el balón y avanzar, y un efervescente Marco Reus entre sus titulares, no sólo hacen cinco tiros menos que el Bayern, sino que la calidad media de los mismos fue también muy inferior a la de sus oponentes.

Bayern usaba mucho más los centros como manera de entrar al área, pero había muy poca grasa para cortar en su mapa de tiros.

Quitar el penalti del Dortmund (convertido por İlkay Gündoğan) y el equipo de Klopp creó menos de un gol esperado. El Bayern tuvo que esperar hasta el minuto 89, cuando Arjen Robben se coló entre dos defensas y remató de forma impecable para disfrutar finalmente del éxito en una gran final continental tras dos intentos fallidos en la Champions con el Bayern y una derrota en la final de la Copa Mundial con Holanda, para marcar el gol de la victoria, pero fue claramente merecido. Robben y Thomas Müller habían participado en gran parte de su mejor juego.

El alto ritmo con el que los dos equipos atacaron les hizo regalar la posesión al otro con cierta frecuencia. Incluso las posesiones más pacientes del Bayern solían resultar en un balón largo de uno de sus centrales.

El porcentaje de acierto en el pase de un 71% fue el más bajo de todas las finales desde 1960, casi cuatro puntos porcentuales menos que el siguiente más bajo. El índice del 65% del Dortmund representó la primera vez desde 1960 que un equipo bajó del 70%.

No sólo se destacó en comparación con las otras finales de esta serie, sino también en el contexto de las finales contemporáneas. En acierto en el pase fue el más bajo de todas las finales disputadas en la década de 2010.

Allí esta la cosa. Este partido y planteamiento de los dos equipos no comenzó una revolución ni anunció una nueva era de dominio alemán. Su selección ganó el Mundial del año siguiente, pero lo hizo con un estilo de juego más dependiente de la posesión. En el ámbito de los clubes, España volvió con fuerza. El Barcelona y el Real Madrid levantaron el trofeo en cada una de las cinco temporadas siguientes, cuatro veces en el caso del Madrid. Alemania todavía no ha proporcionado otro finalista.

Tal es la amplia disponibilidad de video en la era moderna que incluso antes de que el Bayern y el Dortmund saltaran al campo en Wembley, sus ideas ya habían sido analizadas e incorporadas. No disfrutaban de mismo tipo de ventaja extendida que un estilo de juego novedoso proporcionaba al Inter de Milán en los años sesenta o al Ajax en los setenta por ejemplo.

Los totales de las contrapresiones y las contrapresiones en los respectivos últimos tercios en este partido se situaron en o por debajo de la media de esas métricas durante la Champions de la temporada pasada. Lo que una vez fue único se convirtió rápidamente en algo común.

La llegada de Pep Guardiola al Bayern en el verano de 2013 y algunas de sus innovaciones, incluyendo el uso de los laterales en posiciones interiores, también dieron ejemplos de cómo los equipos que utilizaba mucho la posesión podían intentar protegerse mejor contra las transiciones rápidas. Sume todo eso y este final casi se siente como un fallo del sistema que fue rápidamente resuelto.

Los saques de esquina del Bayern

Este Bayern fue una verdadera fuerza en las acciones a balón parado. Dos de los goles en su victoria sobre el Barcelona en semifinales habían llegado de esas situaciones, y en la final generaron numerosas ocasiones a través de los saques de esquina. Siete tiros desde ocho saques de esquina... casi un gol esperado.

Había un par de movimientos interesantes pero poco como las rutinas más avanzadas que vemos hoy en día. Sin embargo, en Müller, Mario Mandzukic y Javi Martínez, el Bayern tenía tres jugadores muy capaces de ganar los duelos individuales dentro del área.

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Esperamos que hayáis disfrutado de esta serie. Además de la publicación a principios de esta semana de los datos de los ‘Invincibles’, el mítico Arsenal de 2003-04, también hemos puesto a disposición del público los datos de las últimas 20 finales de la Champions.

Aquí está una introducción al uso de StatsBomb Data con R: https://statsbomb.com/es/2020/03/introduccion-al-uso-de-statsbomb-data-con-r/

Y algunos más ejemplos de uso: https://statsbomb.com/es/2020/04/ejemplos-de-uso-de-statsbomb-data-con-r/

El segundo Real Madrid de Zinedine Zidane

Nadie sabía qué esperar cuando Zinedine Zidane volvió al Real Madrid en marzo del año pasado. Su primera etapa había sido una paradoja... una mezcla de logros históricos y una extraña inconsistencia. Esta vez, sin Cristiano Ronaldo y en general con menos talento a su disposición, la impresión fue que tendría que evolucionar.

La organización colectiva del Madrid declinó durante el transcurso del mandato original de Zidane. Su primera temporada se caracterizó por su habilidad de convencer a las estrellas para que defiendan y acepten la rotación, y por su decisión de dar la titularidad a Casemiro a pesar de la presión de Florentino Pérez para que eligiese nombres más glamorosos. Su última temporada fue un desastre táctico con una cantidad excesiva de centros, Casemiro llegando al ataque, y Luka Modric defendiendo en la zona del lateral derecho.

Sin embargo, una cosa estaba muy clara entonces y sigue estando así hoy en día: El ego de Zidane no distorsiona sus evaluaciones, ya sea de los jugadores, los entrenadores, o incluso de sí mismo. Es consciente de sus limitaciones. Este es un tipo que renunció después de conquistar tres Ligas de Campeones sucesivas porque vio que su plantilla estaba fundida. No trató de desafiarlo.

Cuando regresó estaba poniendo en riesgo su legado, pero parecía convencido de que podría volver a lograr éxitos.

Un comienzo difícil de la temporada

Si Zidane había evolucionando, no era evidente durante una pretemporada confusa ni en las primeras jornadas de La Liga. Con Ronaldo muy lejos en el retrovisor y el equipo necesitando goles de sus mediocampistas para compensar la ausencia de un goleador tan productivo, la plantilla parecía estar compatible con un 4-2-3-1.

Sin embargo, cada vez que Zidane utilizaba esta forma, Madrid tenía problemas en la salida. Sin Modric a su lado, Casemiro se arriesgó demasiado cerca de su propia portería. La defensa tampoco funcionaba, y al igual que en la primera etapa de Zidane, Sergio Ramos y Raphael Varane tuvieron que defender hectáreas de espacio cada vez que los rivales contraatacaban.

Todo esto culminó en la pérdida ante el París Saint-Germain. Con Casemiro jugando en el doble pivote contra el equipo de alta presión de Thomas Tuchel, el Madrid colapsó. Lo que sobresale es la falta de conectividad total.

A diferencia del Madrid, el PSG logró mantener una forma simétrica y productiva. Incluso sin Neymar y Kylian Mbappe, creó abundantes problemas para la defensa madrileña.

Tras ese partido, había rumores que Zidane estaba en la cuerda floja. Con seis semanas de la temporada jugadas y después de la gran inversión del verano, el equipo estaba rindiendo muy por debajo de su potencial.

Arreglando la defensa

El experimento del 4-2-3-1 no estaba funcionando, así que Zidane volvió a un mediocampo de tres hombres. Más importante aún, organizó una defensa asfixiante basada en una presión más alta y constante. Clave en este cambio fue la introducción de Federico Valverde como mediocampista box-to-box. Su intensidad defensiva se contagió a sus compañeros.

La velocidad y fortaleza física de Valverde ayudaron a crear un Real Madrid mucho más agresivo. Intentaba romper las cadenas de pases de sus rivales con más frecuencia, y el acierto en los pases de sus rivales bajó. Había un cambio bastante grande en la porcentaje de sus acciones defensivas que calificamos como agresivas: acciones registradas a dos segundos de que el oponente reciba el balón. En los seis partidos antes de la introducción de Valverde, Madrid estaba en el segundo percentil de esta métrica. Desde entonces, ha estado cómodamente por encima de la media.

Los rivales tenían problemas en crear oportunidades de alta calidad. Esta defensa reorganizada del Madrid fue una de las mejores de Europa, y la mejor del club en años. Su mejora es claramente visible en su trendline de Goles Esperados (xG).

Asimismo mejoró su juego. Con Valverde a su lado, Casemiro comenzó a tomar un papel más pasivo en la salida. El equipo llegó con más facilidad al último tercio, y durante un breve período en el que tanto Eden Hazard como Marcelo estaban disponibles, creaban ocasiones a voluntad.

Esto está bien ilustrado por el segundo partido contra el PSG. El Madrid dictó los términos del encuentro con su presión alta. Esta vez fue el equipo de Tuchel que tuvo una red de pases desaliñada.

Zidane optó jugar con Isco como media punta en un mediocampo en forma de rombo, la formación que ganó el club sus tres Ligas de Campeones consecutivas pero con Hazard y Valverde en los puestos de Ronaldo y Modric. Durante la primera hora, fue una de las actuaciones más dominantes del Madrid en las últimas temporadas.

Casemiro jugó casi el mismo número de pases en ambos partidos aunque el Madrid tuvo mucho más del balón en su derrota en el Bernabéu. Cuando el equipo estaba funcionando bien, él hizo menos pases relativo al total.

Asuntos pendientes

Después de concluir bien el año de 2019, el trendline de xG refleja que, por muchas razones, el Madrid ha sido relativamente inconsistente.

Ofensivamente, el equipo ha tenido mala suerte con las lesiones. Problemas físicas han hecho que Marcelo ya no está en su plenitud. Hoy en día, no intenta ni un regate por cada 90 minutos. Su reemplazo, Ferland Mendy, está completando 2.5 por 90, pero es más efectivo en espacio que contra una defensa en bloque bajo.

Eden Hazard se ha perdido la mayor parte de la temporada debido a una lesión. En su ausencia, Vinicius Júnior ha disputado muchos minutos, pero su juego de combinación y terminación de las jugadas dejan mucho que desear, aunque sus números de xG y xG asistidos son alentadores a largo plazo. Para alcanzar su techo ofensivo, el Madrid necesitaba a Hazard.

Parecía probable que Marco Asensio disfrutara de muchos minutos por la banda derecha esta temporada, pero se rompió el ligamento cruzado anterior en el verano. El efecto dominó jugó un papel importante en la permanencia en el club de James Rodríguez y Gareth Bale. Rodríguez ha tenido problemas de mantener su estado físico y apenas ha contribuido. La producción de Bale ha bajado a 0.43 xG y xG asistidos por 90, y ya no parece tener la capacidad de determinar el curso de los partidos con sus acciones individuales.

Se puede decir que más que cualquier otro entrenador, las rotaciones forman un parte clave de la filosofía de Zidane. Él es intransigente en este aspecto, y ha cosechado los frutos ganando la Liga de Campeones en cada temporada entera que ha completado como entrenador. Sin embargo, esta temporada, las rotaciones han perjudicado la cohesión del grupo.

Defensivamente, no existe un reemplazo natural para Casemiro. Se sentó en el banquillo cuando el Madrid recibió cuatro goles en su eliminación de la Copa del Rey contra la Real Sociedad. Es posiblemente el mejor destructor del juego en Europa. Entre los mediocampistas de las cinco grandes ligas europeas durante las últimas temporadas, se encuentra en el percentil 98 en cuanto a entradas ajustadas por posesión y en el percentil 99 en cuanto a recuperaciones del equipo tras sus acciones de presión.

Valverde es también difícil de reemplazar. Modric aportaba mucho defensivamente hace un par de temporadas, pero a los 34 años no puede igualar de forma constante la tenacidad de su compañero más joven. A partir de enero, Zidane empezó a rotarlos, uno por otro, con más frecuencia. Como resultado, la línea defensiva del Madrid se ha movido un poco más cerca a su propia portería.

Las rotaciones y un planteamiento un poco limitado en el último tercio han combinado para hacer difícil la tarea de integrar a Luka Jović. La idea había que el serbio podría ayudar a reemplazar algo de la producción de Ronaldo, pero sólo ha jugado el equivalente a cinco partidos completos de minutos en La Liga. Karim Benzema ha tenido que asumir de nuevo la carga del marcador, con otros contribuyendo de vez en cuando.

Jović está disparando mucho menos en el Real Madrid y a menudo parece desconectado del resto del equipo. En parte, esto se trata de un cambio de rol. En el Eintracht Frankfurt, Jović jugaba en un equipo mucho más directo, y tenía más espacio para trabajar. Recibía el balón en zonas centrales y combinaba con compañeros contra defensas menos compactas. Con más espacios podía tomar más riesgos. En el Madrid, el contexto es diferente. A menudo se enfrenta a defensas muy retrasadas, está aislado de sus compañeros y no combina bien a un ritmo más lento.

Benzema está entre los mejores delanteros de Europa en este papel. Jović estaba acostumbrado a jugar de una forma más rápida y vertical.

Zidane no es inocente aquí. Jović sólo ha sido titular en cuatro partidos de liga. Cuando empiece como suplente, a menudo entra a expensas de un mediocampista cuando Zidane cambia a un 4-4-2 en situaciones en que el equipo necesita un gol. Esto deja a Casemiro expuesto en un doble pivote, y en vez de aporta ocasiones de gol a Jović, el Madrid pierde control del balón.

A nivel de equipo, el Madrid intenta demasiados centros aéreos. Ese es un hábito que se queda de la primera etapa de Zidane cuando Ronaldo fue el blanco, pero es menos efectivo con Benzema como único delantero centro.

Completando el equipo

Para tener éxito con Zidane, el Madrid requerirá mejor talento ofensivo y una plantilla más completa. El ataque también necesita más simetría. La mayoría de los jugadores que tocan mucho el balón operan por la izquierda: Ramos, Toni Kroos, Isco, Hazard y Vinicius. La mayoría de los redes de pases del equipo se parecen a esto:

Dadas sus necesidades, los jugadores que pueden regresar al Madrid y los fichajes de que se hablan los medios encajan muy bien.

Martin Ødegaard, si su préstamo a la Real se corta, sería mejor que Isco. Isco en un imán para el balón. Sobresale en crear sobrecargas numéricas, en el regate, y en conseguir faltas en espacios reducidos, pero no en crear un volumen alto de ocasiones para su equipo. Por eso ha sido más efectivo en los grandes encuentros de la Liga de Campeones, ayudando al Madrid a controlar el balón y evadir la presión alta de equipos como el Liverpool, el Bayern Munich y otros, que en partidos ligueros, donde se le pide que rompa líneas contra defensas retrasadas. En contraste, Ødegaard es uno de los mejores en escanear su entorno y romper las líneas defensivas.

Los estilos de juego de sus respectivos equipos no deben ser descartados, pero esta temporada Ødegaard ha sido un jugador mucho más directo, buscando constantemente recibir entre líneas y moviendo el balón al último tercio más a menudo. Ødegaard dirige un 26% de sus pases hacía adelante al 15% de Isco, y sólo un 9% hacía atrás, al 14% de Isco. Completan una cantidad similar de regates, pero Ødegaard lanza el balón más rápido en vez de conseguir faltas.

Ødegaard es un pasador inteligente, y ayudaría a restaurar un punto de simetría operando a la derecha de la zona del mediocampo.

Achraf Hakimi volverá de su préstamo en el Borussia Dortmund y también encaja bien con lo que necesita al Madrid, en este caso un lateral derecho que puede aportar algo de lo que anteriormente aportaba Marcelo desde la izquierda. Dani Carvajal fue suficiente en el pasado, pero su sólida técnica en los centros aéreos es menos útil que antes. Hakimi no es de ninguna manera un defensor tan diligente como Carvajal, como podemos ver en los números, donde Carvajal gana una porcentaje más alta de sus duelos defensivos. Sin embargo, Hakimi es el mejor regateador y hace más conducciones de distancias más largas.

A los 21 años, Hakimi todavía tiene margen de mejora. Esta temporada, ha perdido el balón más a menudo que cualquier jugador del Real Madrid salvo Hazard. Puede ser que no reemplace a Carvajal inmediatamente, pero tiene las habilidades requeridas para mejorar la producción ofensiva del flanco derecho del Madrid. La vuelta de Asensio también ayudaría a fortalecer esta zona.

Otro nombre relacionado con el Madrid es Donny van de Beek. Tiene el perfil de una alternativa más ofensiva a Valverde. Hace muchas entradas y también sobresale en sus llegadas al área. Dispara y pisa área más a menudo que cualquier centrocampista del Madrid, contribuyendo un gol cada dos partidos, aunque en la Eredivisie.

El equipo también necesita un suplente para Casemiro. Eduardo Camavinga del Rennes pinta bien. Con sólo 17 años ha sido uno de los mejores centrocampistas defensivos de la Ligue 1 esta temporada.

Por ultimo, el Madrid ha cortejado públicamente a Kylian Mbappe. La superestrella francesa es ahora el goleador más devastador de las cinco grandes ligas europeas. Su producción es histórica.

Por sí solo, Mbappe podría devolver al ataque del Madrid al nivel de la era de Ronaldo. Ese es probablemente el juego final de Zidane.

La historia de la Copa de Europa a través de los datos: 1989, AC Milan 4-0 Steaua de Bucarest

La siguiente parada en nuestro viaje a través de la historia de la Copa de Europa es la final de 1989 entre el AC Milan y el Steaua de Bucarest. Ante un público partidario en el Camp Nou de Barcelona, el Milan de Arrigo Sacchi obtuvo el primero de sus dos títulos consecutivos.

En el primer capítulo de la serie, cubrimos el Real Madrid que dominó los primeros años de la competición en el contexto de su victoria sobre el Eintracht Frankfurt en 1960; la semana pasada, analizamos un choque de estilos en la final de 1972 entre el Ajax y el Inter de Milán.

Después de tres victorias consecutivas para ese Ajax y tres para el Bayern de Múnich, los equipos ingleses dominaron la Copa de Europa entre 1977 y 1984, ganándola siete veces en ocho años, incluyendo cuatro victorias para el Liverpool. Sin embargo, en los cinco años anteriores a la final de 1989, desde la última victoria del Liverpool hasta el triunfo del PSV Eindhoven en 1988, equipos de cinco países diferentes había levantado el trofeo.

Un Milan dominante

El Milan ya había abierto el marcador y realizado 10 tiros antes de que el Steaua hiciera su primer intento. Al final del primer tiempo, tenía una ventaja de tres goles. El cuatro llegó en el primer minuto del segundo.

El Milan hizo presión alta. En promedio, sus acciones defensivas se realizaron más lejos de su propia portería que las de cualquier equipo de la Liga de Campeones de la temporada pasada. Mantuvo al Steaua a distancia. El mapa de calor de sus acciones de presión muestra una clara inclinación hacia la izquierda defensiva, en gran parte porque las más de las veces el Steaua intentaba salir de ese lado.

Este era un Steaua muy bueno. Había promediado 2.75 goles por partido en su camino a la final, había llegado a las semifinales un año antes y había levantado en trofeo, con un triunfo sobre el Barcelona, en 1986. Acababa de conseguir el quinto de cinco títulos consecutivos de la liga rumana, los tres últimos logrados sin perder ni un partido. En ese tiempo, lograron una racha de 104 partidos sin perder que sigue siendo el récord entre los clubes europeos.

En este partido, el Steaua intentó constantemente jugar en corto desde atrás. La longitud media de los pases de su portero Silviu Lung, de 24.81 metros, fue mucho más corta que la de cualquier portero en la competición de la temporada pasada.

Se vislumbró su calidad en algunas de las secuencias en las que conseguía mover el balón más allá de la presión del Milan. Su capitán Tudorel Stoica fue imperturbable bajo presión. Sin embargo, el Steaua no pudo establecer ningún tipo de presencia regular en las zonas de ataque contra un Milan compacto y con una defensa legendaria de Mauro Tassotti, Alessandro Costacurta, Franco Baresi y Paolo Maldini.

Sólo cuatro de los 12 tiros del Steaua se realizaron desde dentro y alrededor del área. Su mejor ocasión fue una oportunidad bloqueada de 0.14 Goles Esperados (xG) cuando el partido ya estaba perdido hace tiempo.

Es interesante notar que los dos equipos completaron exactamente el mismo número de pases (401) en el transcurso de los 90 minutos. La diferencia radicó en lo que fueron capaces de hacer con ellos. Mientras que el Steaua tuvo problemas en penetrar, los ataques del Milan fueron rápidos e incisivos. Quince de sus 27 intentos de gol llegaron directamente de una recuperación de posesión en campo contrario. Cuatro o cinco se considera mucho hoy en día. Creó un buen volumen de tiros de alta calidad.

Dos goles de Ruud Gullit y dos más de Marco van Basten, junto con Frank Rijkaard el trío de internacionales holandesas que ayudaron a impulsar al equipo a sus éxitos de esta época, le ganaron el trofeo.

Gullit como punto de referencia

El Milan fue relativamente directo en su uso del balón, y Gullit fue su principal punto de referencia tanto para avanzar desde el medio defensivo hacia campo contrario como para avanzar desde allí hacia zonas centrales del último tercio.

Gullit fue más alto que ambos de los centrales del Steaua, y recibió con éxito 11 pases a la altura de la cabeza. Dada la amplia gama de sus habilidades, estaba lejos de ser un típico nueve de referencia, pero sí era capaz de cumplir aspectos de ese papel cuando su equipo los necesitaba.

Donadoni y el 4-4-2 del Milan

Sacchi es famoso por su uso de la formación 4-4-2, pero esto estaba lejos de ser una versión plana de esa alineación. Por un lado, había una clara asimetría entre los dos laterales. Maldini se quedó atrás, mientras que Tassotti avanzó mucho por la banda derecha.

Asimismo fue de interés los posicionamientos de Carlo Ancelotti y Roberto Donadoni, que se superponían mucho desde sus respectivas posiciones nominales en el centro y a la izquierda del mediocampo.

Sus mapas de recepción muestran que ambos pasaban una buena calidad de tiempo tanto en zonas centrales como en zonas de banda, aunque era Donadoni quien más a menudo conectaba con los dos delanteros.

También hicieron gran parte de su trabajo defensivo en áreas similares, aunque sin posesión Ancelotti parecía mantener una posición más de banda.

Donadoni nunca fue el jugador más llamativo pero sí fue uno muy valioso. Se esforzó mucho en ambos lados del balón en este partido. En defensa, lideró el equipo en presiones y entradas, incluyendo un par de barridas bien realizadas; en ataque, creó siete ocasiones, tres más que cualquier de sus compañeros, mientras que él y Rijkaard fueron los dos jugadores que más a menudo avanzaron el balón al último tercio.

Hagi

Gheorghe Hagi era el nombre más reconocible en el once del Steaua, y con el número 10 en su espalda el que se esperaba que llevara la mayoría de la carga creativa del equipo. Sin embargo, tenía dificultades en tener un impacto en el juego. Se retrasó para recibir en propio campo para ayudar a avanzar el balón hacia adelante, sobre todo con los regates y conducciones.

Sin embargo, produjo muy poco dentro del último tercio. No creó ni una sola ocasión para un compañero, y aunque lideró a su equipo en tiros, todos de ellos fueron de baja calidad.

Los goles espectaculares de Hagi bajo el sol saturado de USA 94’ son un recuerdo perdurable de mi infancia, pero hay que señalar que fueron el resultado de un tirador constantemente optimista.

Con la información que tenemos hoy en día, los entrenadores normalmente intentan pulir este aspecto del juego de un jugador, aunque no siempre. Echa un vistazo a su hijo, Ianis Hagi, ahora del Rangers. De tal palo, tal astilla.

Variedad en los tiros de esquina

Sólo hubo seis tiros de esquina cortos entre las dos finales anteriores de esta serie y uno de los dos del Ajax en la final de 1972 fue simplemente para mantener la posesión en el tiempo añadido. La mayoría de los tiros de esquina de esos dos partidos fueron lanzados directamente al área.

Hubo más variación en este partido. Sólo dos de los 10 tiros de esquina (cinco para cada equipo) fueron centros altos al área. El Milan había marcado dos veces desde esquemas cortos en su destrucción por 5-0 del Real Madrid en el partido de vuelta de su semifinal y otra vez los entregó corto en la final. El Steaua intentó una interesante rutina en la cual una entrega baja desde la derecha fue dejada algo fuera del camino ideal del tirador final.

Muchos regates

Al igual que en las dos finales anteriores que hemos cubierto, el número de regates en este partido fue enorme para los estándares modernos. Hubo una ligera reducción entre 1960 y 1972, y había otra vez más en esta ocasión, a 46 intentos y 29 completados, pero sigue estando muy por encima de la media contemporánea.

El Betis de Rubi en tierra de nadie

Tras los últimos resultados, el Betis se encuentra en una encrucijada donde no tiene claro si seguirá cayendo en la tabla y tendrá que fijar la mirada en el horizonte de puntos que da la permanencia o si será capaz de reaccionar justo cuando llegan dos partidos claves: la visita del Real Madrid y el derbi sevillano.

Esta incertidumbre no le es ajena al seguidor bético que ya vivió una última temporada con Quique Setién en la que el balance de Goles Esperados (xG) y la crisis de resultados metieron al Betis en el centro de un tornado de negatividad que sólo se calmó con la permanencia y dos victorias finales para dejar una foto optimista de la 2018/19.

Con Rubi en el banquillo, los altibajos también han sido constantes, como muestra este gráfico que compara sus goles esperados a sus goles esperados en contra, utilizando una media móvil de 10 partidos.

Cada vez que parece que el rumbo se encamina a una ilusionante lucha por las plazas europeas, una mala racha lo abandona de nuevo en tierra de nadie. Debería ver el vaso medio lleno gracias a los números de goles esperados pero los resultados lo dejan en una tesitura bastante pesimista.

Esta situación desespera al aficionado bético, exigente por pasión, historia y presupuesto. El límite salarial verdiblanco lo sitúa en disposición de jugar en Europa cada año o, al menos, de pelearlo hasta el final. También el talento y la inversión en futbolistas con calidad en los metros finales como Nabil Fekir, Sergio Canales o Borja Iglesias son los de un equipo ambicioso.

El ataque del Betis, sin embargo, no está siendo tan brillante como podría imaginarse con tal nómina.

Por ver el lado positivo, es de los equipos que más tiros claros (en situaciones de uno contra uno con el portero) consigue y también muestra calidad para completar pases en el área rival. No es de extrañar cuando a menudo el equipo se dispone en 4-1-4-1 con Fekir y Joaquín jugando en banda a pie cambiado para ir hacia dentro y juntarse con Canales, Andrés Guardado o Carlos Aleñá.

En punta, han alternado Loren Morón y Iglesias. Si bien Loren es un jugador que subió del filial y nunca ha sido considerado la principal referencia del equipo, su rendimiento es claramente superior al de Borja en un número muy similar de minutos.

Loren no tiene un volumen de tiros muy elevado pero las zonas desde las que remata son excelentes, consiguiendo muchas ocasiones en el área pequeña y un elevadísimo 0.19 de xG por tiro, el segundo mejor registro de La Liga entre todos los jugadores con una media de al menos 1.5 tiros cada 90 minutos.

Loren Morón La Liga 2019_2020 (1)

Por otro lado, lo que funcionó para Rubi con Borja Iglesias en el Espanyol no está dando el mismo resultado con los verdiblancos. Su volumen de tiros es pobre y predominan los remates de cabeza en las zonas más peligrosas donde casi no consigue finalizaciones con los pies. Son números no justifican la cantidad de minutos de los que está disponiendo y decepcionan teniendo en cuenta que fue la mayor inversión del Betis para esta temporada.

La aportación ofensiva que le está faltando al delantero gallego se ha visto compensada con un Joaquín más goleador que nunca y por el fichaje que sí está rindiendo al nivel esperado, Nabil Fekir. Curiosamente, ambos jugadores muestran perfiles muy distintos.

Joaquín-La Liga-2019_2020 (1)

Joaquín ha conseguido pocos remates pero bastante claros por lo que ha sabido convertirlos en gol y también está creando buenos pases para remates de sus compañeros (xG Assisted).

Por su parte, Fekir acumula mucho la posesión, quizás demasiado. Más ataques terminan, para bien o para mal, en sus botas que en las de cualquier compañero. El internacional francés es el jugador que más remata del equipo, no siempre desde buenas posiciones, y muestra su calidad con la pelota, siendo el futbolista que más faltas recibe de La Liga.

El principal lastre de este Betis parece estar en la defensa. Existe una falta de contundencia y al equipo le cuesta reponerse de los golpes. Muchas miradas apuntan a la portería, donde Joel Robles tiene unos números acordes con los tiros a puerta que recibe, incluso mejorando un poco el valor de goles esperados posteriores al tiro (Post-Shot xG).

De acuerdo con las características y colocación de los tiros que ha recibido entre los tres palos, Joel Robles razonablemente podría haber encajado más de 27 goles sin contar penaltis y ha encajado 26. Hay que recordar que Dani Martín jugó la mayoría de los dos primeros partidos y encajó siete goles (cinco de ellos contra el Barcelona).

En cuanto a los remates que recibe el equipo, vemos que está rindiendo por debajo de lo esperado en defensa, pues ha recibido 34 goles cuando lo normal habrían sido 29 o 30. Para colmo, es el tercer equipo que más penaltis lleva en contra con ocho y sus rivales transformaron todas esas penas máximas. Estos números podrían ser utilizados como una excusa pero, con seis penaltis a favor, la diferencia no es muy grande. Parece normal que en sus partidos se produzcan tantas penas máximas dado que el Betis consigue y permite muchos pases en las áreas.

El Betis tiene más indicadores defensivos preocupantes. Si nos fijamos en las alineaciones, vemos que ha optado mayoritariamente por un solo medio defensivo aunque en todo caso ha sido una posición sin ninguna estabilidad por la ausencia de un perfil específico para las prestaciones que demanda el juego del Betis. Por ese puesto, ya sea en solitario o en un doble mediocentro, han pasado un montón de futbolistas esta temporada: Marc Bartra, William Carvalho, Edgar González, Guardado, Wilfrid Kaptoum...

Como ya comentamos en este artículo, parece que al Betis le van mejor las cosas cuando juega en esa posición un central reconvertido que principalmente dé apoyo a la defensa, ya sea Bartra o el jugador del filial González.

Detectada esa falta de medios defensivos, en el mercado invernal se fichó a Guido Rodríguez proveniente del América de México. Sin embargo, su adaptación al fútbol europeo está siendo complicada. Le falta mucha soltura con balón, ritmo de juego y comprensión del sistema. No parece que vaya a funcionar a corto plazo.

Al observar el mapa de la actividad defensiva, notamos que el sistema tiene ese problema para defender en la zona central y la mayoría de las acciones defensivas se reservan para el área propia.

Algunos números son realmente preocupantes: el Betis es el segundo equipo que más tiros recibe tras contrataque rival, el tercer equipo que permite más pases en las inmediaciones de su área y el quinto al que más pases le completan dentro de su propia área. También es el segundo equipo que menos recupera la posesión tras presión. Juntar tanto talento en la línea de centrocampistas (Fekir, Canales, Joaquín) se está notando en una falta de sacrificio y eso, unido a las carencias de perfiles específicos en el medio defensivo, está siendo una deficiencia muy grande en el centro del campo bético.

Repasadas las tendencias y los números, pese al pesimismo que reina en el Benito Villamarín, parecería que Rubi no está tan lejos de encontrar las respuestas. Sin embargo, no queda tiempo para experimentos y el puesto del entrenador catalán parece correr peligro. Los verdiblancos ya no tienen margen de error si no quieren acabar otra temporada en decepción y, aunque parezca increíble, metidos en la lucha por evitar el descenso.

El Celta de Óscar García contra el descenso

La zona baja de La Liga lleva semanas amenazando con convertirse en una liguilla entre cuatro equipos de los que, como en Los Inmortales, sólo puede quedar uno. Celta, Mallorca, Leganés y Espanyol deberán luchar por enganchar a más clubes en su pelea o la tensión será extrema en cada partido y el margen de error se reducirá al mínimo.

El Celta de Vigo es el invitado más inesperado en esa lucha por la permanencia. Con un equipo pensado para tener una temporada sin sobresaltos, quizás animados por una esperanza europea, el Celta se ha visto atrapado en la zona baja por el flojo rendimiento basado en un fútbol reactivo de Fran Escribá y que, pese a cambiar de cara con Óscar García (en la gráfica, la línea azul marca su primer partido al mando del equipo), apenas ha podido escalar en la clasificación.

Los números subyacentes dan ánimos al equipo vigués. Desde que llegó Óscar García, y salvo algún partido desafortunado, la tendencia de goles esperados (xG) ha ido en mejoría constante. Se ha incrementado el xG a favor al tiempo que se sigue buscando el equilibrio en defensa. Si extrapolaramos la clasificación a partir de estos goles esperados, el Celta estaría tranquilo en mitad de la tabla. El cambio de estilo, más combinativo y mirando a la portería rival, parece que funciona y se adapta mejor a la plantilla disponible.

Uno de los grandes lastres de los celestes es la escasez goleadora. Sólo el Leganés lleva menos goles. Una vez más, los seis goles en las doce jornadas que Escribá estuvo al mando han castigado a un equipo que ha mejorado en todas las métricas ofensivas desde el cambio de entrenador.

En el radar de ataque podemos comprobar un incremento importante en el volumen de tiros y de xG, tanto en juego como a balón parado, y los remates tras presionar cerca del área rival.

A simple vista, se ve que el Celta ahora tiene un ataque más productivo y variado, alejándose del simple centro al área. Sin embargo, esta mejoría estadística no se ha visto traducida directamente en puntos.

El Celta es uno de los equipos de La Liga que realiza las acciones defensivas más cerca de su propia portería. Esta situación podría ser una decisión consciente y no tendría que ser necesariamente mala, más allá de ir ligeramente a contracorriente del fútbol actual. Sin embargo, ese repliegue y recuperación cerca del área propia no se transforma en rápidas transiciones ofensivas aprovechando el despliegue ofensivo del rival. El Celta es el penúltimo equipo en tiros generados en contrataques. Esta es una de las facetas en las que Óscar tiene margen de mejora, si bien, el incremento y la mayor efectividad de la presión alta desde su llegada, hacen menos necesarios los contragolpes.

Para ser un equipo que roba pocos balones presionando arriba, sí se aprovechan esas recuperaciones para generar tiros. El Celta es el quinto mejor de La Liga en volumen de tiros tras presión alta y ésta es una de las mayores aportaciones del nuevo entrenador. Las veces que consiguen recuperar la posesión cerca del área rival, se generan ocasiones.

Otro factor en alza es la aportación de los centrocampistas. Rafinha y Pione Sisto recuperan sus mejores versiones con el paso de las jornadas pero, de momento, sólo han marcado dos goles cada uno. Ninguno de sus compañeros de línea se acerca a esos números. Brais Méndez suele ser un jugador con mejor imagen en las estadísticas que en el campo y Denis Suárez no ha encontrado su sitio entre lesiones y actuaciones decepcionantes.

Pese a que su aportación tanto en goles esperados (xG) como en asistencias esperadas (xGA) había sido prácticamente nula hasta la fecha, los últimos minutos de Okay Yokuslu frente al Sevilla, jugando en su rol preferido, box to box, dejaron detalles de optimismo y una asistencia en el gol de la victoria. Puede ser el beneficiario directo de que el Celta por fin tenga un medio defensivo específico con Filip Bradaric.

Analizando el frente del ataque, el delantero centro titular ha sido Santi Mina. Blanco de las críticas y peleado con el gol, Mina es el futbolista que más xG cada 90 minutos genera en el Celta.

Su falta de acierto le ha llevado a desesperarse. Ha marcado tan sólo dos goles, una cifra extremadamente pobre para el jugador más avanzado del Celta. Atendiendo a sus remates y su xG, razonablemente puede esperarse que lleve cuatro o cinco goles ya. Eso tampoco sería un valor para estar contentos pero seguramente habrían aportado unos puntos muy necesarios. Sus características no son las de una referencia en el área, ya que no brilla a la hora de aguantar el balón y es un jugador que despliega mejor sus virtudes al aparecer con movilidad que al estar de manera más fija.

Mucho se le ha comparado con Maxi Gómez, ya que han intercambiado equipos. Lo sorprendente es que si comparamos al uruguayo en la temporada 18/19 con el rendimiento de Santi Mina en lo que llevamos de Liga, el jugador gallego sale mucho mejor parado. Iguala o mejora a Maxi en todos los datos relevantes para un delantero, excepto en el más material, los goles.

Todo apunta que la titularidad en el centro del ataque estará reservada a partir de ahora para Fedor Smolov, una petición expresa del entrenador. El delantero ruso llega en un momento de forma algo bajo pero con un currículum de gran goleador en las últimas temporadas. Su perfil parece más indicado para aportar presencia en el área y apoyar al resto del equipo.

Si a algo se agarra el celtismo para aferrarse a La Liga es a la constante en todas las ecuaciones celestes: Iago Aspas. El de Moaña está un poco por debajo de su xG pero sigue dándolo todo en cada partido para intentar cambiar el rumbo del equipo. A veces, incluso se esfuerza demasiado ya que ante el problema de fluidez del Celta para llevar el balón al ataque, baja a recibir en campo propio.

Si el Celta quiere escapar de esta pesadilla en la que se ha visto envuelto deberá seguir con el crecimiento en sus métricas ofensivas y arropar con los mejores socios a Iago Aspas. Probablemente, un pequeño ajuste de las piezas que no terminan de encajar podrían ayudar a transformar todos los números subyacentes del Celta de Óscar en una realidad sólida que evite el descenso de categoría. Queda lo más difícil, convertir los datos en puntos.

La presión alta en La Liga: Eibar, Getafe y Osasuna

El fútbol practicado en La Liga esta temporada está siendo caracterizado por el uso de los sistemas de presión alta. Cada vez son más los equipos que se identifican por tener como núcleo del sistema al ejercicio colectivo que realizan sin balón. De hecho, las últimas temporadas han demostrado que, pese a las limitaciones presupuestarias, equipos con buen funcionamiento defensivo a la hora de presionar la salida del rival son capaces de alcanzar un gran nivel de competitividad en La Liga. En este artículo nos centraremos en tres equipos que sobresalen en este aspecto: Eibar, Getafe y Osasuna. Este artículo fue escrito conjuntamente por Fede D’Mello, Higor Santos y Pedro Lampert.

Eibar

El Eibar dirigido por el experimentado José Luis Mendilibar se trata de uno de los equipos más sólidos de La Liga en términos de agresividad defensiva y presión adelantada a través de su 4-4-2. En general, la clave para el inicio de la presión alta del Eibar es su juego directo y exterior durante el ataque. Salen con pases largos a sus delanteros, volumen elevado de centros al área, terminar jugadas y establecer la posterior presión adelantada y post-pérdida.

El objetivo del equipo gipuzkoano en la presión es forzar al rival a salir hacia afuera y tratar de jueguen largo. La siguiente visualización muestra los pases completados por los equipos rivales desde el primer tercio al tercio medio respecto a la media de la liga. Además, se diferencian entre las zonas de banda y las zonas centrales del mediocampo. Tonos rojos indican que el equipo provoca un porcentaje de acierto en el pase de los rivales más bajo que el promedio de la liga a la zona en cuestión. Así, vemos que contra el Eibar es muy difícil salir por el centro, pero un poco más fácil hacerlo por las bandas.

SalidaPresion

Por otro lado, se ve perfectamente la agresividad de la presión alta del conjunto vasco en la visualización inferior. Muestra cómo la proporción de acciones defensivas (incluyendo nuestros datos de presión) de cada equipo respecto a los pases completados por sus rivales compara con la media de La Liga en cada una de seis zonas verticales. Los tonos rojos indican que el equipo en cuestión realiza una proporción superior a la media de acciones defensivas en esa zona.

Aparte del Getafe, ningún otro equipo presiona en zonas adelantadas con la misma agresividad. Sólo dos equipos limitan sus rivales a un porcentaje de acierto en el pase más bajo. El Eibar sobresale en este aspecto a pesar de que la calidad de su presión ha sufrido un bajón en relación con temporadas anteriores. Ahora, disputa el balón con menos frecuencia y agresión que antes, y ha concedido un mayor número de tiros con xG más alto que la temporada pasada.

Eibar-La Liga-2018-19-2019-20

La base de la competitividad del Eibar sigue siendo la presión alta, pero no está funcionando al mismo nivel que antes y está condicionando su temporada.

Getafe

La fiabilidad y agresividad defensiva para competir desde la inferioridad, y su meticulosidad para adaptar la presión a diferentes escenarios a partir de su 4-4-2 han sido rasgos distintivos de la era de Pepe Bordalás en el equipo azulón.

El Getafe es un equipo que cumple con lo que se considera jugar bien al fútbol en su sentido más concreto: controlar las diferentes fases que se desarrollan en el juego e imponer su plan sobre el de su rival, aún si esto conlleva coexistir con el error, la interrupción, la separación de las líneas y las disputas individuales.

Al establecerse en un bloque medio, el conjunto madrileño marca la altura de su presión a través de sus delanteros, regularmente Jaime Mata y Jorge Molina, para luego disponer a sus centrocampistas en función de la salida por la que opte su rival. En términos de funcionamiento, es un equipo que realiza marcas al hombre preferentemente en el carril central para evitar un primer o segundo pase interior del rival con los delanteros cerrando líneas de pase y su pareja de mediocentros saltando a presionar de manera agresiva, sea uno o los dos al mismo tiempo, dependiendo de cuantos rivales haya delante de los centrales.

Los siguientes mapas muestran las acciones defensivas que provocaron una transición (cambio de posesión) logradas por cada uno de los mediocentros habituales del Getafe: Mauro Arambarri y Nemanja Maksimović. Arambarri suele ser el jugador con más libertad para ir arriba y presionar. Pero, Maksimović también lo hace regularmente.

Nemanja Maksimović_Pressures_La Liga_2019_2020

El Getafe es una referencia en lo que se refiere a ayudas en fase defensiva. Este buen funcionamiento se ve reflejado en el bajo porcentaje de acierto en el pase que provoca en sus contrincantes: Sólo un 74% (junto a Osasuna, el mejor registro de La Liga).

Un 28% de sus acciones son agresivas y permite la increíble cifra de solo 6.97 pases por acción defensiva (PPDA), los mejores registros de La Liga. En definitiva, defienden más alto que los demás. Siendo un equipo que aleja mucho al rival de la portería de David Soria, los datos que emergen no son ninguna consecuencia imprevista por Bordalás. El Getafe es el equipo que menos tiros recibe por partido (7.5), el que menos pases permite al rival en los últimos 20 metros del campo (1.6), y por ende, el que menos permite en el área propia (1.05).

Osasuna

La presión alta y especialmente tras pérdida está siendo el gran argumento competitivo de Osasuna de Jagoba Arrasate para mantenerse en media tabla y evitar el descenso en su regreso a la élite. Los rojillon son un conjunto agresivo en tareas defensivas que tiene como objetivo obligar los rivales a salir largo cuando estos intentan iniciar en corto.

Osasuna no es uno de los equipos que más cerca de la portería contraria realiza sus acciones defensivas (hay 11 equipos que defienden más arriba), pero sí es el que concede el porcentaje de acierto en el pase más bajo a los rivales en toda La Liga junto al Getafe (74%). También está entre los cinco que menos pases concede en los últimos 20 metros del campo o en su área propia.

En ese sentido, el juego sin el balón empieza en la hiperactividad defensiva del delantero argentino Ezequiel “Chimy” Ávila, el cuarto mejor delantero de La Liga en presiones por 90 minutos (18.26), el quinto en presiones que producen un cambio de posesión (2.71) y el sexto en entradas y interceptaciones (1.22). No es sólo su producción ofensiva lo que el Osasuna va a echar de menos durante su ausencia por lesión.

Los dos mediocentros del habitual 4-4-2 también cuentan con un rol crucial en este sistema de presión. Están siempre saltando en presión sobre los rivales que reciben en el centro del campo para evitar que los mismos puedan girarse. De los tres mediocentros que compartan las dos posiciones, Darko Brasanac generalmente tiene más libertad de ida y vuelta para hacer estas presiones. Este mapa muestra todas las acciones de presión del serbio.

Por otro lado, al tratarse de uno de los equipos más directos de la Primera División, el Osasuna arriesga muy poco con el balón y juega frecuentemente en largo en iniciación ofensiva, algo que posibilita dos escenarios: un ataque generado a partir de la segunda jugada o la posibilidad de presionar ya en terreno contrario. Consecuentemente, ningún otro equipo realiza más presiones tras pérdida.